El párroco italiano Piero Corsi, que desató una fuerte polémica al acusar a las mujeres de ser en parte culpables de la violencia machista por provocar, anunció ayer que colgaba los hábitos.
“Después de una noche sin dormir por el dolor y el remordimiento por la justa polémica que ha causado mi imprudente provocación, comunico que cuelgo los hábitos, de los que me siento indigno”, dijo el cura.
Corsi, párroco en Lerici, localidad del nornoreste de Italia, había colgado en el portón de la iglesia un nota titulada “Mujeres y Violencia de género”, en la que señalaba que muchas veces “una prensa fanática y desviada” echa la culpa de todo al hombre. El párroco afirmaba que el problema de la violencia machista se debía a que las mujeres “cada vez más, provocan, se vuelven arrogantes y se creen autosuficientes y acaban por exasperar las tensiones”.
El sacerdote agregaba: “¡Cuántas veces vemos a muchachas y señoras maduras caminar por la calle con vestidos provocadores y ceñidos!, ¡Cuántas traiciones se consuman en los lugares de trabajo, en los gimnasios y los cines! Podrían evitarse, ya que desatan los peores instintos y después se llega a la violencia o al abuso sexual”.
Estas afirmaciones han causado la indignación entre las asociaciones de mujeres.
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