Mientras autoridades originarias y de Gobierno proponen como requisito para acceder a ciertos cargos, la celebración de matrimonios según las costumbres andinas, en varios pueblos de Cochabamba predominan las ceremonias católicas y las evangélicas.
En pasados días, el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, hizo conocer la propuesta del matrimonio celebrado por representantes andinos como requisito para que una persona sea autoridad originaria. A esto se sumó el Conamaq (Consejo Nacional de Ayllus y Marcas del Qullasuyu) que propuso la exigencia también para las autoridades nacionales.
El tema repercute a nivel político. Desde el punto de vista de asambleístas de oposición, es una forma de excluir a la religión católica.
“Es rechazar la religión católica. Está claramente definida una estrategia de Gobierno para que la Iglesia sea atacada y sus autoridades sean perseguidas”, expresó el asambleísta de oposición Henry Paredes.
Entre tanto, las ceremonias que se practican en pueblos campesinos e indígenas continúan siendo las mismas y se rigen por sus costumbres y normas propias.
El pueblo Yuqui está conformado por más de 350 familias. En su integridad son cristianos evangélicos y los documentos civiles casi no tienen valor, según el asambleísta indígena Abel Iaira.
“Hay un grupo de misioneros (evangélicos) que los casan, eso tiene más valor que el registro civil. Si te casan los misioneros puedes ser dirigente”, manifestó confirmando que actualmente entre los yuquis es necesaria una ceremonia matrimonial considerada propia en ese lugar para poder ser autoridades.
En este pueblo indígena el concubinato está prohibido. Según sus normas, las parejas deben estar casadas para poder convivir en la misma casa.
Contrariamente, en pueblos de zonas altas como Raqaypampa, en Mizque, el concubinato es casi un requisito obligatorio antes de casarse, “para conocerse mejor”. En esta región, la mayoría de los habitantes son católicos.
“Aunque el matrimonio civil es más valorable porque tiene un papel reconocido por el Estado. Lo de la religión es más espiritual y a veces muy costoso”, expresó el asambleísta departamental de esa región, Melesio García, señalando que sin embargo existe libertad y varios son de otras iglesias y sectas.
En Bolivia, según el censo de 2001, más del 75% de la población es católica.
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