El papa Francisco se preguntó este viernes si el mundo actual, que se encuentra en medio de lo que describió como una "tercera guerra mundial a pedacitos", está "en camino hacia la gran guerra mundial por el agua".
"Yo me pregunto si en medio de esta tercera guerra mundial a pedacitos que estamos viviendo no estamos en camino hacia la gran guerra mundial por el agua", dijo Jorge Bergoglio.
El papa se expresó en estos términos durante una intervención que realizó en la sesión de clausura del seminario internacional sobre el derecho humano al agua que ha organizado la Pontificia Academia de las Ciencias durante dos días en la Casina Pio IV del Vaticano.
"Las cifras que las Naciones Unidas revelan son desgarradoras y no nos pueden dejar indiferentes: cada día mil niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua, millones de personas consumen agua contaminada", subrayó.
"Estos datos son muy graves, se debe frenar e invertir esta situación. No es tarde, pero es urgente tomar conciencia de la necesidad del agua y de su valor esencial para el bien de la humanidad", agregó.
En esta línea, el pontífice argentino hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que garantice el "acceso universal al agua segura y de calidad".
"En este compromiso de dar al agua el puesto que le corresponde, hace falta una cultura del cuidado y, además, fomentar una cultura del encuentro, en la que se unan en una causa común todas las fuerzas necesarias de científicos y empresarios, gobernantes y políticos", apuntó.
Una cultura del encuentro, prosiguió, en la que es "imprescindible la acción de cada Estado como garante del acceso universal al agua segura y de calidad".
Jorge Bergoglio destacó que "toda persona tiene derecho al acceso al agua potable y segura", un derecho humano que es "básico y una de las cuestiones nodales en el mundo actual".
"Nuestro derecho al agua es también un deber con el agua. Del derecho que tenemos a ella se desprende una obligación que va unida y no puede separarse", reflexionó.
"Es ineludible anunciar este derecho humano esencial y defenderlo -como se hace-, pero también actuar de forma concreta, asegurando un compromiso político y jurídico con el agua", dijo.
Finalmente, consideró que "el derecho al agua es determinante para la sobrevivencia de las personas y decide el futuro de la humanidad".
Durante dos días, 95 personalidades de los cinco continentes han participado en este encuentro internacional titulado "El derecho humano al agua: aportes y perspectivas interdisciplinarias sobre la centralidad de las políticas públicas en la gestión del agua y el saneamiento".
viernes, 24 de febrero de 2017
viernes, 17 de febrero de 2017
Vallegrande celebró al patrono Señor de Malta
Con una masiva participación se realizaron la misa y la procesión del Señor de Malta, patrono de Vallegrande, con lo que comienzan las labores previas a la fiesta de Carnaval. Las historias que rodean a esta milagrosa imagen, que tiene miles de devotos, datan de 1837
jueves, 16 de febrero de 2017
Víctima de cura pederasta narra su calvario 40 años después
Cada semana durante cuatro años fue violado por un cura en Suiza. Más de 40 años después, Daniel Pittet cuenta su calvario y su combate por la verdad en un libro con prólogo del papa Francisco.
"Mon Père, je vous pardonne" (Padre, le perdono), de la editorial Philippe Rey, publicado el jueves, está escrito por un antiguo monje ahora casado y padre de seis hijos.
Daniel Pittet, 57 años, residente del cantón suizo de Friburgo (oeste), conoció al papa en 2015. Francisco aceptó escribir el prólogo de su libro señalando que "testimonios como el suyo hacen luz sobre una zona terrible de sombra en la vida de la Iglesia", sacudida por numerosos escándalos de pederastia.
El autor describe los abusos que sufrió entre 1968 y 1972 - entre la edad de 9 a 13 años - por parte del cura Joël Allaz, un suizo de la orden capuchina.
Pittet sufrió unas "doscientas violaciones", a menudo en medio del silencio de un convento. Pero basta una sola violación "para destruir la vida de una persona". Y Daniel Pittet estima a "más de 100" las víctimas probables del padre Joël.
Solo una minoría se ha dado a conocer. "Para una víctima de violación es muy difícil hablar", dice Pittet, quien ha sufrido depresión y otras enfermedades.
"Falta de pruebas"
Daniel Pittet esperó cerca de veinte años antes de denunciar al padre Joël Allaz ante la justicia eclesiástica, después de escuchar sobre una nueva víctima. El sacerdote fue trasladado inmediatamente a Francia, a una diócesis de Grenoble (este).
En 2003, tras nuevas sospechas, el padre Allaz fue transferido a la hermandad de los capuchinos de Bron, cerca de Lyon (este), donde dirigía un "servicio administrativo sin ministerio".
