“De cerca es más hermosa”, dice una anciana y corre presurosa a los pies de la escultura de la Virgen del Socavón que se erige en el cerro de Santa Bárbara, en Oruro. El monumento mide 45 metros de altura y se perfila como el más grande de Sudamérica.
Al igual que otros visitantes, la mujer contempla en silencio la imagen de la Virgen. “Realmente es una maravilla y es igualita a la Virgencita del Socavón del templo”, expresa. Ese instante es interrumpida por el fuerte ruido de los soldadores y de los martillos que usan los obreros y escultores para afinar detalles de la obra.
La escultura, que pesa 1.500 toneladas, estará terminada el próximo 2 de febrero y con su entrega se dará inicio a los festejos del Carnaval de Oruro, aunque la obra también forma parte de los presentes a la ciudad en el aniversario de su gesta libertaria, que se celebra el 10 de febrero. Para la ejecución de la obra, el municipio invirtió más de nueve millones de bolivianos.
Guillermo Quino, encargado de la obra, observa fijamente a la gente que se da modos para eludir a los cuidadores e ingresar a la construcción. “No dejan trabajar. Hay señoras que vienen con flores y rezan frente a la Virgen. Ya no sabemos qué hacer para evitar su ingreso”, comenta.
Las visitas a la escultura ubicada a cinco minutos de la plaza principal orureña se intensificaron en los últimos meses, especialmente cuando colocaron la cabeza y la corona de la Virgen.
“Cuando finalizamos de montar la cabeza y corona de la Virgen recibimos la visita de los primeros ciudadanos orureños. Recuerdo que ese día llegaron hasta personas con discapacidad y gente en silla de ruedas para visitar la imagen. Observar eso fue algo extraordinario”, cuenta el ingeniero Freddy Botello, oficial mayor de Desarrollo Urbano del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro.
La corona de aluminio
Alrededor de la Virgen, más de cuatro escultores trabajan a gran ritmo y pulen detalles de la cabeza de la escultura del Niño Jesús. A unos pasos, Luis Patiño, oriundo de Yacuiba, se encarga de soldar los decorados hechos de aluminio de la obra.
“Estoy terminando de armar lo que es la corona y los arreglos de la esfera del mundo que llevará el Niño Jesús. Es un trabajo comprometido y exige mucho detalle, pero todo vale la pena por la Virgencita”, comenta Patiño. Además, relata que armó la corona de la Virgen, que pesa unos 370 kilos y que fue hecha de aluminio.
Sin embargo, los más de 70 obreros y escultores no sólo están preocupados por la rigurosidad del trabajo. Todos los días tienen que lidiar con las inclemencias del tiempo, como el cruce de vientos fuertes y el intenso frío.
Esa situación también dificulta montar parte por parte la escultura. “En estos días colocaremos la imagen del Niño con una grúa, pero a veces es complicado, en especial cuando hay vientos muy fuertes”, cuenta Quino.
A punto de concluir
El sueño de edificar la escultura de la Virgen más grande de la región, siete metros más alta que el conocido Cristo Redentor de Río de Janeiro (Brasil), surgió en 2007, en el mandato del entonces alcalde Édgar Bazán.
Luego de varias gestiones, el municipio orureño lanzó una convocatoria para construir la escultura, considerada una de las obras de arte más grandes de ese género en la región. La obra fue adjudicada al Consorcio Virgen del Socavón, integrado por las constructoras Navla Ltda y Caabol SRL y el grupo de escultores Formas XXI.
La construcción de la escultura comenzó en 2010. “Es uno de los proyectos multidisciplinarios más grandes del país e integra trabajos de ingeniería, arquitectura y escultura”, comentó Mauricio Aramayo, representante de la empresa Caabol.
Según Aramayo, en las áreas de ingeniería y arquitectura el proyecto lleva avanzado un 98% y la parte escultórica y artística está en 93%. “Sólo estamos en el proceso de montar el Niño y estamos terminando de unir algunas partes de la escultura”, explica.
La estructura del monumento de la Virgen es de hormigón armado. La parte escultórica fue elaborada de fibra de vidrio. “Usamos fibras de polipropileno, que se utilizan por primera vez en Oruro y que permiten trabajar los detalles y no dan lugar a la contracción y dilatación a causa del frío”, explicó Rolando Rocha, escultor y diseñador de la efigie.
Un museo y galerías
Aramayo calcula que la imagen de la Virgen equivale a un edificio de 15 pisos. Según el proyecto, el primer piso está adaptado para albergar una capilla. “Tiene unos 390 metros cuadrados de superficie”, dice.
El segundo piso, que tiene una hilera de ventanales, fue habilitado para una cafetería y mide 270 metros de superficie. “Es un mirador que tiene 360 grados de visibilidad”, explica Aramayo. En el tercer nivel se habilitará un museo y el cuarto piso estará destinado a galerías de artesanías. En ambos niveles el público podrá apreciar el panorama desde ventanas con forma de estrella. Por las noches estará profusamente iluminada.
Los siguientes pisos sólo serán usados para mantenimiento. “En el primer nivel instalaremos altares y habrá un espacio exclusivo para la gente que traiga flores y velas”, dice Quino, quien destaca que ese espacio será perfecto para recibir a los miles de peregrinos que visitarán a la Virgen.
“Llegaron personas en silla de ruedas para visitar la imagen. Observar eso fue algo extraordinario”.
Freddy Botello, del municipio de Oruro
La escultura es antisísmica y contra rayos ultravioleta
El monumento de la Virgen fue construido con una resina poliéster y fibra de vidrio para resistir los fuertes vientos del lugar. “Es una estructura sismorresistente y está calculada para soportar vientos de hasta 180 kilómetros por hora”, explicó Milton Dávila, supervisor de la obra.
Antes de construir la escultura se efectuaron estudios geológicos del suelo de 50 metros de profundidad. “Teníamos que verificar si había o no socavones en el cerro. Luego ampliamos el área del cerro con muros de contención para garantizar la estabilidad de la imagen”, explicó Jaime del Llano, de la empresa Navla Ltda.
Dávila explicó que la estructura de la Virgen está compuesta por estructuras aisladas a tres metros de profundidad. “La estructura se adapta para soportar el peso de la cabeza, del brazo derecho y del Niño Jesús”, detalló.
Otro de los detalles característicos de la obra es que fue cubierta con pintura acrílica y de color blanco hueso. “Es un material especial contra las inclemencias del tiempo y con UV de protección ultravioleta”, explicó Dávila.
Según los encargados de la obra, la maqueta principal es una escultura que mide tres metros, que fue agrandado diez veces para obtener el actual monumento.
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