Monseñor Bialasik "Agradecido a Dios por estos 10 años con el pueblo orureño"

El 17 de septiembre del 2005, Oruro le daba la bienvenida al entonces nuevo Obispo de la Diócesis, han transcurrido 10 años de ese hecho trascendental y Monseñor Cristóbal Bialasik, recuerda ese día como si hubiese sido ayer, al momento de consultarle cómo se siente, responde, "agradecido a Dios por estar con el pueblo orureño".

Ante la salida de Monseñor Braulio Saez, Oruro se quedó sin Obispo por dos años, hasta que el 30 de junio del 2005 el Papa Benedicto XVI, nombró a Cristóbal Bialasik, como nuevo Obispo de la Diócesis de Oruro y tomaría posesión de su cargo el 17 de septiembre de ese mismo año.

Hoy se recuerdan 10 años de ese suceso y Monseñor Bialasik agradece a todo el pueblo orureño porque encontró a una nueva familia, con la cual se trabaja cada día agrandando la obra de Dios. El Obispo recuerda varios momentos que marcaron su vida como máxima autoridad de la jurisdicción eclesiástica de Oruro, entre las que destaca: "El primer momento fue la ordenación que nunca olvido, que fue justamente hace 10 años donde estuve brindando mi fe, mi compromiso y mi fidelidad a la Iglesia acá en Oruro", indicó.

Otros momentos que quedan en la memoria de Monseñor, es el conflicto suscitado en Huanuni, donde se enfrentaron hermanos de clase y se tuvo la mediación de la Iglesia, también el rescate de un policía de nombre Iván que fue secuestrado en un conflicto, también en Huanuni y donde personalmente él actuó como mediador.

"El compartir con la gente el trabajo pastoral, ayudar en los comedores populares o distintos lugares que es un trabajo sistemático es muy importante para la vida de un Obispo que quiere prestar mejor servicio y lo hago con todo el cariño", mencionó.

Los retos de acá en adelante también son varios, ya que se necesitan más capillas en los barrios periurbanos también en el área rural para que la Iglesia esté más cerca de su pueblo, según explicó Bialasik.

Otra de las prioridades, es proseguir con la construcción de la casa para los migrantes que se hace en la localidad fronteriza de Pisiga.