Pero hubo que esperar nuevas revelaciones para que la policía abriera una investigación. En 2008 se contaban 24 casos de víctimas de abuso sexual - la mayoría prescritos - cometidos entre 1958 y 1995 en Suiza y Francia. Joël Allaz fue condenado en diciembre 2011 a una pena de dos años de cárcel en suspenso tras un juicio en el que dos víctimas se constituyeron en parte civil.
Daniel Pittet fue reconocido como una víctima por la diócesis de Friburgo y la congregación de los capuchinos. Pero la justicia de la Iglesia no condenó a su violador. Una investigación eclesiástica abierta en 2002 en Grenoble fue cerrada "por falta de pruebas".
El sacerdote "nunca fue reducido al estado laical", lamenta Pittet. El capuchino, ahora de 76 años, sigue viviendo en comunidad en Suiza. "Me dijeron que recibe ayuda, espero que sea cierto. Pero puede salir del convento", cuenta su víctima, convencido de que "un pederasta lo sigue siendo toda su vida".
El agresor accedió a hablar en julio de 2016 en una entrevista publicada en el epílogo del libro de Pittet. Joël Allaz reconoce ser "ese pederasta monstruoso que dejó una serie de víctimas", pero asegura que ya no tiene "ese tipo de impulso".
Daniel Pittet lo volvió a ver por primera vez en noviembre pasado. "No hablamos de pederastia. No me pidió perdón, pero ya lo había hecho en una carta", cuenta sobre este hombre que según él "nunca debió haber sido cura".
En la actualidad, este católico comprometido habla "por todos aquellos que no podrán hablar jamás". No culpa a la Iglesia - aunque critica su "ingenuidad" - por una plaga que puede darse "en todas las familias". "Pudo haber sido mi tío, fue un cura".
Asamblea Legislativa distinguirá a monseñor Nicolás Castellanos
Luego de analizar las propuestas enviadas en el periodo de dos semanas que duró la convocatoria, la Asamblea Legislativa Departamental informó de que este año el monseñor Nicolás Castellanos recibirá la distinción denominada Melchor Pinto, reconocimiento que se entrega a las personas o instituciones destacadas por realizar una loable labor en favor del departamento.
Asimismo, la Asamblea entregará un reconocimiento al elenco artístico Chaplin Show, que dirige Adolfo Mier, por su aporte a la cultura.
La asambleísta por la provincia Sara, María Arias, destacó el trabajo social del religioso español en beneficio de los más pobres por más de 25 años. “Ha luchado contra la pobreza construyendo más de 100 unidades educativas, además de otras obras”, manifestó.
La legisladora anunció que la distinción será entregada el 24 de este mes en la sesión de honor que realizará el órgano deliberante en conmemoración de los 456 años de la fundación de Santa Cruz de la Sierra.
El evento se realizará a las 19:00 en el Centro de Educación Ambiental (CEA), ubicado en la avenida Francisco Mora y tercer anillo interno, zona de Polanco.
Monseñor Castellanos nació en España en 1935 y fue ordenado sacerdote en 1959. Es el gestor de la fundación Hombres Nuevos, que está ubicada en el Plan Tres Mil.
Melchor Pinto
Don Melchor Pinto Parada nació en Santa Cruz de la Sierra el 14 de noviembre de 1903. Peleó por las regalías y formó parte de las luchas cívicas. El premio que entrega cada año la ALD es en homenaje a su lucha.
El año pasado, la Asamblea Legislativa distinguió al trío Los Cambitas, en reconocimiento a 50 años de trayectoria musical.
miércoles, 15 de febrero de 2017
Aprehenden a principal autor de violación a religiosa de 80 años
Cristian R. A., de 23 años, sindicado como autor intelectual y material del robo de un vehículo y posterior violación de una religiosa de 78 años, registrado en agosto pasado, en la localidad de Carmen Pampa del municipio de Coroico, fue aprehendido por la Policía el lunes por la noche y se prevé que hoy se realizará la audiencia de medidas cautelares.
Según el informe proporcionado por el nuevo comandante nacional de la Policía, general Abel de La Barra, el móvil del delito se dio a raíz de una venganza por el despido que Cristian R. A. sufrió por parte de la religiosa, que administraba la Unidad Académica Campesina de Carmen Pampa.
“Por un hecho de agresión física y violación a una religiosa, que consternó a la población de Coroico y alrededores, la Policía estuvo realizando persecución policial de búsqueda de un individuo, que estaba prófugo, pero fue capturado el lunes en esa población de los Yungas”, informó el General a tiempo de presentar al imputado.
Con esta aprehensión, la Policía da por concluida la investigación del hecho, que ahora pasa a manos del poder judicial.
En ese hecho también están implicados Benjamín R. Y. (40), William Jerri M. P. (21), Juan R. N. (23) y Elvis Ronioer M. M.(21), todos con detención preventiva en cárceles de La Paz.
De acuerdo con la investigación del caso, la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) logró aprehender en primera instancia a tres estudiantes de la Universidad Autónoma Campesina, en inmediaciones del lugar, donde se registró el hecho.
