miércoles, 14 de septiembre de 2016

Una emotiva despedida a San Roque paraliza Tarija



Después de más de un mes de devoción y despliegue de la cultura chapaca, la jornada de este martes se efectuó el Encierro de la Fiesta Grande de Tarija en honor al Patrono San Roque.

Con gran asistencia por parte de la población inició por la mañana el largo recorrido del Santo por las calles de la ciudad precedido por los promesantes chunchos, cañeros, tamborilleros y quenilleros. La procesión terminó en un emotivo acto a puertas del Templo de San Roque, donde se dio la bendición al pueblo de Tarija.
El multitudinario acontecimiento fue visto por decenas de miles de personas más, ya que la cadena de televisión PLUSTLT, de la red Boquerón, lo retransmitió a todo el mundo a través de la señal satelital.

El recorrido
La procesión de Encierro inició aproximadamente a las 10:30, después de la misa solemne realizada en el santuario. Promesantes de todas las edades y clases sociales se inclinaron ante la figura del Santo en el atrio del templo y con alegría partieron rumbo a la Iglesia Catedral, luciendo sus pasos y vestimentas al son de las cañas, los tambores, las quenillas y sus propias “flechas”.
Ni bien llegaron a esta parada, los promesantes volvieron a ponerse en camino, esta vez rumbo a la Basílica de San Francisco, pasando alrededor de la plaza principal, donde muchos turistas se sumaron al público espectador y decidió seguir la procesión.
Ya hacia el mediodía, la procesión tomó rumbo hacia el Hospital Universitario San Juan de Dios, donde el Santo visitó a los enfermos, conforme a la tradición, para aliviarlos según su fe. Posteriormente se hizo una penúltima parada en la Capilla San Juan de Dios y se permitió a los chunchos y músicos tomar un descanso y alimentarse en inmediaciones al Estadio IV Centenario.
Finalmente, tras el merecido descanso los promesantes reanudaron la procesión de vuelta a la Parroquia de San Roque, acompañados por las autoridades del pueblo de Tarija, para el acto de cierre.

Devoción a pesar
de las dificultades
Con más de 6.000 chunchos promesantes inscritos, sin contar a los niños que aún no han hecho su primera comunión, decenas de músicos y una incontable cantidad de espectadores, fue inevitable que en ciertos tramos difíciles surgiera el desorden y el caos. Tal es el caso de lo ocurrido en la calle General Trigo, antes de llegar a la avenida Bolívar, donde, a causa de una construcción que ocupaba la calzada, llegó a haber gran aglomeración de gente e incluso empujones entre los promesantes, que fueron calmadas cuando personas del público les recordaron su promesa.
“Estas cosas siempre pasan, pero mejor es no echarle más leña al fuego, tranquilizar a los promesantes y seguir bailando”, comentó José Ortiz, un chuncho que tuvo que retirar a su hijo de cinco años de la fila para salvarlo de los empujones. En efecto, minutos después, en cuanto pasaban el atasco los promesantes empezaban a bailar con más vigor.
En gran medida también fue la labor de la Policía y la Intendencia la que facilitó la jornada, despejando de vehículos las calles por las que pasaría la procesión y, en algún caso, debiendo retirar alguno con una grúa cuando los propietarios no aparecían.

La fe de los promesantes
“Yo hice la promesa porque no pasaba muy sano, pero ahora me siento mejorcito”, indicó don Narciso Cuncar, quien lleva cinco años tocando la quenilla en la fiesta de San Roque. “El Patrono ha sido médico, así curaba lepras, por eso con mediación de Dios ha llegado a ser Santo”, añadió el devoto hombre de 61 años cerca del templo antes de iniciar la procesión.
“Llegué a Tarija cuando tenía dieciséis años, y desde los dieciocho me apromesé como chuncho al Santo, no sólo es una bonita tradición, es algo de la fe que uno tiene y que decide seguir adelante”, indicó Tomás Ayllón, que nació y en Villazón y ahora tiene 44 años.
“Antes habíamos hartos cañeros llegábamos de aquí a la avenida Domingo Paz, luego se han ido perdiendo muchos y los jóvenes ya no venían, pero por suerte estos últimos años están apareciendo de nuevo”, comenta don Jorge Méndez, quien lleva tocando más de 40 años.
“El Santo me ha ayudado a mí y mi familia cuando estábamos enfermos muy grave, por eso nunca he dejado de bailar cada año y no lo voy a dejar de hacer mientras pueda poner un pie delante del otro”, relató don Javier Flores, que con sus 58 años de edad marcha con el turbante y sujeta la flecha.

Un cierre conmovedor
Tras la larga jornada, el pueblo tarijeño congregado recibió al patrono y a los últimos chunchos promesantes y cañeros en el atrio del templo alrededor de las 22:00 horas. Tras las palabras solemnes del padre Garvin Grech, las voces de todos los promesantes se unieron para entonar la Alabanza a San Roque, el canto de despedida de los chunchos en el que se agradece al Santo por sus obras, se pide su perdón por las injusticias cometidas y se promete bailar un año más.
Finalmente, con el repique de las campanas, fuegos artificiales inundando la noche tarijeña, pañuelos blancos agitándose en alto y no pocas lágrimas, la imagen del Santo Patrono de Tarija fue llevada de nuevo al interior de la Parroquia San Roque donde esperará un año más para volver a acompañar a los chunchos y al pueblo devoto en las procesiones de fe.

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