Cuando se busca información sobre la Catedral de San Sebastián, más conocida como Catedral Metropolitana de Cochabamba, la literatura histórica nacional, las revistas de arquitectura y páginas de internet, se refieren a ella como una obra arquitectónica religiosa de gran belleza y esplendor. Seguramente, el lector quedará con ganas de conocerla, en caso de llegar a esta ciudad, y con una mirada detallista redescubrir el legado patrimonial de esta edificación.
Sin embargo, al estar frente a la Catedral, puede que la primera impresión no sea de las mejores, puesto que, varios sectores externos están deteriorados por el tiempo y la acción humana.
La Catedral tiene dos portones de ingreso, uno lateral que se ubica sobre la calle Esteban Arze y que permanece cerrado al paso peatonal, gracias a que cuenta con un enrejado de protección y que se habilita solo en ocasiones especiales como Semana Santa; y otro, por la galería ubicada al sur de la Plaza Principal, y que está libre para el paso de los peatones. Este último sector es el que sufre mayor deterioro.
Al ingresar a la galería por la esquina de las calles Santiváñez y Nataniel Aguirre, se puede observar que las paredes y columnas, el techo de la galería y el piso de loza, tienen acumulados tierra y partículas sólidas de los gases tóxicos emanados de los vehículos que circulan por la zona.
El inadecuado comportamiento de algunos transeúntes de esta galería también genera daño a la infraestructura; ya que al abrigo de la noche escriben graffitis o tallan en las paredes de cal para dejar frases de amor o despecho como recuerdo de su efímero paso por este sector, líneas que deterioran permanentemente la imagen de las paredes; sin dejar de mencionar los panfletos y carteles pegados.
Unos dos metros antes de llegar a las gradas de acceso a la Catedral, en la parte superior, cerca del techo de la galería, comienza a distinguirse telarañas, que incrementaron su tono y espesor gracias a la acumulación de polvo y tierra. Un sector de pared también perdió el estuco.
A esto se suma el mal olor que queda impregnado en las paredes y la loza, debido a que los mendigos que se apropiaron de esta galería para dormir, también la utilizan como mingitorio.
Dada la importancia arquitectónica de la Catedral es necesario hacer un estudio de su realidad, para ver qué se puede hacer. Ya que de lejos esta edificación es la imagen inalterable descrita por Héctor Cossio Salinas en su libro “La Tradición en Cochabamba”, editado en 1969, donde se relata el esfuerzo que tuvieron que emprender los cochabambinos para edificarla, cuyo esplendor y belleza opacan a las edificaciones colindantes de la plaza; pero que en verdad requiere de cuidado y protección para mantener su belleza y esplendor
primeros trabajos de apoyo
Gracias a la próxima puesta en marcha del proyecto de peatonalización a cargo de la Alcaldía Municipal, que se estaría iniciando la segunda quincena del mes, se tiene previsto realizar obras de refaccionamiento en la plaza 14 de Septiembre y la galería sur, perteneciente a la Catedral.
El secretario de planificación de la Alcaldía, Manuel Prado Suárez, informó que para estar a tono con el proyecto de revitalización de la Plaza se realizará una limpieza exhaustiva, aunque solo hasta cierto nivel. Además, este proyecto contempla la instalación moderna de un nuevo sistema de iluminación a la Catedral, el cual tiene ventajas técnicas y medioambientales a las existentes en la actualidad.
Con respecto a futuros arreglos en dicha edificación patrimonial, Manuel Prado Suárez mencionó que se debe coordinar acciones conjuntas con las autoridades pertinentes.
Por su parte, el padre Marcelo Bazán, rector de la “Catedral San Sebastián de Cochabamba”, afirma que debido a que esta obra fue declarada Monumento Nacional, por Decreto Supremo 8171 del 7 de diciembre de 1967, la Iglesia católica no puede llevar adelante ni viabilizar ningún trabajo de restauración, ya que todo debe ser canalizado a través de las normas existentes de investigación, con el objetivo de restituir o devolver una edificación a su estado original, o a la conformación que tenía en una época determinada.
