domingo, 4 de junio de 2017

La iglesia de San José de Soracachi

En 1533 llegó desde el Cuzco un grupo de pobladores denominados Soras, quienes arribaron a estas tierras con el fin de apaciguar la guerra entre Charcas y Carangas que en ese momento se producía; sin embargo, estos no regresaron a sus tierras por encontrar a esta zona muy propicia para su subsistencia, especialmente el clima. Los Soras cuzqueños se establecieron en esta zona y de esa manera se complementa su denominación con Cachi o collpa blanca que se producía en la zona de donde se originó el nombre de Soracachi.

Soracachi es un municipio que pertenece a la provincia Cercado, de 800 habitantes, que se encuentra a 30 kilómetros de la capital del departamento, Oruro, sobre el camino a Cochabamba, población que fue fundada por los españoles, y en el año 1538 los religiosos recién llegados instauraron devoción en la comunidad con el objeto de catequizarlos, teniendo como su advocación a San José de Soracachi.

Esta iglesia, posee una sola nave con sacristía, cuyos muros laterales están reforzados por seis contrafuertes, está emplazada dentro de un atrio de un muro almenado rectangular, en cuyas esquinas se encuentran cuatro capillas o posas, cuyas cubiertas son de bóvedas de avance, tiene una torre exenta formada por un cubo y dos cuerpos de campana separada por adarajas de ladrillo, rematada por una cúpula de media naranja con linterna.

La portada de madera de los pies es sencilla de medio punto, en cuyo frente se encuentra un tragaluz como especie de óculo.

Interiormente posee un arco triunfal recubierto por madera tallada con cuadrifolias pintadas de colores azul -celeste. El retablo tiene dos cuerpos y tres calles pintadas de los mismos colores que el arco triunfal

Los muros de la nave están pintados sobre un preparado de yesería con escenas bíblicas, especialmente de la Virgen y el Niño, entre las que podemos indicar las mejores conservadas: La Adoración de los Pastores, la Anunciación, La Adoración de Los Reyes Magos, La Presentación del Niño, de la misma manera a la entrada de la sacristía podemos apreciar a San Miguel Arcángel; en el presbiterio podemos estimar las figuras de los doctores entre ellos San Agustín. Todos estos cuadros están enmarcados por pinturas con decoraciones de flora y algunos querubines.

El zócalo está decorado por floreros y temas geométricos.

Indudablemente por las características de estas pinturas, pertenecen a la corriente del Barroco Indígena en la que se puede apreciar el manejo de los colores y el dibujo.

Es necesaria la conservación y la restauración de estas obras de arte, porque constituyen nuestro patrimonio cultural, estilístico y artístico, pues la valoración de éstas tiene la finalidad de rescatar la memoria histórica de la comunidad y recuperar los valores de relación social y cultural que son esenciales para la personalización e identificación de nuestro pueblo dentro de su contexto histórico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario