Las autoridades birmanas elevaron hoy a 50 el número de muertos causados por el rebrote de la violencia sectaria en la región del oeste de Birmania (Myanmar), adonde han sido enviadas tropas de refuerzo.
Además, cerca de medio centenar de personas resultaron heridas y más de un millar de casas fueron incendiadas en los disturbios registrados desde el domingo en varias aldeas del estado Rakhine, colindante con Bangladesh, dijo el jefe del comunicación del Gobierno, Myo Than.
En un intento de evitar que se produzcan nuevos enfrentamientos sectarios, las autoridades mantienen el toque de queda en las aldeas de Mrauk U y Minbya, origen de los actos violentos que luego se extendieron a otras localidades. Myo Than explicó que aunque la Policía ha restablecido la seguridad, el Gobierno ha dado orden de enviar tropas de refuerzo a la región, en la que la ola de violencia que se desató el pasado 28 de mayo causó 88 muertos, la mayoría musulmanes de la etnia rohingya.
El detonante de aquella primera ola de violencia, durante la que también fueron destruidas 2.230 casas y unas 100.000 personas huyeron de las aldeas, fue el hallazgo del cadáver de una mujer budista violada y asesinada por tres musulmanes.
Unos 800.000 musulmanes de la etnia rohingya habitan en Birmania, la mayoría en Rakhine, aunque las autoridades de este país de mayoría budista no les reconocen la ciudadanía y mantienen que proceden de la vecina Bangladesh.
Esta comunidad apátrida tampoco es reconocida en Bangladesh, donde unos 300.000 rohingya se encuentran hacinados en campos de refugiados.
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