La Iglesia anglicana consagró a su primera obispa poniendo fin a 500 años de exclusividad masculina en la conducción de la institución. La reverenda Libby Lane fue consagrada octava obispa de Stockport en una ceremonia en la catedral de York, tras una disputa larga y enconada que terminó el año pasado cuando se aprobó la elevación de mujeres al obispado.
Decenas de obispos rodearon a Lane para expresar su solidaridad. Momentos antes, un hombre elevó su voz de protesta, al gritar, “¡No, no en mi nombre!”. Lane escuchó la protesta estoicamente. El arzobispo de York, John Sentamu, rechazó la objeción con una declaración preparada y procedió con la ceremonia. Se preguntó a la feligresía si estaba de acuerdo. La respuesta fue un sí atronador. Lane ha rechazado la crítica de que su nombramiento es un gesto simbólico al afirmar que aunque sea “la primera, no seré la única”. Saxofonista, amante del fútbol, Lane fue una de las primeras mujeres consagrada como sacerdote de la Iglesia anglicana, en 1994. Su esposo también es sacerdote.
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