sábado, 16 de agosto de 2014

Crece veneración a Virgen de Urkupiña en Tarija

Al ritmo de la morenada y los caporales, ayer en nuestra ciudad se honró a la Virgen de Urkupiña en una misa celebrada en la Iglesia de Juan XXIII, acto tras el que se realizó una Entrada Folklórica por las calles de la zona que fueron colmadas por los danzantes que iban rumbo a sus sedes. Los seguidores fueron al templo llevando sus imágenes para ser bendecidas, y así cumplir con la tradición de venerar a una de las virgencitas que tiene más devotos en todo el país y el exterior.

El Convite te muestra en la presente edición la primera parte de la festividad de la Virgen de Urkupiña, que cada año se acrecienta en Tarija, y esta vez contó con la organización de parte del señor Adrián Rojas y su esposa Victoria Villarrubia, cuya familia lleva ya 11 años realizando una misa cada 15 de agosto en honor a la mamita.
Otro grupo que asistió a la misa fue el del señor Mario Morales y su esposa Esperanza Alarcón, que llevaron a los morenos, a las chinas, y a los achachis para que al ritmo de la danza pesada demuestren la devoción a la virgencita, que según don Morales “es la madre de Cristo que hace surgir los emprendimientos y cumplir los deseos” .

Historia de la Virgen de Urkupiña
Cuentan que en la época colonial, en la población de Quillacollo, Cochabamba, una pequeña niña ayudaba a sus padres pastoreando ovejas. Cierto día a la pastorcita se le apareció una hermosa y deslumbrante señora que cargaba en sus brazos un niño, la cual se convirtió en su amiga. Para la niña el conversar con la señora, quien le hablaba en el idioma nativo de la pastorcita, el quechua, y jugar con el niño, se convirtió en algo natural.
Al llegar a su casa, les contó a sus padres sobre la bella señora; quienes sorprendidos oyeron a su hija relatar la forma en que “la señora” apareció.
Extrañados los padres de la pastorcita, compartieron el hecho con el sacerdote de la parroquia y algunos vecinos, quienes decidieron cerciorarse de la veracidad del relato de la niña.
Un día 15 de agosto, sorpresivamente aparecieron los padres y algunos vecinos en el lugar donde la niña pastoreaba sus ovejas. Grande fue la sorpresa cuando vieron a la pastorcita acompañada de la señora y su hijo. El asombro y la incredulidad se apoderó de la gente, cuando vieron que lentamente la señora y el niño empezaron a subir a los cielos. La gente sorprendida preguntaba: donde está la señora? La pastorcita muy feliz respondía señalando con el dedo a la señora quien lentamente ascendía a los cielos, diciendo: “Ork’hopiña, Ork’hopiña”, que en quechua significa “ya está en el cerro”.
En el lugar donde la señora con el niño en brazos visitaba a la pastorcita, encontraron una bella imagen de una señora con su hijo, a la que denominaron Virgen María de Urkupiña, nombre castellanizado por el que actualmente se conoce a la Virgen. En ese lugar, se construyó el templo de la Virgen, que desde aquella época es venerada por el pueblo boliviano. Actualmente se ha trasladado la imagen al templo Matriz de Quillacollo hasta donde llegan peregrinos de toda Bolivia para adorar a la Virgen María de Urkupiña, patrona de la integración Nacional.



La festividad de la Virgen de Urkupiña, se celebra del 14 al 16 de agosto en Quillacollo-Cochabamba, donde peregrinos de todo Bolivia y países vecinos van a visitar su Santuario caminando hasta el cerro de Cota, lugar de su aparición, recorriendo 16 Km.

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