Decenas de personas de Cochabamba y del interior del país participaron ayer de la misa por los 20 años de la primera lacrimación del Cristo que Llora. “Vine desde Beni sólo para esta celebración, pero también aprovecharé para ir a visitar a la mamita de Urkpuiña. Tengo fe de que con su intersección podré volver a ver de un ojo que tengo mal”, explicó una de las creyentes.
Varios dijeron tener una profunda fe y devoción por la imagen, pues consideran que les puede conceder milagros. “Siempre y cuando se pida con mucha fe”, dijo uno de ellos.
Durante la homilía de la primera eucaristía del día el párroco de la iglesia de San Pedro, Alberto Del Vecchio, explicó que lo más importante es la fe en el Dios verdadero. “De este modo se puede ver y vivir los milagros del Señor”, dijo.
La misa fue muy emotiva. Las personas llegaron a la capilla con diferentes imágenes del Cristo que Llora. Llevaron desde postales hasta réplicas grandes de yeso que fueron bendecidas.
Historia
Según cuenta la tradición, la imagen del Cristo que Llora, adquirida por Silvia Arévalo, comenzó a llorar y exudar sangre al poco tiempo de ser colocada en la casa de la familia.
La primera manifestación se registró el 9 de marzo de 1995. Esa vez sólo brotaron lágrimas. Posteriormente, el 2 de abril del mismo año el Cristo comenzó a exudar sangre. Como las lágrimas son muestras de dolor se asoció la manifestación al sufrimiento de Jesús por la humanidad. El 2 abril se realizará una misa en la capilla del Cristo a las 19:30.
Estudios
En abril la comisión de obispos que investiga el fenómeno debe presentar su informe sobre el Cristo que Llora a la Conferencia Episcopal de Bolivia para determinar si se declara milagro a las exudaciones de sangre y lágrimas. También se evalúa el testimonio de una mujer que asegura haber sido sanada de un problema de la vista luego de orar frente a la imagen.
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