Los arrestados fueron sometidos a un desfile de identificación por parte de la víctima, quien presentó la denuncia por abuso sexual y robo, que ocurrió el 30 de agosto de 2016.
De acuerdo con cuaderno de investigación, la víctima narra que ella conducía un motorizado de la Unidad Académica, cuando fue interceptada por cuatro sujetos en la carretera, que luego la subieron a otro vehículo donde la retuvieron.
Según su relato, los sujetos primero le exigieron dinero y luego procedieron a abusarla sexualmente y la dejaron abandonada, incluso le robaron la camioneta.
Los investigadores encontraron el vehículo en la localidad de Mapiri, en el Norte de La Paz.
Según el informe proporcionado por el nuevo comandante nacional de la Policía, general Abel de La Barra, el móvil del delito se dio a raíz de una venganza por el despido que Cristian R. A. sufrió por parte de la religiosa, que administraba la Unidad Académica Campesina de Carmen Pampa.
“Por un hecho de agresión física y violación a una religiosa, que consternó a la población de Coroico y alrededores, la Policía estuvo realizando persecución policial de búsqueda de un individuo, que estaba prófugo, pero fue capturado el lunes en esa población de los Yungas”, informó el General a tiempo de presentar al imputado.
Con esta aprehensión, la Policía da por concluida la investigación del hecho, que ahora pasa a manos del poder judicial.
En ese hecho también están implicados Benjamín R. Y. (40), William Jerri M. P. (21), Juan R. N. (23) y Elvis Ronioer M. M.(21), todos con detención preventiva en cárceles de La Paz.
De acuerdo con la investigación del caso, la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) logró aprehender en primera instancia a tres estudiantes de la Universidad Autónoma Campesina, en inmediaciones del lugar, donde se registró el hecho.
Los arrestados fueron sometidos a un desfile de identificación por parte de la víctima, quien presentó la denuncia por abuso sexual y robo, que ocurrió el 30 de agosto de 2016.
De acuerdo con cuaderno de investigación, la víctima narra que ella conducía un motorizado de la Unidad Académica, cuando fue interceptada por cuatro sujetos en la carretera, que luego la subieron a otro vehículo donde la retuvieron.
Según su relato, los sujetos primero le exigieron dinero y luego procedieron a abusarla sexualmente y la dejaron abandonada, incluso le robaron la camioneta.
Los investigadores encontraron el vehículo en la localidad de Mapiri, en el Norte de La Paz.
viernes, 10 de febrero de 2017
El Papa señala estar ‘’en paz’’ al confrontar corrupción en el Vaticano
El papa Francisco admitió que en el Vaticano “hay corrupción”, pero que él vive “en paz”, al contestar a algunas preguntas de los superiores de las órdenes y congregaciones de religiosos cuya transcripción publicará la revista “Civiltà Católica” en su próximo número.
En esa conversación con los religiosos, de la que el diario “Corriere della Sera” publicó ayer una pequeña parte, el papa Francisco habló también del uso del cilicio, instrumento que causa dolor o incomodidad, sin rechazar su uso.
“Cuando entré en el noviciado de los jesuitas, me dieron el cilicio. Está bien el cilicio, pero atención: no tiene que ayudarme a demostrar que soy bueno y fuerte. La verdadera ascesis tiene que hacerme más libre”, dijo.
En esta cita con los religiosos del pasado 25 de noviembre, explicó que en las congregaciones generales previas al cónclave “se hablaba de reformas”.
“Todos las querían. Hay corrupción en el Vaticano. Pero yo vivo en paz”, admitió.
“No tomo tranquilizantes”, bromeó Francisco, que aseguró que en “Buenos Aires era más ansioso”, pero que tras ser elegido Papa sintió una paz interior que todavía le acompaña.
Cuando hay un problema, relató, escribe un mensaje en un papel y lo coloca bajo la estatua de San José durmiente que tiene en su habitación.
“Ahora él (San José) duerme bajo un colchón de mensajes de papel. Por esto yo duermo bien. Duermo seis horas y rezo (...) Esta paz es un regalo del Señor. Espero que no me la quite”, afirmó.
Según el Papa, para vivir en paz se necesita un poco de “pasotismo”, pero “nunca lavarse las manos de los problemas”, aunque “sí, en la Iglesia hay muchos Poncios Pilatos que se lavan las manos para estar tranquilos, y un superior que se lava las manos no es padre y no ayuda”.
A Jorge Bergoglio no le importan las críticas, pues explica “que hace bien que le critiquen a uno” y que “la vida está llena de incomprensiones y de tensiones, y cuando son críticas que sirven a crecer, las acepto, respondo”.
Admitió que las preguntas más difíciles no las hacen los religiosos sino los jóvenes, que logran ponerle en aprietos en algunas ocasiones.
