Monseñor Rene Leigue, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santa Cruz y responsable de la Pastoral de Obras de Asistencia Social de la Iglesia Católica, manifestó que estas instituciones pasan por un momento económico muy difícil y que la disposición del pago del doble aguinaldo empeoró estas condiciones provocando la reducción de personal en varias de ellas como ocurrió en el hogar Teresa de Los Andes en Santa Cruz.
Según monseñor Leigue este albergue que atiende a 130 niños con parálisis cerebral y enfermedades mentales, con la intención de reducir las deudas, presentó cartas de preaviso de despido a 26 de sus 90 funcionarios. La situación es similar en varias de las otras obras sociales.
"Hay hogares como el caso Tereza de los Andes donde se tiene una inversión bastante grande, y pensar en pagar otro doble aguinaldo ya no abastece (los recursos). Los que coordinan este hogar indican que se está retirando a 26 personas, se ha hablado con ellos, no se los está sacando así no más, se les está haciendo notar la realidad que está pasando el hogar, que lo sentimos, sabemos que es la fuente de trabajo de ellos", afirmó.
Ante esta situación surge otra preocupación, mantener la calidad en el cuidado de los niños que son atendidos en el albergue; por ello, Monseñor Leigue aseguró se pedirá más colaboración por parte del personal, pero tampoco se buscará abusar ya que el único objetivo de la medida fue evitar más endeudamiento y la quiebra total de la institución.
La Iglesia pidió al Gobierno que tenga en cuenta estas obras sociales para eximirlas de este pago. Pero no obtuvo una respuesta directa, sino la misma que se aplica a las empresas privadas, la prórroga del pago hasta el mes de abril. Para Monseñor Leigue esta medida no beneficia en nada a su sector porque la obligación de pagar este aguinaldo continúa.
"Por eso es que apelamos al Gobierno para que nos escuche y pudiera ayudar de alguna manera, dar una mano también para seguir adelante porque nosotros le damos una mano al Gobierno, si lo entendiera así yo creo que fuera diferente la realidad", exhortó.
Asimismo, el obispo considera que es la sociedad quien también debería apoyar estas obras como parte de una acción de correspondencia hacia el prójimo en necesidad, y ser consciente de que la labor que realiza la Iglesia es también en nombre de la sociedad.
"Esperemos que la gente colabore, con el apoyo de la gente yo creo que podremos continuar, de lo contrario nos veríamos con varios problemas más adelantes como los que ya tenemos ahora, pero se hará peor", finalizó.
En Bolivia la iglesia administra cerca de 1.500 obras entre hogares, internados, hogares del adulto mayor, jardines de infancia, centros de atención y rehabilitación y obras sociales que trabajan a favor de niños, niñas, adolescentes y adultos mayores con servicios de asistencia, promoción, rehabilitación, prevención e inserción o inclusión social.
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