El sínodo de obispos sobre la familia votó con una amplia mayoría un documento final con 94 párrafos, que propone "la integración" en la Iglesia de los divorciados que se vuelven a casar, tras el examen de "cada caso".
El texto, cuyos dos párrafos difíciles obtuvieron un consenso menor, fue entregado al papa Francisco, quien lo hizo público inmediatamente.
"El documento es el fruto de un consenso", adelantó en una rueda de prensa el cardenal austríaco Christopher Schoenborn.
Los 270 "padres sinodales", entre obispos y cardenales, en representación de los obispos de todo el mundo, aprobaron levantar varias prohibiciones a los divorciados vueltos a casar, como ser padrinos de bautizos y matrimonios o leer la misa.
Los padres sinodales insisten en que es necesario un "discernimiento", una examen "caso por caso" para autorizar el acceso a los sacramentos, como la comunión y la confesión.
Los párrafo 85 y 86, aprobados al superar la mayoría de dos tercios (177), figuran entre los menos votados con 178 a favor y 80 contrarios.
En esos párrafos los obispos sinodales proponen que "los bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar civilmente sean reintegrados en la comunidad cristiana en lo posible, evitando generar escándalo", sin especificar si podrán acceder a la comunión.
El documento "encara el asunto en forma transversal", explicó el cardenal austríaco ya que ofrece los criterios para para que los religiosos comprendan "cada" situación.
"Los divorciados que se vuelven a casar no deben sentirse excomulgados y pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia, sintiéndola como una madre que acoge siempre", sostiene el texto.
"No es ni un sí ni un no, porque cada situación es diferente", adelantó el purpurado alemán.
El portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, recordó que se trata de propuestas dirigidas al Papa, quien decidirá si es el caso de elaborar un documento papal sobre la familia.
"No se puede negar que en algunas circunstancias la responsabilidad de (la crisis de la pareja) puede ser menor o anulada (...) Las consecuencias de algunos actos no pueden recaer sobre todos por igual", sostienen los prelados a propósito de los divorciados.
El espinoso tema de la homosexualidad fue abordado sólo en un párrafo en que se reitera que la Iglesia "respeta" a los homosexuales, condena toda "injusta discriminación" y se opone al matrimonio de personas del mismo sexo.
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