En esa conversación con los religiosos, de la que el diario “Corriere della Sera” publicó ayer una pequeña parte, el papa Francisco habló también del uso del cilicio, instrumento que causa dolor o incomodidad, sin rechazar su uso.
“Cuando entré en el noviciado de los jesuitas, me dieron el cilicio. Está bien el cilicio, pero atención: no tiene que ayudarme a demostrar que soy bueno y fuerte. La verdadera ascesis tiene que hacerme más libre”, dijo.
En esta cita con los religiosos del pasado 25 de noviembre, explicó que en las congregaciones generales previas al cónclave “se hablaba de reformas”.
“Todos las querían. Hay corrupción en el Vaticano. Pero yo vivo en paz”, admitió.
“No tomo tranquilizantes”, bromeó Francisco, que aseguró que en “Buenos Aires era más ansioso”, pero que tras ser elegido Papa sintió una paz interior que todavía le acompaña.
Cuando hay un problema, relató, escribe un mensaje en un papel y lo coloca bajo la estatua de San José durmiente que tiene en su habitación.
“Ahora él (San José) duerme bajo un colchón de mensajes de papel. Por esto yo duermo bien. Duermo seis horas y rezo (...) Esta paz es un regalo del Señor. Espero que no me la quite”, afirmó.
Según el Papa, para vivir en paz se necesita un poco de “pasotismo”, pero “nunca lavarse las manos de los problemas”, aunque “sí, en la Iglesia hay muchos Poncios Pilatos que se lavan las manos para estar tranquilos, y un superior que se lava las manos no es padre y no ayuda”.
A Jorge Bergoglio no le importan las críticas, pues explica “que hace bien que le critiquen a uno” y que “la vida está llena de incomprensiones y de tensiones, y cuando son críticas que sirven a crecer, las acepto, respondo”.
Admitió que las preguntas más difíciles no las hacen los religiosos sino los jóvenes, que logran ponerle en aprietos en algunas ocasiones.
miércoles, 8 de febrero de 2017
San Sebastián: El patrono olvidado de Cochabamba
El culto al mártir San Sebastián, cuya fiesta se recuerda el 20 de enero, es de data muy antigua y se lo ha invocado históricamente contra la peste, las enfermedades y los enemigos de la religión, siendo venerado como patrono de los arqueros, los soldados y los atletas.
A fines del siglo dieciocho, en su obra “Descripción geográfica y estadística de la provincia de Santa Cruz de la Sierra”, el célebre Gobernador Francisco de Viedma escribió lo siguiente sobre la Villa de Oropesa (hoy Cochabamba): “Por la epidemia que padeció esta ciudad, de una cruel peste, juró por patrón al glorioso San Sebastián, por cuyo motivo se le hace una función muy lucida y hay festejos públicos de toros en la plaza extramuros, que se halla al pie del cerrito denominado San Sebastián”.
En dicho lugar, en el entonces extremo sudoeste de la villa, se mantuvo en pie durante varios siglos una ermita en honor al santo, cuya construcción fue encomendada los primeros años de existencia de lo que ahora es nuestra ciudad de Cochabamba. Si bien no se conoce la fecha exacta de su edificación, en la última voluntad del peninsular Gonzalo de Andrade, fechada en 1588, se lee que dejó un monto de dinero en calidad de donación para esa obra que ya estaba en ejecución a tiempo de su muerte.
¿QUÉ ES UN PATRONO?
El Pbro. Marcelo Bazán, actual Rector de la Catedral Metropolitana San Sebastián de Cochabamba, nos explica que desde los primeros siglos del cristianismo surgió la práctica de veneración hacia los discípulos de Jesús y a los mártires por la fe, además de las vírgenes y otros cristianos que confesaron su fidelidad a Cristo y a la Iglesia, considerándolos puntos de referencia sobre la conducta que debían tener los creyentes. Con esta misma idea, a los santos se los puede declarar patronos o protectores de un gremio, causa, comunidad o localidad, como ocurrió en algún momento entre 1571 y 1588, en la entonces Villa de Oropesa.
La devoción hacia los hermanos mayores en la fe es una expresión de la doctrina de la Comunión de los Santos que establece que los lazos que unen a los cristianos no se rompen con la muerte, sino que trascienden y por eso también estas figuras pueden ser tomadas como fuente de motivación. Ya varias décadas atrás, el recordado Rector de la Catedral Mons. Walter Rosales en un sermón en ocasión de la fiesta de San Sebastián animaba con estas palabras a los feligreses en el afán de fortalecer a la iglesia doméstica bajo la inspiración del santo patrono: “Que la decencia de vuestro lenguaje, la regularidad de vuestras costumbres, la elevación de vuestra alma y la alegría serena que ronda a vuestras personas, sean el primer libro abierto a los ojos de vuestros hijos”.
Detalle de la imagen venerada en la Catedral de Cochabamba.
