En febrero de 2014 María Nazareth escribió una carta al papa Francisco para manifestarle su admiración y respeto y contarle sobre la enfermedad que apagó la luz de sus ojos cuando cumplió dos años, pero que encendió la de su voz para cantarle a Dios y a la majestuosidad de su creación, a todo eso adjuntó los discos que grabó a lo largo de su carrera musical.
Sin imaginarlo, en marzo llegó un acuse de recibo firmada por Ángelo Becciu, secretario para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado vaticana, en la que le transmitía que su santidad agradecía su demostración de cercanía y confianza y le extendía su bendición apostólica, además de incluirla en sus oraciones.
Desde entonces, María Nazareth es una sierva fiel de Francisco, por lo que presentó al Arzobispado el requerimiento de cantarle a Jorge Mario Bergoglio el Ave María, de Schubert, tema que grabó en su primer disco, en cualquiera de los actos que realizará en su visita a Santa Cruz de la Sierra.
La artista, que se encuentra grabando un nuevo disco, es admiradora del tenor italiano Andrea Bocceli y sueña con ingresar a una academia de canto lírico
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