martes, 5 de enero de 2016

¿Estamos programados para creer en Dios?


El temor a la ira de Dios podría haber jugado un papel clave en el desarrollo evolutivo de los humanos.

Si la creencia en el castigo divino está tan arraigada entre los humanos ello se debe a la evo-lución, escribe Do-minic Johnson, ex-perto en biología evolutiva y en rela-ciones internacio-nales de la Univer-sidad de Oxford, en su nuevo libro ‘Dios está mirán-doles’ (‘God is Watching You’, en inglés), informa el periódico británico ‘The Daily Mail’.

La sensación de sentirse observado por un ser omnipotente o sobrenatural podría haber garantizado que nuestros antepasados se comportaran de una manera menos egoísta, según su teoría. Johnson opina que la creencia en los castigos divinos habría contribuido a potenciar la cooperación entre los huma-nos, uno de los rasgos clave sobre los que se sustenta el éxito evolutivo de nuestra especie.

Asimismo, el profesor Johnson explica por qué el miedo al castigo se habría con-vertido en una fuerza más importante en la religión que otros aspectos, como el amor y el altruismo, que también promueven las grandes religiones como el cristianismo. Según él, ello se debe principalmente a la forma en que nuestros cerebros estable-cen vínculos.

“Cuando hacemos algo egoísta o malo, incluso si estamos solos, resulta difícil sa-cudirse de encima la sensación de que, de alguna forma, nuestras acciones son ob-servadas y desaprobadas por alguien o por algo”, agrega el profesor.

Por su parte, la psicología ha demostra-do que los eventos negativos suelen tener un impacto más potente en nuestro pensa-miento y en nuestro comportamiento que los positivos.

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