Günther Revollo Soria
BIOGRAFÍA DEL SANTO
Sebastián nació en Narbona en el año 256 y siguió la carrera militar en Milán. Había sido educado en el cristianismo por su familia que era de origen noble del Imperio Romano. Como soldado llegó a ser capitán de la primera corte de la Guardia Pretoriana. Ejercitó en Roma su apostolado, logrando conversiones entre sus compañeros y aprovechando su condición para visitar a los cristianos encarcelados a quienes alentaba en su sacrificio.
Habiendo sido denunciado por esas acciones ante el Emperador Maximiano, se le dio a escoger entre renunciar a su fe o conservar su cargo, optando él por mantenerse fiel a Cristo. Por esa decisión fue condenado a morir a flechazos en el estadio, donde lo ataron desnudo a un poste y le descargaron saetas con la orden de evitar comprometer los órganos vitales para así prolongar su sufrimiento. Dándolo por muerto desecharon su cuerpo que fue recogido por sus amigos, quienes al percatarse de que aún estaba con vida, lo llevaron a casa de la noble cristiana Irene, viuda del mártir Cástulo, que lo cuidó hasta su restablecimiento.
Recuperado, se negó a dejar Roma y se presentó nuevamente ante el Emperador a reclamar por la dura persecución que se ejercía contra los creyentes. Encolerizado, Maximiano ordenó que lo azotaran hasta morir. Su cuerpo fue retirado por los cristianos del lodazal al cual había sido arrojado, para ser enterrado en la Vía Apia en una zona de canteras de toba volcánica, donde se había abierto nichos para sepulturas. Era el año 288. Hasta nuestros días, la célebre catacumba en la cual se halló su cuerpo lleva su nombre, donde además se erigió una basílica en su honor.
LA FIESTA DE ANTAÑO
El investigador histórico Edmundo Arze, en una relación sobre la Plaza de San Sebastián publicada en la revista “Análisis Cultural”, señala que la fiesta del patrono de Cochabamba era de gran esplendor. Se encontró documentación que acredita que el Cabildo de 1621 se hacía cargo de organizar y reglamentar la fiesta que empezaba con una Misa que se celebraba en la Catedral y la procesión de la imagen que se llevaba en andas hasta la plaza de San Sebastián donde se realizaba una corrida de toros. Para ese evento se alistaba un ruedo, se armaban graderías y tolderías y se hacía traer toros desde Ayopaya, Mizque y otras localidades.
Entre las figuras más pintorescas que rescata Arze está la de los “matachines” que, junto a tamborileros, salían con ropa colorida y caras pintarrajeadas a convocar a los habitantes de la villa y de las campiñas de Cala Cala y la Recoleta, para que sean partícipes del espectáculo que seguía a la celebración religiosa.
Como señalaba el Gobernador Viedma en la obra citada al inicio de este artículo, la fiesta era muy lucida y el concurso de la gente que se daba cita en la Plaza San Sebastián para deleitarse de la feria de frutas, dulces secos y helados, era innumerable. De tal manera la plaza se convertía en un lugar de venta y regocijo.
También eran parte de esa festividad popular la música, los fuegos artificiales y juegos como el palo ensebado, el juego ecuestre de la sortija y la carrera de caballos. Esta última aún se realizaba hasta inicios del siglo veinte, como recordaba el ya citado Mons. Walter Rosales al relatar las memorias de sus años de infancia. Por esta misma razón, una parte de lo que ahora es la avenida Aroma, se denominaba “Pampa de las carreras”.
LA FIESTA EN LA ACTUALIDAD
En los últimos tiempos la fiesta ha perdido las características y dimensiones que tuvo en el pasado. La conmemoración del santo se ha centrado por una parte en la fiesta de las cárceles públicas que llevan su nombre. Los reclusos, tanto varones como mujeres, veneran a una imagen del santo en sus respectivos penales y para los días 19 y 20 de enero, organizan vísperas y Misa de fiesta al interior de la cárcel, además de procesiones hasta las faldas del cerro de San Sebastián.
Por otra parte, en la Catedral Metropolitana algunas familias devotas anotan misas recordando la fecha del martirio del Santo Patrono cuya festividad se resiste a desaparecer. Considerando que este santo no solamente fue invocado como patrono y protector de la ciudad y la Arquidiócesis, sino también de la Catedral, en este recinto se pretende rescatar su memoria. Como dice el Padre Bazán, esta fiesta debería ser de acción de gracias por todas las bendiciones que recibe nuestra tierra y una muestra de unidad entre todos sus habitantes.
A fines del siglo dieciocho, en su obra “Descripción geográfica y estadística de la provincia de Santa Cruz de la Sierra”, el célebre Gobernador Francisco de Viedma escribió lo siguiente sobre la Villa de Oropesa (hoy Cochabamba): “Por la epidemia que padeció esta ciudad, de una cruel peste, juró por patrón al glorioso San Sebastián, por cuyo motivo se le hace una función muy lucida y hay festejos públicos de toros en la plaza extramuros, que se halla al pie del cerrito denominado San Sebastián”.
