Las palabras de Benedicto XVI sobre el uso del preservativo "en algunos casos", dentro del libro "Luz del Mundo", no modifican la doctrina moral de la Iglesia, afirmó hoy la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Esta congregación, el ex Santo Oficio, asegura en una nota que el pensamiento del Papa "se ha instrumentalizado con fines e intereses ajenos al sentido de sus palabras".
Señala que, tras la publicación del libro, se han hecho "interpretaciones incorrectas" que han creado confusión sobre la postura de la Iglesia católica "ante la banalización de la sexualidad".
Según el dicasterio que cuida de la ortodoxia de la fe católica, el interés del Pontífice es "reencontrar la grandeza del plan de Dios sobre la sexualidad, evitando su banalización, hoy tan extendida".
Lamenta que las palabras del Papa hayan sido presentadas por algunos como contrarias a la tradición moral de la Iglesia, "hipótesis que algunos han acogido como un cambio positivo" y que otros recibieron con "preocupación, como si se tratara de una ruptura con la doctrina sobre la anticoncepción y la actitud en la lucha contra el sida".
"En realidad, las palabras de Benedicto XVI se refieren de modo particular a un comportamiento gravemente desordenado como el de la prostitución y no modifican ni la doctrina moral ni la praxis pastoral de la Iglesia", subraya.
Agrega que el Papa no habla de la moral conyugal, ni de la norma moral sobre la anticoncepción, que recuerda ya fue reafirmada de manera "muy precisa" por Pablo VI en la encíclica Humanae Vitae.
"Pensar que de las palabras de Benedicto XVI se pueda deducir que en algunos casos es legítimo recurrir al uso del preservativo para evitar embarazos no deseados es totalmente arbitrario y no responde ni a sus palabras ni a su pensamiento", afirma el dicasterio.
La Congregación para la Doctrina de la Fe insiste en que la prostitución es un comportamiento "gravemente inmoral" y hay que luchar contra la misma "para librar a las personas que están involucradas en ella".
La difusión del sida ha hecho que el problema de la prostitución sea aún más dramático y, al respecto, el ex Santo Oficio reconoce que es "innegable" que quien recurre al profiláctico para disminuir el peligro para la vida de otra persona intenta reducir el mal vinculado a su conducta errónea.
Añade que Benedicto XVI pone de relieve que recurrir al profiláctico "con la intención de reducir el peligro de contagio es un primer paso en el camino hacia una sexualidad vivida de forma diferente, hacia una sexualidad más humana".
Agrega que ese pensamiento del Papa es compatible con la afirmación -que hizo, entre otras veces, durante su viaje a África, donde millones de personas están contagiadas de sida- de que el preservativo "no es la auténtica modalidad para abordar el VIH".
"El Papa no ha dicho, como algunos sostienen, que la prostitución con el uso del profiláctico sea lícita en cuanto mal menor", señala.
Sin embargo, indica, "si quien la practica y está infectado por el VIH intenta disminuir el peligro de contagio a través del uso del profiláctico, esto puede constituir un primer paso en el respeto de la vida de los demás, si bien el mal de la prostitución siga conservando toda su gravedad".
Dichas apreciaciones concuerdan con lo que la tradición teológico-moral ha sostenido también en el pasado, precisa.
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