“Gracias, ya falta poco para el viaje a Bolivia”, le respondió el papa Francisco al recibir en sus manos la bandera boliviana. Blanca Orellana y su hijo, el padre Ariel Beramendi, habían esperado con ansias ese momento, que llegó el 6 de mayo, en la tradicional Audiencia General que el pontífice realiza todos los miércoles del año en la plaza de San Pedro.
Blanca y su hijo, ambos de nacionalidad boliviana, saludaron al santo padre al final de la audiencia, que habitualmente conglomera a más de 30.000 personas. El pontífice había salido en su papamóvil a las 9:30 de ese día y lo primero que hizo fue saludar a los feligreses.
Al finalizar la celebración, el papa saludó por más de una hora a las personas que tuvieron acceso al atrio de la Basílica San Pedro, entre ellos Blanca, el padre Ariel y muchos peregrinos argentinos, además de parejas de recién casados a los que el sumo pontífice bendijo.
Para ella ha sido algo inolvidable. “Creo que fue una alegría enorme y un gran regalo para mi señora madre que me ha visitado en Roma”, expresó el padre Ariel, autor del libro Coloquios con el cardenal Terrazas, y que trabaja en el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales de la Santa Sede desde 2006 a cargo de la lengua española.
Durante las audiencias generales celebradas por el papa Francisco, las cámaras de televisión están pendientes del papa y las pantallas gigantes permiten a toda la gente verlo con más detalle. Al final de la audiencia, el papa Francisco imparte su bendición apostólica a la multitud, la misma que se extiende a familiares y enfermos.
También suele bendecir rosarios, crucifijos, imágenes y otros artículos de los feligreses. El padre Ariel considera que la visita del santo padre a Bolivia hará más visible al país ante los ojos del mundo.
Los obispos ultiman detalles
A miles de kilómetros de Roma, en Santa Cruz de la Sierra, el arzobispo Sergio Gualberti, acompañado del coordinador general para la visita del papa, monseñor Aurelio Pesoa, llegó ayer hasta el altar que se construye en el Cristo Redentor.
Vio en detalle las ubicaciones donde estará la silla del papa, de los concelebrantes, los sacerdotes, los enfermos, el coro y otros. Hasta el momento se tiene confirmada la presencia de unos 500 sacerdotes en la celebración, pero aún aguardan cerrar el número de obispos que llegarán a Bolivia.
Los trabajos en los altares
El decorador Quito Velasco ya trabaja en los detalles de los altares, cada uno con un concepto especial. En el Cristo, el fondo lucirá una cruz misional y tallados de madera. Usarán flores en las que predomine el patujucillo y colores amarillo y medio naranja, acordes al concepto chiquitano.
También trabaja en Don Bosco, donde resaltará el blanco y la transparencia, porque predomina el concepto de Jesús pescador de hombres, ya que será el encuentro con religiosos. Habrá una cruz con bastante cristal.
En Palmasola también predomina el amarillo y el blanco, pero se destacará la imagen de la Virgen de Las Mercedes, patrona de los privados de libertad. En la parroquia La Santa Cruz se hará una decoración en el salón donde será el encuentro con los obispos
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