“Actualmente estoy en gestiones con las autoridades de la Sub Alcaldía Adela Zamudio para solicitar la restauración de la parte externa de la Catedral”, asegura Bazán; y es que a simple vista ya existen arreglos y mejoras urgentes a dicha estructura, entre ellas la torre del campanario, el acceso a las mismas y otros que serán analizados en base a elementos científicos y requerimientos primarios.
La última restauración de la Catedral se realizó hace aproximadamente 22 años, donde se hicieron algunas mejoras físicas; en 2013 se logró el mantenimiento estético del techo de la Catedral, donde se restauraron frescos y decoración lateral existente, que le devolvió esplendor a la parte interna y todavía se mantiene de esa manera”, manifestó Bazán. Y aunque todavía no existe ni el proyecto para identificar cuáles son los trabajos de urgencia que requiere la Catedral, se deben seguir los pasos legales, un trabajo coordinado con el Concejo Municipal.
Con respecto a la situación de mendigos que pernoctan en la galería, el nuevo Decreto Municipal del Reglamento de Actividades, Usos y Funciones - Proyecto de revitalización de la Plaza de Armas 14 de Septiembre, en el capítulo XIX, artículo 20 se contempla la prohibición del asentamiento momentáneo, temporal y definitivo de personas en situación de calle.
Pasaje Peatonal
Pero el recorrido no termina con el paseo por estos dos lados, puesto que las autoridades departamentales crearon el Pasaje de la Catedral en el primer decenio de este siglo. Un espacio alternativo que dista mucho de la imagen que se observa en el lado sur de la plaza Principal.
El pasaje de la Catedral que une las calles Nataniel Aguirre y Esteban Arze, es un espacio moderno, de callecilla empedrada, desde donde se observa la parte lateral de la Catedral.
El plan regulador del municipio de Cochabamba que estaba vigente a inicios de los años 2000 tenía por objetivo recuperar los terceros patios de las casas patrimoniales en 38 manzanos del Centro Histórico.
A través de la revitalización de los terceros patios de estas edificaciones, denominados “corazones de manzana”, se habilitarían pasajes. Esto fue la base para la apertura de este pasaje.
“De acuerdo al Plan Regulador del año 1961, creado por el arquitecto Jorge Urquidi, Cochabamba debía contar con 16 pasajes urbanos, pero solo unos cuantos se pudieron concretar”, afirma Manuel Prado.
Asimismo, afirma que este es uno de los cuatro pasajes que aún se conserva en la ciudad y que cumple sus funciones a cabalidad, porque los otros: el pasaje “23 de mayo”, “Sucre”, “Joaquín Zenteno Anaya”, se convirtieron en lugares de movimiento económico, que lejos de ofrecer descanso al peatón limitan su desplazamiento; situación que cambia el objetivo de uso de estos pasajes.
Este es uno de los pocos rincones de la ciudad que permite al peatón descansar del ritmo ajetreado del día, alejados del ruido y disfrutar de un paisaje tranquilo y poco frecuentado.
Este lugar amanece limpio y se conserva así durante el día, posiblemente porque tiene varios basureros para uso social y letreros que refrescan la memoria y el uso que debe dárseles.
En época de primavera la fuente central está encendida por lo que además de aspecto decorativo ofrece una brisa fresca, bondades que se puede disfrutar sentado cómodamente en una banqueta.
En este breve paseo, se observan detalles, aquellos que pasan imperceptibles a muchas miradas, pero también dan voz a aquellas que silenciosas lamentan la suerte y dejadez que atraviesa la Catedral Metropolitana.
Es así como una estructura arquitectónica tan importante de la ciudad, que recibe diariamente a cientos de peatones, debe mantenerse pulcra, a la altura de las descripciones que abundan en el internet de ella.
Aquellas que hablan de una época de oro, donde se fusionan el anhelo de unos cuantos feligreses para ingeniárselas y desarrollar este gran proyecto que hasta ahora perdura en el tiempo.
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