En dicho lugar, en el entonces extremo sudoeste de la villa, se mantuvo en pie durante varios siglos una ermita en honor al santo, cuya construcción fue encomendada los primeros años de existencia de lo que ahora es nuestra ciudad de Cochabamba. Si bien no se conoce la fecha exacta de su edificación, en la última voluntad del peninsular Gonzalo de Andrade, fechada en 1588, se lee que dejó un monto de dinero en calidad de donación para esa obra que ya estaba en ejecución a tiempo de su muerte.
¿QUÉ ES UN PATRONO?
El Pbro. Marcelo Bazán, actual Rector de la Catedral Metropolitana San Sebastián de Cochabamba, nos explica que desde los primeros siglos del cristianismo surgió la práctica de veneración hacia los discípulos de Jesús y a los mártires por la fe, además de las vírgenes y otros cristianos que confesaron su fidelidad a Cristo y a la Iglesia, considerándolos puntos de referencia sobre la conducta que debían tener los creyentes. Con esta misma idea, a los santos se los puede declarar patronos o protectores de un gremio, causa, comunidad o localidad, como ocurrió en algún momento entre 1571 y 1588, en la entonces Villa de Oropesa.
La devoción hacia los hermanos mayores en la fe es una expresión de la doctrina de la Comunión de los Santos que establece que los lazos que unen a los cristianos no se rompen con la muerte, sino que trascienden y por eso también estas figuras pueden ser tomadas como fuente de motivación. Ya varias décadas atrás, el recordado Rector de la Catedral Mons. Walter Rosales en un sermón en ocasión de la fiesta de San Sebastián animaba con estas palabras a los feligreses en el afán de fortalecer a la iglesia doméstica bajo la inspiración del santo patrono: “Que la decencia de vuestro lenguaje, la regularidad de vuestras costumbres, la elevación de vuestra alma y la alegría serena que ronda a vuestras personas, sean el primer libro abierto a los ojos de vuestros hijos”.
Detalle de la imagen venerada en la Catedral de Cochabamba.
Günther Revollo Soria
BIOGRAFÍA DEL SANTO
Sebastián nació en Narbona en el año 256 y siguió la carrera militar en Milán. Había sido educado en el cristianismo por su familia que era de origen noble del Imperio Romano. Como soldado llegó a ser capitán de la primera corte de la Guardia Pretoriana. Ejercitó en Roma su apostolado, logrando conversiones entre sus compañeros y aprovechando su condición para visitar a los cristianos encarcelados a quienes alentaba en su sacrificio.
Habiendo sido denunciado por esas acciones ante el Emperador Maximiano, se le dio a escoger entre renunciar a su fe o conservar su cargo, optando él por mantenerse fiel a Cristo. Por esa decisión fue condenado a morir a flechazos en el estadio, donde lo ataron desnudo a un poste y le descargaron saetas con la orden de evitar comprometer los órganos vitales para así prolongar su sufrimiento. Dándolo por muerto desecharon su cuerpo que fue recogido por sus amigos, quienes al percatarse de que aún estaba con vida, lo llevaron a casa de la noble cristiana Irene, viuda del mártir Cástulo, que lo cuidó hasta su restablecimiento.
Recuperado, se negó a dejar Roma y se presentó nuevamente ante el Emperador a reclamar por la dura persecución que se ejercía contra los creyentes. Encolerizado, Maximiano ordenó que lo azotaran hasta morir. Su cuerpo fue retirado por los cristianos del lodazal al cual había sido arrojado, para ser enterrado en la Vía Apia en una zona de canteras de toba volcánica, donde se había abierto nichos para sepulturas. Era el año 288. Hasta nuestros días, la célebre catacumba en la cual se halló su cuerpo lleva su nombre, donde además se erigió una basílica en su honor.
LA FIESTA DE ANTAÑO
El investigador histórico Edmundo Arze, en una relación sobre la Plaza de San Sebastián publicada en la revista “Análisis Cultural”, señala que la fiesta del patrono de Cochabamba era de gran esplendor. Se encontró documentación que acredita que el Cabildo de 1621 se hacía cargo de organizar y reglamentar la fiesta que empezaba con una Misa que se celebraba en la Catedral y la procesión de la imagen que se llevaba en andas hasta la plaza de San Sebastián donde se realizaba una corrida de toros. Para ese evento se alistaba un ruedo, se armaban graderías y tolderías y se hacía traer toros desde Ayopaya, Mizque y otras localidades.
Entre las figuras más pintorescas que rescata Arze está la de los “matachines” que, junto a tamborileros, salían con ropa colorida y caras pintarrajeadas a convocar a los habitantes de la villa y de las campiñas de Cala Cala y la Recoleta, para que sean partícipes del espectáculo que seguía a la celebración religiosa.
