Cientos de habitantes huyeron el sábado de sus hogares en el noreste de Nigeria después de un nuevo ataque de islamistas, que incrementaron los actos de violencia contra los cristianos después de la expiración de un ultimátum para que abandonasen el país.
Esta mortífera escalada hace temer una generalización de la violencia religiosa en este país de 160 millones de habitantes, el más habitado de África. En el sur predomina la religión cristiana y el norte es mayoritariamente musulmán.
Los dirigentes cristianos del país calificaron ayer de “depuración étnica y religiosa” los recientes asesinatos de miembros de su confesión en el norte del país, atribuidos a un grupo islamista.
Una reunión de urgencia de dignatarios cristianos llegó a la conclusión de que el “esquema de esas matanzas” hace pensar en una “depuración étnica y religiosa sistemática”, declaró Ayi Oritsejafor, dirigente de la Asociación Cristiana de Nigeria.
En la ciudad de Potiskum (noreste) “hubo tiroteos entre nuestros hombres y los combatientes de Boko Haram (movimiento islamista) durante gran parte de la noche, que causaron muertos y heridos”, dijo el sábado a la AFP el jefe de la Policía del estado de Yobe, Lawan Tanko.
“Es prematuro dar cifras porque todavía estamos investigando y haciendo el balance de la situación”, agregó. Los habitantes de los barrios cercanos a la comisaría de Policía atacada por los islamistas la noche del viernes explicaron que abandonaron sus domicilios por miedo a los ataques de los militares.
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