La fervorosa celebración religiosa de Totora. Este poblado vive una intensa festividad que congrega a los pobladores de Totora por diez días. Un tiempo en el cual todos se integran y comparten.
Ubicada a tres horas y a 143 kilómetros de la ciudad de Cochabamba se encuentra la población de Totora, caracterizada por ser una de las provincias que aún conserva su estructura colonial. Una vez que se recorre sobre las ondulaciones de su territorio se puede percibir la estructura de un pueblo que conserva su tradición en cada rincón de su espacio.
Además de compartir y continuar con la herencia oral, la cual es transmitida de los abuelos a los nietos, es parte de la construcción de la identidad de un pueblo que celebra con ahínco una de las festividades religiosas más importantes en honor a la presencia de la imagen divina de San Salvador.
Totora cuenta con una de las festividades más conocidas en Cochabamba, debido a la magnitud de días de celebración, y que cuenta con muestras de gran devoción de los totoreños.
La festividad de San Salvador es una de las celebraciones más esperadas en el año, no solo de parte de la población totoreña sino también por parte de cochabambinos que se dan cita en dicha localidad pertenecientes a otras regiones.
El padre Américo Hidalgo cuenta que esta celebración religiosa dedicada al patrono de San Salvador se origina el año 1800, con la restauración de la imagen que antiguamente trajeron los misioneros franciscanos. La misma que al transcurrir el tiempo se fue deteriorando como consecuencia de las condiciones climáticas del lugar y cuando la imagen estaba muy deteriorada fue trasladada a la Sacristía donde permaneció por mucho tiempo.
“El patriarca de la familia Novillo habló con el padre de la parroquia, -de aquel entonces-, para proponerle restaurar la imagen. Es por ello que se trasladó la imagen a la casa de ésta familia. Las cuales la conservaron por un tiempo la imagen restaurada” explica el padre Hidalgo.
De igual manera el padre Hidalgo señala que mientras la imagen esté fuera de la población se colocó en su lugar una réplica.
De acuerdo a la tradición oral del pueblo la imagen retornó a Totora cuando un día una fiel devota de la familia Novillo llevó al templo al patrono "San Salvador", para hacerle ‘escuchar misa’ y que dejó la imagen en el templo mientras realizaba algunas actividades pero grande fue su sorpresa que al retornar ya no encuentra la imagen, desencadenando desesperación y una gran angustia en ella.
Resulta que un fiel devoto de Totora reconoció la imagen y la escondió en la misma parroquia, para luego convocar a un cabildo. “Hizo que se repicaran las campanas para llamar al pueblo y los totoreños no tardaron en congregarse para decidir la ‘suerte’ que debía cumplir la imagen. Se decidió conformar una comisión para ir a Cochabamba y conversar con la familia y que retornase a su lugar de origen”, señala el párroco de Totora.
Es así como retorna el patrono a Totora.
FIESTA PATRONAL
La devoción a San Salvador se extiende durante diez días, debido a que existen muchos pasantes con los que se celebra una misa especial para cada uno de ellos.
En estos 10 días el párroco de la Totora se encarga de celebrar solo tres misas por día “es un momento de sacrificio de los presentes y además compartir; esta es una de las razones para que no se realicen tantas eucaristías en un solo día” explica el padre Hidalgo.
La prolongación de los días de celebración es de acuerdo a la fe y devoción de los pasantes, puesto que cada año existen alrededor de 20 pasantes. Una de las particularidades de esta celebración es que en vísperas de la fiesta se realiza una Novena. Un acontecimiento religioso que consiste en realizar culto de adoración y reflexión durante nueve días, “estos días las personas oran al patrono, San Salvador, para que se puedan cumplir las peticiones que tienen”, explica el padre. Asimismo afirma que la Novena comienza a las siete de la noche, donde se reza el Rosario o se intercalan testimonios de algún devoto que quiera expresar su fe.
El 31 de diciembre se festeja la víspera de la celebración, precisamente con la misa donde los pasantes hacen sus peticiones.
Las actividades religiosas se inician con las procesiones después de la misa, momento en el cual se visitan cuatro estaciones, en cada esquina de la plaza principal de Totora.
El padre Américo explica que en cada estación se va rezando por la salud o por la unidad de la familia. Después de estas misas los pasantes comienzan la celebración con juegos pirotécnicos, también tienen tradición de compartir con música y algún alimento en la plaza, estas actividades son iniciativas particulares de cada pasante.
“Los pasantes se brindan voluntariamente cada año. Son iniciativas que nacen de la devoción; sin embargo, existen personas que colaboran con cosas específicas como el alimento, es una celebración que parte de la hermandad”, comenta el padre Hidalgo.
Durante los 10 días de celebración los pasantes se organizan de acuerdo al día de la misa designada, es decisión de cada cada uno de ellos cómo compartirá con la población.
Otra de las características del lugar es cerrar la festividad con la popular corrida de toros. A la cual asisten todas las familias.
José Héctor Calvimontes Flores, intendente municipal de Totora, dice que la tradición de celebrar las vísperas con fogatas bailables es heredada de las viejas generaciones.
Sin embargo durante la festividad cada noche se organizan las fogatas de acuerdo al número de pasantes designados por día para la eucaristía, estas fogatas son preparadas y encendidas en las calles donde están ubicadas las casas de los pasantes.
José Calvimontes explica que éste año se tienen programadas dos fogatas oficiales que se realizarán en la plaza principal de Totora.
“La fogata representa la tradición heredada por nuestros abuelos para celebrar al Santo, es así que en base a estas costumbres los pasantes comparten con la población sirviéndose bebidas tradicionales” asegura José.
LA FERVOROSA TRADICIÓN
Gloria Sánchez es una fiel devota totoreña que llega todos los años desde Europa para agradecer a San Salvador por los favores cumplidos.
Con emoción Gloria cuenta “La fe en el patrón de San Salvador me fue inculcada por herencia familiar, ya son 27 años que llego a Totora para agradecer al señor San Salvador” .
Un dato importante que comparte la señora Gloria es que durante su infancia, tiempo que vivió en Totora, pudo notar que esta festividad era exclusiva, es decir solo para las personas que contaban con un alto nivel económico en Totora.
“Cuando yo era niña la fiesta solo era celebrada por las personas pudientes, por lo tanto no era tan grande” cuenta Gloria.
Al igual que la señora Gloria algunos pobladores de Totora aseguran que a medida que pasan los años crece la intención de compartir en comunidad. Sin embargo señalan también que existe una cierta distorsión de la razón de ser de la festividad, puesto que en el transcurso de los días los excesos de consumo de bebidas alcohólicas son muy notorios particularmente por las personas que están de visita por el pueblo.
Ante esta situación el intendente municipal José Calvimontes asegura que se prevé mucho personal de seguridad, para evitar que los excesos puedan ocasionar destrozos en el pueblo.
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