domingo, 5 de abril de 2015

Santo Sepulcro de Jerusalén acoge a cientos en misa solemne de resurrección

La Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén albergó hoy a cientos de personas que no quisieron perderse la misa solemne con motivo del Domingo de Resurrección, último gran evento de la semana pascual en Tierra Santa.

Oficiada por el patriarca latino de Jerusalén, monseñor Fuad Twal, máximo representante de la Iglesia Católica en Tierra Santa, la misa tuvo lugar junto al sepulcro vacío, del que según la tradición cristiana, resucitó Jesús.

"Como cristianos, estamos llamados en el corazón de Oriente Medio, sacudido por guerras y violencia desesperada, a ser permanentes señales de contradicción, señales de esperanza por encima de todo", mencionó el patriarca durante la homilía pascual.

"Nuestro futuro en esta zona y en el mundo es incierto e incluso incomprensible, pero no temáis, nos aseguró Cristo. Él está con nosotros siempre hasta el fin de los tiempos" (Mt 28:20)", prosiguió.

La basílica, uno de los edificios emblemáticos para el cristianismo está ubicada en la ciudadela antigua de Jerusalén y contiene el Gólgota, donde la creencia popular sostiene que también fue enterrado el primer hombre, Adán, quien recobró momentáneamente la vida debido a la sangre derramada por Cristo tras la crucifixión.

Feligreses locales mayormente palestinos y peregrinos venidos de diferentes partes del mundo cantaron "aleluyas" y "hosanás" por la resurrección de Jesús, y después marcharon en procesión solemne en el interior de la basílica hasta la "piedra de la unción", donde se cree que Cristo recibió los últimos óleos antes de ser crucificado.

"Cuando las mujeres seguidoras de Jesús fueron a la tumba con especies para ungir el cuerpo del cristo crucificado encontraron una tumba abierta y vacía y vieron a un joven hombre, vestido con una túnica blanca que les dijo: 'Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado. Él ha ascendido, no está aquí" (Mk 16:6-7), recitó el patriarca.

El ritual en torno al Santo Sepulcro incluye también el desfile de monjes franciscanos que dan tres vueltas al lugar donde se supone fue enterrado cristo mientras los feligreses encienden velas.

El patriarca latino tuvo palabras para recordar la situación que vive la comunidad cristiana en Tierra Santa.

"Cada día en Oriente Medio somos testigos de trágicos eventos que nos convierten incluso en contemporáneos del Calvario. Pero nuestro júbilo y fe en el Señor Ascendido 'nadie nos lo quitará' (Jn 16:22) porque el Señor nos invita hoy, incluso en medio de las dificultades, a probar los primeros frutos de la resurrección".

La misa siguió a las ceremonia del fuego y del agua, celebrada el Sábado de Gloria, tras la procesión del Vía Crucis el Viernes Santo que recorrió la Vía Dolorosa y culminó en el Santo Sepulcro.

Los monjes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa se dirigirán esta tarde a la aldea palestina de Al-Queibe, situada a unos once kilómetros de Jerusalén, para conmemorar la reaparición de Jesucristo ante dos discípulos anónimos que lo reconocieron al repartir un pan entre ellos, lo que constituye el rito eucarístico, según el evangelista San Lucas.

La celebración de la Semana Santa en Jerusalén coincide con la de la festividad pascual judía de "Pésaj", en la que miles suelen visitar la urbe al ser considerada una de las tres festividades del calendario hebreo de peregrinaje a la ciudad santa.

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