Como señalaba el Gobernador Viedma en la obra citada al inicio de este artículo, la fiesta era muy lucida y el concurso de la gente que se daba cita en la Plaza San Sebastián para deleitarse de la feria de frutas, dulces secos y helados, era innumerable. De tal manera la plaza se convertía en un lugar de venta y regocijo.
También eran parte de esa festividad popular la música, los fuegos artificiales y juegos como el palo ensebado, el juego ecuestre de la sortija y la carrera de caballos. Esta última aún se realizaba hasta inicios del siglo veinte, como recordaba el ya citado Mons. Walter Rosales al relatar las memorias de sus años de infancia. Por esta misma razón, una parte de lo que ahora es la avenida Aroma, se denominaba “Pampa de las carreras”.
LA FIESTA EN LA ACTUALIDAD
En los últimos tiempos la fiesta ha perdido las características y dimensiones que tuvo en el pasado. La conmemoración del santo se ha centrado por una parte en la fiesta de las cárceles públicas que llevan su nombre. Los reclusos, tanto varones como mujeres, veneran a una imagen del santo en sus respectivos penales y para los días 19 y 20 de enero, organizan vísperas y Misa de fiesta al interior de la cárcel, además de procesiones hasta las faldas del cerro de San Sebastián.
Por otra parte, en la Catedral Metropolitana algunas familias devotas anotan misas recordando la fecha del martirio del Santo Patrono cuya festividad se resiste a desaparecer. Considerando que este santo no solamente fue invocado como patrono y protector de la ciudad y la Arquidiócesis, sino también de la Catedral, en este recinto se pretende rescatar su memoria. Como dice el Padre Bazán, esta fiesta debería ser de acción de gracias por todas las bendiciones que recibe nuestra tierra y una muestra de unidad entre todos sus habitantes.
domingo, 5 de febrero de 2017
Obispo español: Llegué a Bolivia con 32.000 dólares y salvé 5.000 vidas
El obispo emérito español Nicolás Castellanos llegó a Bolivia hace 25 años con una suma igual a 32.000 dólares que le dieron en su homenaje de despedida y comenzó la fundación Hombres Nuevos con la que asegura haber salvado al menos 5.000 vidas.
“Trajimos 5 millones de pesetas (32.000 dólares) y al mes de estar aquí ya montamos el centro de niños desnutridos con el que hemos salvado más de 5.000 vidas”, dijo Castellanos en una entrevista con Efe, al recordar que llegó a Bolivia el 16 de enero de 1992.
Desde entonces, el religioso (Mansilla del Páramo, León, España, 1935) vive en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra (este) en uno de los barrios más humildes y pobres, Plan 3.000, pero no ha perdido su acento leonés ni se olvida de sus orígenes.
En Bolivia ha conseguido, junto a Hombres Nuevos, la integración social de niños y adolescentes, la construcción de escuelas, internados, centros médicos y también de templos.
“Yo no venía con la idea de hacer iglesias”, asegura, pero no había ninguna en el Plan 3.000 y la gente “quería un templo”. En total, el obispo Castellanos ha construido ya quince.
Castellanos renunció al obispado de Palencia (Castilla y León) en 1991 porque quería poner en práctica sus prédicas, yendo a “vivir a un barrio pobre”.
“¿Por qué un obispo no va a recibir la llamada para ser misionero?”, se preguntó.
Y mientras preparaba su renuncia, se “enamoró” de Bolivia en unas conferencias que le invitaron a dar en el país andino.
“Por otra parte, después de Haití, Bolivia es el país más pobre de América Latina”, explica al citar una cifra dramática: “al año mueren 14.000 niños y niñas” por causas evitables, como la diarrea.
Su intención, dice, era “escuchar y conocer las necesidades reales y sentidas de la gente” y después de este cuarto siglo “todo este esfuerzo y trabajo han levantado esperanza en la gente”.
En este tiempo ha visto como Santa Cruz pasó de ser una ciudad pequeña a la más grande, poblada y pujante de Bolivia.
El religioso cree que su contribución al crecimiento de la población cruceña ha llegado con la educación: “hemos hecho más de cien escuelas y eso implica también un cambio generacional. Un país para que salga de la pobreza necesita escuela para todos, de cierta calidad y que eduque en valores”.
Su posicionamiento en el lado de los desfavorecidos le valió en 1998 para ser galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, y aún no pierde las relaciones con España.
De hecho, hace unos meses el gobierno de su comunidad autónoma, Castilla y León, autorizó un gasto de 118.000 euros para la construcción de internados en el altiplano boliviano, lo que cual supondrá una expansión de su trabajo hacia la zona andina.
Asegura que hoy, sin ese internado, los jóvenes del campo tienen que andar hasta seis horas al día a 4.000 metros de altitud para llegar a una escuela, así que quiere darle “bienestar a esos hijos”.
