De acuerdo con el cálculo de gente que concurre todos los años a esta fiesta, la asistencia en esta ocasión ha superado las expectativas, con cálculos globales de que alcanzarían hasta 700.000 personas quienes empezaron a visitar Cotoca desde la mañana de ayer hasta la madrugada de hoy.
El oficio eucarístico empezó a las 19:00 con cánticos de alabanza a la madre de Dios.
Ante los fieles congregados frente al altar levantado en el atrio del templo del santuario, monseñor Estanislao Dowlascewics, que celebró anoche la ‘misa de fiesta’ en la última jornada de la novena a la Virgen de Cotoca, planteó la necesidad de despejar el odio y alcanzar un revestimiento de humildad y fe para seguir a Cristo.
“No podemos volver con los mismos odios. Ámense, perdónense, sean honestos, no roben, no engañen, sean fieles”, manifestó.
El lema de la fiesta de este año es: ‘Con María, servidores del reino de Dios’, concepto que monseñor Dowlascewics puso de relieve para convocar a los concurrentes a retornar a sus hogares con mentalidad de bondad para cambiar a las familias y, en alusión al rechazo al aborto, pidió que “todos seamos defensores de la vida desde la concepción hasta la muerte”.
En su homilía monseñor Estanislao formuló un llamado a la racionalidad para que “no seamos traficantes de la muerte” y que se genere una mentalidad de servicio, y no remplazar a Dios “con el ídolo del alcoholismo y los placeres que no respetan la vida”.
Pidió que se aplique la justicia a los que producen, trafican y venden drogas, y que se abra un espacio para Dios, a fin de que la paz reine en todos los hogares.
La noche en Cotoca, pese al calor de la tarde, fue refrescada por una brisa. En todas las calles se habilitaron puestos de venta de alimentos típicos. Efectivos policiales y del Ejército resguardaron la seguridad.
“No se olviden, sin Cristo no hay paz, así podemos interpretar el mensaje de la Virgen. Hay que venir con actitud de compromiso y de testimonio, no solo a comer. Vivan con esperanza”, concluyó monseñor Estanislao
LOS ‘CURANDEROS’ TAMBIÉN ACUDIERON
Todos los años, en esta fecha, suelen congregarse en el sector norte del templo de Cotoca decenas de ‘curanderos’ y ‘sacasuertes’, a los que acuden muchas personas para ser ‘santiguadas’. Se ha visto que algunos lo hacen antes de ingresar al santuario, otros al concluir el oficio eucarístico.
“No molestan a nadie, y tampoco se los rechaza, cada uno es libre de expresar sus creencias”, manifestó una vecina, que pidió reserva de su nombre “para evitar problemas”.
Sentados en una fila larga, hombre y mujeres, algunos con el letrero de amauta en el pecho, otros con rústicos cartelitos de cartones donde tienen escrita la lista de sus servicios, reciben a sus clientes, pronuncian oraciones y los ‘purifican’ con alcohol y también quemando incienso.
“Esto se debería prohibir, no podemos mezclar este tipo de creencias nada menos que aquí en nuestro santuario, es un atentado a nuestra fe”, manifestó otra señora.
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