sábado, 29 de julio de 2017

Siervas de María se van entre muestras de cariño


AGRADECIMIENTO

Sor Loreto Casado

Siervas de María

"Decirles muchas gracias, muy agradecida, que Dios les bendiga a todos, sigan siendo una ciudad familiar encantadora, generosa; los enfermos merecen todo el cariño, creo que hemos demostrado que el enfermo es la imagen de Cristo y hay que atenderlo con cariño”.

“Las Siervas de María creo que nunca van a salir de Sucre”. De esta forma se despidió Sor Loreto Casado a nombre de las cuatro hermanas que dejaron el hospital Santa Bárbara luego de 117 años de servicio de la congregación.

En el acto de distinción a las hermanas no estuvieron las principales autoridades de la Gobernación, de Salud y la Alcaldía; el reconocimiento fue organizado por el Servicio Departamental de Salud (SEDES) en el Salón de Convenciones de la Gobernación, que ahora administra el nosocomio.

El sentir de pobladores, que han reclamado la inacción de las autoridades frente a esta partida, fue sintetizado en el acto por una treintena de trabajadores en salud que, entre gritos y lágrimas, pidieron que las religiosas se quedaran.

“Que no se vayan”, gritaron, portando carteles y reclamando a las autoridades la gestión del retorno de las hermanas “al hospital que es su casa”.

El impasse inicial fue superado y el acto comenzó, pero la protesta siguió fuera del salón.

No estuvieron para despedir a las Siervas de María el gobernador de Chuquisaca, Esteban Urquizu –en cuya gestión empezaron a surgir diferencias en la administración del nosocomio con las religiosas, que siempre guardaron un respetuoso silencio–, la mayoría de los parlamentarios. Tampoco estuvo el alcalde de Sucre, Iván Arciénega; el presidente del Concejo Municipal, Vicente Medrano, y el director del Servicio Departamental de Salud (SEDES) Jhonny Camacho; sólo estuvo el presidente de la Brigada de Asambleístas Francisco Cuellar.

En la testera estuvieron la secretaria de Desarrollo Humano y Social, Mery Romero; el secretario del Concejo, Efraín Balcera, el director interino del SEDES, Julio César Huarachi.

Justamente ayer llegaba el presidente Evo Morales y varios decidieron acompañarlo.

El acto cobró brillo de otra forma: la emotividad en el ambiente y agradecimiento para con las religiosas.

Los oradores coincidieron en destacar la labor de las Siervas de María y el trabajo desinteresado durante los 117 años a favor de los pacientes y de la gente de escasos recursos.

La Secretaria de Desarrollo Humano y Social explicó que el Consejo Departamental de Salud aseguró a las hermanas que reconsideraran su decisión de dejar el servicio en el hospital, pero la respuesta fue la misma, la “disminución de vocaciones religiosas” y a que así les es imposible llevar a cabo su labor de cuidado de los enfermos.

El Director interino del SEDES tuvo palabras para ellas, pero también para destacar las inversiones del Gobierno en salud que, aseguró, cambiaron la desprotección de la población.

La provincial Sor Loreto Casado recordó que hace 117 años, cuando las primeras hermanas llegaron de España a Sucre fueron recibidas con los brazos abiertos por los sucrenses y desde esa fecha se pusieron a trabajar en el hospital Santa Bárbara.

“Nunca más volvieron a España, pero se sentían felices, nos dejaron historiales que ellas realizaron del servicio a los enfermos”, contó.

Destacó el trabajo de todas las religiosas que trabajaron en el Santa Bárbara y la mística que ellas tenían fue transmitida a lo largo de los años. “El hospital era una familia, se trasmitió el mensaje del Señor: 'lo que hicisteis con uno de estos me los hicisteis, vayan a los enfermos y díganles que el reino de Dios está cerca'. Esta mística la conocieron y la contagiaron en el hospital donde se vivía en familia, el rey del hospital era el enfermo y todos estábamos en función de ellos”, exclamó al expresar su deseo de que esto continúe así.

El Hospital Santa Bárbara, el SEDES, el Concejo Municipal y la Brigada de Asambleístas entregaron plaquetas, flores y presentes a Sor Loreto Casado; Sor Sonia Butrón; Sor Anaí Flora Fernández; Sor Aurelia Luisa Casa y Sor María Ingrid Aranibar.

Luego del acto, las religiosas recibieron el cariño de sus ex compañeras; entre lágrimas y fuertes abrazos se despidieron con el compromiso de un pronto reencuentro.

“En el hospital ya no estarán las palomas blancas que daban cariño y trabajaban por los enfermos”, lamentó Cristina Magne.

Mientras la enfermera Aracely recordó que cuando llegó al hospital hace 15 años, las hermanas les enseñaron a ser responsable y trabajar en familia.

Dos de las hermanas ya partieron de Sucre y hoy otras dos también se van a cumplir otras misiones en otro centro de salud donde las Siervas de María trabajan. Lo que se llevan aparte del cariño también es la deuda de $us 122 mil que les impuso la Aduana Nacional a raíz de problemas administrativos en la recepción de contenedores con donaciones destinadas al hospital.

"La consagración de nuestra madre, el mejor regalo"

Sor Casado contó que en 1950, la fundadora de la Misión de las Siervas de María, María Soledad Torres Acosta, fue declarada Beata debida a un milagro que sucedió en el hospital Santa Bárbara.

La historia refiere que por el hospital una hermana caminaba atendiendo a los enfermos, a aquellos que tenían dolores les entregaba una pastilla para aliviarlos, cuando los pacientes la describían era la misma Santa María Soledad la que estaba en Sucre en espíritu, ya que ella había fallecido en 1887.

El milagro: la paciente Petrona Peñaranda estaba desahuciada, pero con el cuidado de la hermana María Soledad logró recuperarse por completo, evento que desconcertó al personal médico de esa época.

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