El jesuita y antropólogo hispanoboliviano Xavier Albó opinó ayer que el presidente de Bolivia, Evo Morales, cumple con una promesa electoral con sus bases cocaleras al impulsar una ley que permitirá construir una carretera dentro de la reserva natural Tipnis, pese al rechazo de algunos sectores indígenas.
“Evo (Morales) lo quiere hacer porque además de ser cocalero él mismo lo había prometido a los cocaleros al principio de su gobierno para que se puedan expandir más allá. Estoy seguro de eso”, sostuvo el sacerdote en declaraciones a Efe y recogidas por el periódico virtual Rimay Pampa.
Albó, radicado en Bolivia desde 1952, ha dedicado gran parte de su vida al estudio de las lenguas y las poblaciones indígenas y es autor de varios libros y artículos que lo colocan como uno de los principales especialistas del país en esos temas.
El sacerdote puso en duda la relación carretera-desarrollo, que defienden los dirigentes del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) para justificar la construcción de una ruta a través del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
“La carretera ayuda solo a las comunidades que estén cerca de esa carretera en términos directos, todas las demás tienen que tener tres vías de río (para llegar)”, afirmó Albó, defensor del llamado “proceso de cambio” desde el primer día de gobierno del Movimiento al Socialismo.
Con su mayoría en el Parlamento, el MAS está dispuesto a aprobar por completo la norma hasta la próxima semana amparándose en que hay un sector indígena de esa región que respalda la carretera.
Albó aseguró que el cambio de criterio en torno a la carretera está “más en los principales dirigentes que en las bases mismas”.
La directiva indígena del Tipnis que había resistido al proyecto carretero en los años 2011 y 2012 dejó sus funciones el año pasado.
Actualmente, un grupo de dirigentes ha ratificado su apoyo al Gobierno, mientras que otro se muestra contrario.
ALERTA POR DESTRUCCIÓN
Albó advirtió que lo que podría pasar con la reserva natural es algo similar a lo que ya sucedió con el llamado Polígono 7, una pequeña zona al sureste del Tipnis con asentamientos cocaleros, que desplazaron a las comunidades indígenas originarias.
“Donde está la mayor parte de los cocaleros actualmente, el Polígono 7, tenía una ecología similar a la que tiene ahora la parte en la que quieren entrar, pero se ha transformado totalmente”, dijo.
La acusación de que los cocaleros aprovecharán la carretera que unirá las regiones de Cochabamba (centro) y Beni (noreste) para la expansión de sus cultivos es algo que también han señalado otros grupos étnicos, los ecologistas y políticos de la oposición.
En el Tipnis hay cocales al margen de la ley, que el gobierno ha ordenado erradicar para mostrar que no permitirá esas plantaciones.
En la Constitución de Bolivia, la coca tiene el rango de patrimonio por factores culturales y se defiende la masticación de la hoja o “acullicu” que practican algunos sectores, pero parte de la producción mezclada con químicos se transforma en cocaína.
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