Para celebrar los 25 años de Hombre Nuevos Bolivia, los jóvenes cruceños de la orquesta de la fundación fueron invitados hace unos días dar un concierto en el Vaticano.
“Fue algo excepcional, maravilloso. Imagínate jóvenes que jamás habían salido de Bolivia, encontrarse en un espectáculo tan maravilloso como un concierto delante del Papa ante 8.000 personas”, exclama el misionero.
Estos jóvenes comenzaron hace muchos años en la orquesta impulsada por el religioso y han conseguido interpretar obras musicales bolivianas en frente de un público internacional.
“La portavoz del Vaticano, Paloma García, que participó en un concierto vino emocionada y me dijo que pensaba que harían algo folklórico, exótico, bonito, pero nada más, pero que se había dado cuenta de que es una orquesta que está a la altura de cualquier orquesta de Europa”, afirma orgulloso el obispo.
Y a pesar de toda su obra humanitaria, Castellanos cree que aún “queda mucho por hacer” y se compromete a seguir trabajando “ilusionados para reducir las fronteras de la pobreza que es la ignominia de la humanidad”. (Efe)
“Trajimos 5 millones de pesetas (32.000 dólares) y al mes de estar aquí ya montamos el centro de niños desnutridos con el que hemos salvado más de 5.000 vidas”, dijo Castellanos en una entrevista con Efe, al recordar que llegó a Bolivia el 16 de enero de 1992.
Desde entonces, el religioso (Mansilla del Páramo, León, España, 1935) vive en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra (este) en uno de los barrios más humildes y pobres, Plan 3.000, pero no ha perdido su acento leonés ni se olvida de sus orígenes.
En Bolivia ha conseguido, junto a Hombres Nuevos, la integración social de niños y adolescentes, la construcción de escuelas, internados, centros médicos y también de templos.
“Yo no venía con la idea de hacer iglesias”, asegura, pero no había ninguna en el Plan 3.000 y la gente “quería un templo”. En total, el obispo Castellanos ha construido ya quince.
Castellanos renunció al obispado de Palencia (Castilla y León) en 1991 porque quería poner en práctica sus prédicas, yendo a “vivir a un barrio pobre”.
“¿Por qué un obispo no va a recibir la llamada para ser misionero?”, se preguntó.
Y mientras preparaba su renuncia, se “enamoró” de Bolivia en unas conferencias que le invitaron a dar en el país andino.
“Por otra parte, después de Haití, Bolivia es el país más pobre de América Latina”, explica al citar una cifra dramática: “al año mueren 14.000 niños y niñas” por causas evitables, como la diarrea.
Su intención, dice, era “escuchar y conocer las necesidades reales y sentidas de la gente” y después de este cuarto siglo “todo este esfuerzo y trabajo han levantado esperanza en la gente”.
En este tiempo ha visto como Santa Cruz pasó de ser una ciudad pequeña a la más grande, poblada y pujante de Bolivia.
El religioso cree que su contribución al crecimiento de la población cruceña ha llegado con la educación: “hemos hecho más de cien escuelas y eso implica también un cambio generacional. Un país para que salga de la pobreza necesita escuela para todos, de cierta calidad y que eduque en valores”.
Su posicionamiento en el lado de los desfavorecidos le valió en 1998 para ser galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, y aún no pierde las relaciones con España.
De hecho, hace unos meses el gobierno de su comunidad autónoma, Castilla y León, autorizó un gasto de 118.000 euros para la construcción de internados en el altiplano boliviano, lo que cual supondrá una expansión de su trabajo hacia la zona andina.
Asegura que hoy, sin ese internado, los jóvenes del campo tienen que andar hasta seis horas al día a 4.000 metros de altitud para llegar a una escuela, así que quiere darle “bienestar a esos hijos”.
Para celebrar los 25 años de Hombre Nuevos Bolivia, los jóvenes cruceños de la orquesta de la fundación fueron invitados hace unos días dar un concierto en el Vaticano.
“Fue algo excepcional, maravilloso. Imagínate jóvenes que jamás habían salido de Bolivia, encontrarse en un espectáculo tan maravilloso como un concierto delante del Papa ante 8.000 personas”, exclama el misionero.
Estos jóvenes comenzaron hace muchos años en la orquesta impulsada por el religioso y han conseguido interpretar obras musicales bolivianas en frente de un público internacional.
“La portavoz del Vaticano, Paloma García, que participó en un concierto vino emocionada y me dijo que pensaba que harían algo folklórico, exótico, bonito, pero nada más, pero que se había dado cuenta de que es una orquesta que está a la altura de cualquier orquesta de Europa”, afirma orgulloso el obispo.
Y a pesar de toda su obra humanitaria, Castellanos cree que aún “queda mucho por hacer” y se compromete a seguir trabajando “ilusionados para reducir las fronteras de la pobreza que es la ignominia de la humanidad”. (Efe)
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