Al ser un referente de la historia de la Villa de San Felipe de Austria, el templo de Santo Domingo es refaccionado desde hace cinco meses, proyecto que concluye con el pintado de las paredes, cuyo costo es de 80.000 bolivianos, lo que motiva al párroco Juan Carlos Ticacala emprender una nueva campaña de solidaridad para recaudar este monto.
El proyecto de refacción consistía en concluir las naves laterales que tiene el templo y que quedaron inconclusas desde hace muchos años, pero ante la propuesta de los feligreses el trabajo fue ampliado para que se efectúe el cambio de piso, aproximadamente hasta la mitad del templo.
Concluido el trabajo, se pretende emprender el pintado de paredes y techo del templo que tiene un alto costo, motivo por el que el sacerdote junto a los devotos, emprenden una campaña de recolección de recursos económicos para concluir con el trabajo de refacción de toda la parte interna del templo.
Con los gastos que se produjeron para la refacción, actualmente las arcas del templo se encuentran vacías, motivo por el que se dejará inconclusa la obra hasta reunir el monto que proyectó la empresa a cargo del trabajo de reparación de la infraestructura que data de 1602.
Por el momento no se cuenta con el apoyo de empresas e instituciones y menos autoridades que debían asumir el compromiso por tratarse de uno de los primeros edificios construidos en la colonia, incluso antes de la fundación de la Villa de San Felipe de Austria conocida actualmente como la ciudad de Oruro.
Para ello emprenden además la venta de una rifa que tiene el costo de 7 bolivianos, y otra iniciativa denominada "Plaquetas recordatorias" que serán ubicadas en un lugar del templo, en las que quedará grabado el nombre de personas, familias e instituciones que aporten para la refacción.
La compra de plaquetas, tiene tres modalidades, la primera para las personas que lleva el nombre de una sola persona y tiene el costo de 350 bolivianos, la familiar cuesta 700 bolivianos y la institucional por la que se deben pagar 1.100 bolivianos.
"Para lograr este aporte, hemos invitado mediante cartas a instituciones, personas y familias quienes en alguna medida nos brindaron una respuesta positiva, pero no como la que esperábamos, motivo por el que pedimos a la población colaboren con la refacción del templo que según la historia se convierte en una reliquia y patrimonio arquitectónico de Oruro", manifestó.
Por el momento surgió un problema con uno de los vecinos, conflicto que se espera solucionar a través del diálogo y sin ningún problema para concluir la refacción de una de las paredes en la que se observa la conexión de una tubería de agua.
La construcción del templo fue concluida en 1602 y a pesar de haber tenido modificaciones, la planta corresponde al siglo XVIII, edificación que se realizó por devoción a Santo Domingo de Guzmán fundador de la orden de los dominicos.
La infraestructura del templo constituía lo que en la actualidad es el mercado Fermín López, en el que funcionaba el convento de Nuestra Señora del Rosario y que por decisión superior la congregación de los dominicos fue expulsada de territorio orureño, destinando todo el espacio para un cuartel.
Hace un par de años, se encontró un manuscrito de la época que manifiesta: "Libro Parroquial de bautismos de españoles e indios, perteneciente a la parroquia de Santo Domingo, da principio en 16 de mayo del año del señor de 1891, fecha en que fue erigida en parroquia y se hizo cargo de ella, como cura interino el presbítero, Crispín Gonzales", refiere la nota.
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