sábado, 11 de marzo de 2017

Qhochalas acuden a 25 cráneos para hallar cosas perdidas

Lo abandonaron en la iglesia San Antonio de Cochabamba creyendo que ahí le darían “lo que le gusta”: reverencia a cambio que él “muestre sus poderes sobrenaturales”. Pero, lo rechazaron y donaron “donde debe estar”.

Así, desolado, el cráneo de una persona que murió fatídicamente (su propietario evitó explicar las circunstancias), fue a parar a La Casa del Sahumerio, que está en la avenida Los Andes y Moxos (cerca del mercado La Pampa), junto a otros 24 grupos de huesos que configuraban cabezas de gente que falleció en eventos similares.

Cuando llegó ahí, era una simple caja ósea, ahora adquirió personalidad, como los otros. Luce un sombrero que encaja perfectamente en su circunferencia craneal y una bufanda con un bordado que se asemeja a su fisonomía.

En jornadas especiales, los lunes de adoración, fuma cigarrillos que sostiene en su disecada dentadura y tiene hasta dos bebidas alcohólicas diferentes a su disposición.

En la casa de la adoración no solo está mejor, sino que, en poco tiempo, ese “rostro sin nariz” o ñatita como lo llaman en La Paz, se hizo de fama entre los comerciantes de La Pampa, a los que les hizo “favores que otros santos no pueden”.

Según el propietario de la Casa del Sahumerio, Raúl Ayma, sus 25 ñatitas tienen el don de “hacer aparecer lo extraviado”. “Acá viene mucha gente que ha perdido sus motos, autos o dinero, a pedir que aparezca”.

Supuestamente, “el que pide encuentra”. Según la contabilización que Ayma hizo de los testimonios de los devotos que concurren a ese oratorio, al menos el 80 por ciento da con sus propiedades perdidas, luego de pedir ayuda a los cráneos.

De acuerdo a los creyentes, “te avisa dónde está, a través de sueños, o aparece milagrosamente”.

ADORACIÓN Las personas que acuden a La Casa del Sahumerio son, en su mayoría, comerciantes que los lunes hacen fila para adorar a las ñatitas.

Desde las 8:00 horas de ese día se abren las puertas de la casa y los feligreses hacen rituales que contemplan desde oraciones hasta un recorrido por el lugar, de rodillas.

Otros, que prefieren guardar cautela, solo llevan flores a la ñatita de su preferencia y le oran en silencio.

Cada quien, a su modo, es bendecido por los cráneos, según Ayma, “siempre y cuando haya fe de por medio”.

Aclaró que las ñatitas no solo son expertas en el hallazgo de objetos, sino también en hacer que los juicios concluyan a favor de los devotos.

PROHIBICIONES Hasta el lugar llegan personas que tienen peticiones “negativas”. Hubo una ocasión en la que alguien encendió una vela negra ante los cráneos, un color que no está permitido.

Esa acción provocó que los propietarios de La Casa del Sahumerio no pudieran dormir toda una noche, debido a que las ñatitas metían ruido, hacían caer objetos, entre otras situaciones paranormales.

La familia Ayma tiene una tienda, donde los visitantes pueden encontrar velas con un color y una forma que se adecúa a su petición.

Así, para los que buscan amor, figuras de cera con forma de personas abrazándose. Mientras que para dinero hay velas verdes y amarillas.

OTROS SANTOS En medio del santuario de ñatas qhochalas, también se encuentran otras imágenes de personas santificadas por haber tenido una muerte cruel, es el caso de Gauchito Gil.

Se trata de una persona que murió en medio de luchas fratricidas en Argentina. Lo ataron a un poste y le dispararon, pero ninguna bala penetró en él porque supuestamente llevaba el amuleto de San La Muerte. Entonces, lo colgaron de los pies y lo degollaron.

8

Horas

El santuario de las ñatitas, que queda en la Casa del Sahumerio (intersección de las avenidas Los Andes y Moxos), está abierta al público de lunes a domingo a partir de las 8:00 horas.

El día de adoración a los cráneos es lunes, también a partir de esa hora. Se realiza una misa y otros actos de adoración a los restos humanos.

Santuario se creó con ñatas donadas

La Casa del Sahumerio es el único espacio en Cochabamba que alberga múltiples ñatitas a las que la población puede adorar. Al menos el 50 por ciento del total son donadas, de acuerdo a información proporcionada por sus propietarios.

El dueño de La Casa del Sahumerio, Raúl Ayma, no se refiere mucho a los antecedentes de los cráneos que guarda preciadamente en su edificio de más de cuatro niveles, que está emplazado en la intersección de las avenidas Los Andes y Moxos (zona La Pampa), solo develó que por lo menos la mitad se la dio algunos de sus compadres e, incluso, sacerdotes de las iglesias San Carlos y San Antonio de Cochabamba.

Según Ayma, la gente se deshace de estos elementos, generalmente dejándolos en iglesias, debido a que no es fácil cuidarlos.

Un par de ñatas que posan en su mostrador de madera son de unos esposos que eran papás de sus compadres.

Contó que le regalaron ambas, debido a que “no sabían cómo cuidarlas, mucho les molestaban”.

Otros conjuntos de huesos los heredó de sus abuelos, por lo que no conoce con exactitud su historia.

Señaló que la colección de cráneos es característica del occidente del país y su familia adoptó esa tradición de generación en generación porque sus abuelos son nativos de Oruro.

La celebración religiosa de todos los cráneos se realiza en noviembre, mes en el que se arma una fiesta con pasantes, música, conjuntos y demás.

SERVICIOS En el oráculo de las ñatas también hay un consultorio donde se ofrecen servicios de lectura de cartas, limpias espirituales y otros.



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