Las tradiciones católicas aún perduran en la población sucrense. Niños, jóvenes y adultos colmaron los templos para celebrar la pasión y muerte de Jesús en Viernes Santo.
Por ejemplo, desde tempranas horas las personas de los barrios San Pedro y San Pablo armaron altares para recibir a la procesión dramatizada por los niños miembros de la Basílica de San Francisco.
Los niños dramatizaron la Vía Crucis que Jesús pasó hace más de 2.000 años, vestidos de soldados romanos y discípulos.
Esta procesión recorrió las calles Junín, Lemoine, Aniceto Arce y la avenida Jaime Mendoza, para llegar a la Basílica de San Francisco.
"Me siento parte de la Iglesia y el recordar lo que vivió Jesús, hace que yo cambie mi forma de vivir y sea mejor", manifestó Joaquín Romero, que participa cada año en la Vía Crucis.
En el templo de San Matías, los jóvenes dramatizaron la pasión de Jesús y recorrieron las calles Ladislao Cabrera, Antofagasta, Batallón Colorados, J. de la Mar, avenida Jaime Mendoza, calle Cobija y avenida Juana Azurduy de Padilla para culminar en la parroquia.
Al paso de la procesión por las diferentes calles, las personas oraban y entonaban cánticos religiosos tradicionales de la Semana Santa.
Mercedes Castro, persona de la tercera de edad, dijo que las costumbres de ir a la misa y a la procesión se mantienen, "aunque en los últimos años ya los jóvenes no asisten como antes, pero hay todavía gente que viene porque somos católicos".
Por ejemplo, desde tempranas horas las personas de los barrios San Pedro y San Pablo armaron altares para recibir a la procesión dramatizada por los niños miembros de la Basílica de San Francisco.
Los niños dramatizaron la Vía Crucis que Jesús pasó hace más de 2.000 años, vestidos de soldados romanos y discípulos.
Esta procesión recorrió las calles Junín, Lemoine, Aniceto Arce y la avenida Jaime Mendoza, para llegar a la Basílica de San Francisco.
"Me siento parte de la Iglesia y el recordar lo que vivió Jesús, hace que yo cambie mi forma de vivir y sea mejor", manifestó Joaquín Romero, que participa cada año en la Vía Crucis.
En el templo de San Matías, los jóvenes dramatizaron la pasión de Jesús y recorrieron las calles Ladislao Cabrera, Antofagasta, Batallón Colorados, J. de la Mar, avenida Jaime Mendoza, calle Cobija y avenida Juana Azurduy de Padilla para culminar en la parroquia.
Al paso de la procesión por las diferentes calles, las personas oraban y entonaban cánticos religiosos tradicionales de la Semana Santa.
Mercedes Castro, persona de la tercera de edad, dijo que las costumbres de ir a la misa y a la procesión se mantienen, "aunque en los últimos años ya los jóvenes no asisten como antes, pero hay todavía gente que viene porque somos católicos".
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