La adolescencia es una época de cambios, esto tiene que ver con el deseo de conocerse así mismos, con la búsqueda de su identidad que por lo general buscan cosas que sean diferentes a las de sus padres. Pero, ¿qué hacer cuando ellos deciden seguir otra religión? Sigue leyendo que expertos lo explican.
Apoyar. El psicólogo, Oliver Silva, explicó que los padres tienen que tomar en cuenta que el adolescente busca su identidad, socializar e identificarse con sus iguales. Su colega, Luis Nardín, sostuvo que el primer paso es que los padres deben participar con el hijo para ver de qué se trata esa creencia. "Los padres muchas veces se encierran y lo que necesitan es conocer cosas que llaman la atención a sus hijos. Si te cierras ante esas posibilidades, mayor va a ser la distancia emocional que se va a dar entre tú y tu hijo".
Conversar. Nardín indicó que los padres deben hablar con los adolescentes acerca de las filosofías religiosas, "que se integren a conocer otras creencias y que descubran que las personas que creen en visiones distintas son tan humanos como ellos, no hay una diferencia en la esencia sino las distintas formas de ver una misma cosa, pero todos somos humanos". Silva sostuvo que si sus hijos quieren asistir, deben dejarlos, pero aconsejarlos que no se comprometan demasiado, que investiguen y exploren, si están de acuerdo como los principios que ellos apoyan o proponer.
Cuidado. "Mientras más estricto eres como padre, estás menos abierto a otras visiones del mundo, más rápido alejas a tu hijo de la posibilidad que reconsidere, porque ellos siempre van a tender a ir en contra de tus mandados o estructuras, debido a que el adolescente está buscando independencia, estructura y diferenciarse de los padres", dijo Nardín.
Tolerantes. Silva remarcó que a los padres que solo les queda darles la mano a los hijos y recorrer el camino junto a ellos, hasta ver que caminan solos. "Debemos soltarle la mano y dejar que ellos empiecen a correr sus propios riesgos y se transformen en adultos responsables y productivos".
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