Una particular celebración se cumple una semana después del recibimiento de los ajayus o almas en Todos Santos. Es la Fiesta de las ‘ñatitas’, denominativo que reciben los cráneos que provienen de familiares, amigos y otros a los que se celebra con música, flores; se les hace fumar cigarrillos y se les ofrece hojas de coca en una ceremonia que se realiza en el Día sin sombra, en la hoyada paceña.
El Día sin sombra —cada 8 de noviembre— es un fenómeno que no experimentan ciudades como Nueva York, Roma, París, Madrid, Buenos Aires y todas las que se hallan fuera de la franja tropical. En el mediodía astronómico —según el Laboratorio de Física— (que en La Paz se registra en torno a las 12.15) los objetos no proyectan sombra alguna por ubicarse los rayos solares exactamente encima de ellos. Por esto se recomienda evitar exposiciones prolongadas a los rayos ultravioleta (RUV).
Pero nada de esto puede ser trascendental cuando se trata de celebrar a las ‘ñatitas’, las queridas chatitas. Ellas reciben nombres por el afecto de quienes las conservan en la espera de la protección de la casa y para atraer la buena suerte.
El festejo que suele ser acompañado de una misa en el templo del Cementerio General de La Paz —pero hace años sin la bendición del sacerdote— se cumple de todas maneras y detrás de la iglesia. Los cráneos como ‘el capitán Víctor’, ‘el juez Baltazar’, ‘la Carmencita’, y otros, son festejados con música interpretada por conjuntos folklóricos. Muchos cráneos son adornados con coronas de flores, se les hace fumar cigarrillos y junto a ellos se akullikan hojas de coca. Es como si el camposanto se transformara por el lapso de varias horas en un espacio festivo en honor de las ‘ñatitas’.
Uno de los aspectos, digno de estudio antropológico, es el de colocarles nombres —a cada una de las ‘ñatitas’— y considerarlas como parte de la familia.
Algunas de ellas son tan apreciadas que incluso se les organiza un preste con fiesta y banda. En un local se las honra junto con los invitados de forma colectiva.
El afecto por los cráneos es expresado durante la celebración; pero también se acostumbra los lunes, de cada semana, encenderles velas y hacerles fumar sus cigarrillos. En la fiesta aparecen las ‘ñatitas’ dentro de urnas de vidrio luciendo adornos floridos, con sombreros y gorros.
Son varios los investigadores que coinciden en afirmar que la celebración pudo haberse originado en la época prehispánica. Los incas acostumbraban exhumar a sus muertos para entregarles ofrendas creyendo que se podían comunicar con ellos.
La tradición de honrar a los muertos continúa en la hoyada.
DATOS
• Ñatita. Es el cráneo de un resto óseo de un familiar o amigo. Algunas de ellas pueden pasar de familia en familia para ser conservadas.
• Nombre. El afecto por las ñatitas se refleja al colocarles nombres y al tratarlas como si fuesen parte de la familia que la conserva.
• Reciprocidad. Por el afecto recibido, las ñatitas cuidan la casa y se cuenta que atraen la buena suerte. Algunas personas dicen que los cráneos hablan a través de los sueños.
‘La Poderosa’ y los cuatro cráneos mensajeros
Cada año, ‘La Poderosa’ —denominativo que usa una mujer hechicera— organiza un preste o fiesta en honor de sus cuatro ‘ñatitas’ en un local conocido, por la zona del Cementerio.
Ella segura que una de sus ‘ñatitas’ es un juez, quien le ayuda a solucionar los problemas que aquejan a las personas que suelen buscarla para conseguir soluciones a sus conflictos emocionales.
También entre sus cuatro cráneos, que se encuentran bien conservados, dice que uno es policía que le ayuda a descubrir a los ladrones, además de cuidarla.
La banda toca música fúnebre, y el local es adornado con flores y globos de colores blanco y violeta, además de negro. Las cuatro ‘ñatitas’ se encuentran sobre un altar y los invitados se dirigen a ellas para saludarlas. ‘La Poderosa’ dice que ellas son sus mensajeras.
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