Cuando el reloj marcaba las 04:00 horas de ayer, el Papa Francisco anunciaba desde el Vaticano la canonización de la primera santa de Bolivia, Nazaria Ignacia, con júbilo y entre lágrimas, la población orureña recibía la grata noticia. Durante la noche cientos de devotos hacían vigilia para esperar el anuncio de este hecho histórico.
Posteriormente, a las 10:30 horas, la escultura de la ahora santa que se sintió orureña, pese a haber nacido en España, se trasladó en una procesión especial, llegando al templo de nuestra señora de la Asunción "La Catedral", donde decenas de personas esperaban con ansias la llegada de quien en vida fue un ejemplo digno de imitar por su apoyo a los más necesitados.
A las 11:00 horas, entre aplausos y algarabía, era recibida la comitiva que acompañó la escultura de Santa Nazaria Ignacia March, ningún ciudadano quiso quedarse sin el recuerdo del emotivo acto y con celulares en mano capturaban cada segundo de la eucaristía que se celebró con un motivo especial y diferente a todos los domingos, ya que en esta ocasión se oraba para que la santa de Oruro, interceda ante Dios en las plegarias y pedidos personales.
El vicario general de la Diócesis de Oruro, padre Salvador Cuevas, fue el encargado de dirigir la homilía, recordando parte de la vida de Nazaria Ignacia en Oruro, como recorría las calles y conversaba con los ciudadanos, pero principalmente porque le dio un significado especial a un sector de la sociedad que estaba olvidado, como eran los más pobres, a quienes les dedicó prácticamente toda su vida.
"Se han celebrado misas en todo el país, dando gracias a Dios por la primera santa de Bolivia, nuestro Señor es tan grande y bondadoso que determinó bendecirnos con esta Santa mujer, Nazaria Ignacia, que estuvo aquí en La Catedral muchas veces, caminó por las calles de esta bella ciudad que la consideraba como su verdadero hogar y en esta ocasión el Papa Francisco ha promulgado que ella es una santa", explicó Cuevas.
Destacó además que la Santa Nazaria Ignacia, amaba a Jesús y lo demostraba a través de su obra, que fue trabajar por la Iglesia de Cristo y de forma especial a Oruro, dando todo por los pobres, dejando entre su legado un comedor popular que lleva su nombre y que aún sirve a quienes más lo necesitan.
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