El patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, Kiril, se despidió ayer de Cuba, tras una visita marcada por el encuentro que mantuvo en La Habana con el líder de los católicos, el papa Francisco, un acontecimiento que calificó de "muy importante" en la historia del cristianismo universal.
"Esta visita mía coincidió con otro acontecimiento muy importante, (...), he tenido la oportunidad de reunirme en ámbito fraternal y del amor con el Obispo de Roma, el papa Francisco", resaltó Kiril durante la liturgia que ofició en la Catedral Nuestra Señora de Kazán, su último acto en Cuba. La inédita y trascendente reunión entre Kiril y Francisco, celebrada en una sala de protocolo del aeropuerto internacional "José Martí" de La Habana el viernes, fue la primera de un patriarca ortodoxo y un papa católico, tras el Gran Cisma de Oriente y Occidente del año 1054.
Kiril dijo ayer que a pesar de las "diferencias teológicas" que persisten entre ambas iglesias, "entendemos perfectamente nuestra responsabilidad conjunta por lo que está sucediendo en el mundo" y para que los seres humanos con "todas sus diferencias políticas y económicas aprendan a vivir en paz".
Ayer, los medios de comunicación de la isla publicaron una nota oficial acompañada de fotos o imágenes de vídeo de la visita de cortesía realizada por el patriarca Kiril al expresidente Fidel Castro, de 89 años y retirado del poder desde 2006 por una enfermedad, en su domicilio, donde se le ve vestido con un chandal deportivo.
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