jueves, 9 de abril de 2009

La crisis hace que esta Semana Santa las casas rurales superen en ocupación a los hoteles

El turismo rural se ha convertido, por precio y por la cercanía y accesibilidad de los destinos que ofrece, en una alternativa en tiempos de recesión para quienes han perdido parte de su poder adquisitivo pero no quieren quedarse en casa en vacaciones. Salvo en algunos destinos de sol y playa, el sector hotelero tradicional soporta esta Semana Santa -uno de los tradicionales períodos de mayor actividad- un desplome del negocio que amenaza con estropear la campaña de primavera. Las casas rurales, por su parte, están al 85% y rozan el 100% de ocupación en cinco comunidades autónomas.
Tras saborear las mieles de siete años de crecimiento vigoroso, los empresarios del sector turístico buscan ahora a la desesperada fórmulas para sortear esta crisis. Todos sus estudios, encuestas y predicciones conducen a una conclusión: los españoles no renuncian a sus días de descanso, pero han recortado presupuesto y cambiado sus hábitos para ajustarlos a la capacidad actual de sus bolsillos. El viajero actual ha reducido sus días de estancia, ha sustituido el avión por el coche y se conforma con destinos nacionales, en detrimento de los grandes viajes. Ya no se trata de ir más lejos que nadie a conocer lugares exóticos, sino de escapar y relajarse. Un esquema mental que encaja de lleno dentro de la oferta de turismo rural.
Según datos facilitados por la central de reservas Toprural.com, el nivel de ocupación de los alojamientos rurales de alquiler íntegro alcanza esta Semana Santa el 84,7%. La información, recabada a través de los calendarios de disponibilidad de los propietarios de 3.610 casas, constata además que hay cinco comunidades autónomas que rozan la plena ocupación. Se trata de Navarra (97,6%), Castilla y León (96,4%), Extremadura (91,7%) y Aragón (91,2%), que apenas han notado la crisis. Frente a eso, las reservas en hoteles de toda la vida estaban 75% de media, según datos de la patronal del sector (CEHAT), a sólo una semana de las vacaciones. Entonces, los propietarios se aferraban a la posibilidad de que un aluvión de contrataciones de último minuto y por Internet les salvara el negocio.
Descenso de ocho puntos
Todos esos datos no significan que las casas rurales no estén sufriendo la crisis. Comparado con el mismo período de 2008, cuando la media de ocupación de estos alojamientos fue del 93,1%, padecen un descenso de ocho puntos porcentuales en el número de visitantes. Las comunidades que peor lo están pasando estos días son las del sur y Madrid. En Murcia, las casas están al 50%, frente al 97,9% del año pasado; en Madrid, la caída es de casi 27 puntos (65,1% en vez del 92% de 2008) y Andalucía pierde un 21,8% de ocupación y está al 65,9%, frente al 87,7% de la Semana Santa anterior.
La asociación de propietarios de casas rurales (Autural) está inquieta y alerta de una bajada en la tasa de ocupación, en parte fruto de la gran proliferación de alojamientos, que no ha cesado en época de crisis. Los datos que maneja la patronal demuestran que se trata de un sector que también vivió una gran expansión en años recientes, pero ya no da más de sí. En 2008 visitaron sus establecimientos 2.626.821 viajeros, frente a los 1.467.539 de 2003 -año en el que sitúan el despegue del turismo rural español-. Aún así, 2008 fue el año del frenazo, al bajar el número de turistas rurales un 1,86%. La estancia media no llegó a los tres días en el conjunto de España.
Más plazas
Autural subraya que su mayor negocio está en los fines de semana, puentes, festivos y Semana Santa, fechas que se ajustan a las preferencias de los viajeros que buscan destinos cercanos -para no sacrificar horas de descanso en aras del desplazamiento- y a los que puedan llegar en sus vehículos. Quizá por eso desde 2003 el número de alojamientos ha crecido en toda España de forma ininterrumpida, sobre todo en las zonas cercanas a grandes ciudades. Incluso en un año malo para el turismo como 2008, el número de casas creció un 11% en toda España, según datos de Toprural.
El número de plazas ofertadas muestra incrementos en todo el país, con Andalucía a la cabeza, seguida de Extremadura, Comunidad de Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha. En resumen, las casas rurales -que en 2008 movieron 4.500 millones de euros, según Toprural- tienen un problema de matemáticas muy sencillo y común a cualquier negocio: si aumenta su cifra y cae la de clientes, tocan a menos por establecimiento.

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