Después de ser bendecido en una misa de la Catedral Metropolitana el pasado domingo, el niño Jesús del pesebre de Navidad de la familia Gutiérrez Méndez comenzó a llorar.
Sorprendido por lo que estaba viendo el propietario del Niño, Rubén Gutiérrez, corrió a la tienda a llamar a su cuñado que le hizo el obsequio, tan sólo dos días antes de Navidad.
Al ver las lágrimas, la persona que lo compró de la feria navideña también se sorprendió de lo que observaba, luego lo llevaron nuevamente a la Catedral para preguntarle al padre por este fenómeno, quién no tuvo respuesta y pidió reserva en guardar la imagen.
Al retornar a su casa, la gente del barrio que se había enterado de lo sucedido esperaba al Niño para poder rezar, dejar velas y pedir sus deseos.
Gutiérrez se siente muy feliz de tener al Niño en su casa y asegura que lo que le está sucediendo a su familia es un milagro, pese a ser la primera Navidad que arma su pesebre.
Gutiérrez formó hace poco su familia y en octubre se convirtió en padre de un niño llamado Lucas.
Ahora preparan una urna para poder cuidar al niño del pesebre y aunque todavía no encuentra una explicación a lo que le está sucediendo, está muy agradecido con Dios y un padre de la Catedral está asesorando a la familia para ver qué acciones tomar.
Mientras tanto el Niño es visitado por vecinos y gente de todas partes de la ciudad en la casa de la familia Gutiérrez, ubicada en la calle 15 de Agosto 1732, zona del Hipódromo.
El 6 de enero, Día de Reyes Magos, el Niño será llevado a una misa en la Iglesia de Cristo Rey.
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