Más de un millar de personas asistieron ayer a la misa y posterior fiesta en conmemoración de la muerte de la “difunta milagrosa Adela”. La pasante de la fiesta de este año fue Liberata viuda de Calderón y su familia. Adela Cárdenas Vásquez fue víctima de violencia machista hace 21 años y desde entonces el pueblo le atribuye milagros.
Desde las 9:00 de ayer, la gente fue llegando al santuario erigido en honor a la mamita Adela, como la llaman sus seguidores, ubicado en una curva, unas dos cuadras antes de llegar al pueblo de Yotala; inicialmente nació como una apacheta y con los años se transformó en un santuario.
A las 11:00 se celebró una solemne misa en dicha capilla, posteriormente los invitados comieron y bebieron recodando a la difunta, como acostumbran cada año. A ellos se sumaron otros seguidores de la mártir.
En las inmediaciones del lugar se estacionaron durante casi todo el día vehículos de diferente tonelaje abarcando un espacio de más de cuatro cuadras.
La ciudadana yotaleña Rosaura Llave relató a CORREO DEL SUR, que cada año, para esta fecha la gente acude en masa para rendirle culto a la mamita Adela, a donde también llevan grupos musicales, mariachis y otras ofrendas.
“Las que más fe le tienen son las vendedoras del mercado porque se dedicaba a ese oficio como ellas. Dicen que cuando le piden algo con fe y devoción ella les hace el milagro”, comentó.
Además de la fiesta, todos los lunes a las 15:00, se celebra en la capilla una misa en conmemoración de la fallecida. Ese día la gente va en romería para rezar, poner velas, ofrendas florales y hacer sus peticiones.
La señora Juana García relató a este diario que “la Adelita le hizo el milagro de curar a su marido del alcohol”. Dijo que su esposo era un alcohólico empedernido durante 12 años; como lo quería hizo todo lo posible para quitarle el vicio pero no lo logró hasta que una de sus tías le aconsejó le haga esa petición con toda fe a "la Adelita" porque era muy milagrosa y aparentemente así fue. “Desde entonces ya van a ser siete años que mi marido no toma ni una gota de cerveza, por eso no nos hemos separado, porque ya era insoportable la vida con él”, contó.
El 12 de noviembre de 1996, Adela Cárdenas Vásquez murió violentamente asesinada por su marido, Vidal Cruz, quien, de acuerdo con los datos policiales la golpeó con una piedra hasta provocarle la muerte. Luego la quemó, cercenó y diseminó sus restos por un sector de la comunidad de Totacoa, en Yotala, así como en su domicilio, en Sucre.
Cuando sucedió el fatídico hecho Adela tramitaba ante la Defensoría de la Mujer la asistencia familiar que por ley le correspondía para garantizar la manutención de sus ocho hijos e hijas que quedaron a su cargo luego del divorcio.
Actualmente, la imagen de Adela reposa al pie de una efigie de la Virgen de Guadalupe en la capilla que construyeron los que creen en sus milagros, al borde de la carretera hacia Yotala. La gente, en especial mujeres, acuden allí para contarle sus aflicciones y pedirle interceda por ellos ante Dios para dar fin a sus problemas.
Parte de sus restos están enterrados en el segundo patio del Cementerio General, su tumba es una de las más visitadas, siempre está llena de flores frescas, velas y cubierta con placas de agradecimiento por los milagros concedidos.
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