Tras celebrar la Eucaristía en la Solemnidad de la Asunción de la Beata Virgen María en la plaza de la Libertad de Castel Gandolfo, localidad situada a unos 30 kilómetros de Roma, Francisco presidió el rezo de El Ángelus.
Antes de comenzar el rezo, se dirigió a los fieles allí congregados desde primeras horas de la mañana y les habló de la situación dolorosa de Egipto: "Deseo dirigir mi oración a la víctimas, a sus familiares, a los heridos y a todos los que sufren".
E instó a todos ellos a rezar juntos por ese fin.
Después ya en la catequesis hizo alusión, entre aplausos de los presentes, al beato Juan Pablo II y a su Carta Apostólica "Mulieris Dignitatem", sobre la dignidad y la vocación de la mujer.
"Este documento -aseveró- es rico en puntos que merecen ser retomados y desarrollados, y en la base de todo está la figura de María".
El papa argentino exhortó a rezar para que "meditando el misterio bíblico de la mujer, condensado en María, todas las mujeres se encuentren a sí mismas y la plenitud de su vocación", palabras que levantaron una gran ovación.
Ya en español, el pontífice habló a algunos de los peregrinos: "Saludo con afecto a las alumnas del Colegio Pasionista "Michael Ham" de Vicente López, Argentina; así como a los jóvenes de la Banda de música del Colegio de José de Jesús Rebolledo de Coatepec, México".
Los mexicanos le dedicaron la canción "Cielito Lindo" a Francisco, que antes de entrar en la Villa Apostólica deseó a los presentes una "buena fiesta" y un "buen almuerzo".
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