Más de 25 artesanos se reunieron en la calle Max Paredes, cerca de la plaza Marcelo Quiroga Santa Cruz, con el objetivo de vender las palmitas para celebrar la fiesta católica del Domingo de Ramos, que se desarrollará el 29 del presente.
Las puertas de los templos de La Paz se verán llenas de las vendedoras, quienes elaboran una infinidad de diseños de palmas como símbolo de vida y buena suerte, entre las que se pueden encontrar: cruces, anillos, collares, entre otros, que se ofrecerán mañana, cuando se celebra el Domingo de Ramos.
Una de las vendedoras de palmas de Semana Santa de la avenida Max Paredes, Zenobia Mamani Cabrera, expresó que la tradición dice que después de comprar las palmitas hay que bendecirlas y conservarlas en el hogar, como símbolos de fe y para prevenir maldiciones.
“La venta de las palmas para Semana Santa, las hacemos para el domingo de ramos, este es un producto que tiene mucho simbolismo con la religión católica y estamos muy orgullosos de que nuestros productos sean tan requeridos a nivel nacional y en especial departamental”, indicó la señora Zenobia.
“Las palmitas que se bendijeron deben ser colocadas detrás de las puertas, para proteger los hogares de todos los espíritus que acechan las casas”, explicó el monaguillo de la Iglesia Gran Poder, Ricardo Terán.
Las vendedoras explicaron a EL DIARIO que las palmas se las trae desde Chuquisaca y la población de Coripata de los Yungas del departamento de La Paz, regiones donde existen sembradíos extensos de este producto.
Las vendedoras señalaron a EL DIARIO que las palmitas llegan en grandes cantidades, en promedio dos toneladas, para distribuir a todas las vendedoras que se reunieron en la iglesia de Obrajes, para que sean vendidas en distintos puntos de la ciudad.
Olga Zubieta Quisbert, vendedora, señaló que el preparado de todas las palmitas se realiza con días de anticipación, en principio solo traen palmas en bruto, sin preparar, solo como planta, las que obtenemos en grandes cantidades.
“Una vez que reunimos las ramas, junto con mi hija y mi hermana comenzamos a elaborar las palmas. Empezamos a las nueve de la noche después de trasladarlas, para luego venderlas en la zona Max Paredes. Los precios varían entre 2 y 4 bolivianos, dependiendo el tamaño y del modelo”, indicó.
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