En las puertas del templo de La Merced, dos vendedoras de palmas sentadas sobre el empedrado del atrio veían ingresar en la iglesia a cientos de fieles que se congregaron desde las 14.45 de ayer para celebrar la misa y posterior procesión de Viernes Santo, actos a los que por primera vez no asistió el Presidente ni tuvieron escolta militar.
Entre las calles Colón y Comercio aguardaban dos motociclistas de la Policía Boliviana y tres uniformados de la Patrulla de Auxilio al Ciudadano (PAC) —de los pocos uniformados que se vio—, todos esperando el momento para abrir paso a la procesión del Santo Sepulcro por las céntricas calles de la sede del Gobierno.
Al ingresar en el templo se percibía el fuerte olor a incienso emanado desde el altar mayor. En la nave izquierda, sentados ordenadamente, estaban los miembros de varias hermandades.
La cofradía de Los Caídos, ataviada de guindo y blanco, se hallaba al extremo del ingreso de La Merced, seguida por la del Paso del Calvario, de color beige. Inmediatamente estaba la Hermandad de la Virgen Dolorosa, de guindo oscuro, y finalmente la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro, cuyos miembros estaban vestidos de guindo claro y ubicados cerca del altar mayor.
Al extremo interior de la nave derecha del templo lucía entre telas blancas el Santísimo Sacramento, a cuyos costados destacaban nardos blancos y rosas pálidas iluminadas por algunas velas.
La liturgia fue presidida por monseñor Edmundo Abastoflor y acompañada por integrantes de la congregación María Auxiliadora, feligreses de la Hermandad San Judas Tadeo y gente de diversas clases sociales.
El mensaje de la homilía destacó el sacrificio de Jesús, el hijo de Dios que ofrendó su vida en el Gólgota por el perdón de los pecados humanos. “La debilidad nos lleva a ofender a Dios... Él nos ha devuelto a la nueva vida de los hijos de Dios... En esta situación de tensión y dificultades, que la Semana Santa ayude a abrir nuestros ojos y mente al Señor; a reconocer con fe que no hay otro más grande en la Tierra”, manifestó la autoridad eclesial.
A la misma hora, en Santa Cruz, el cardenal Julio Terrazas decía que en Bolivia ya no hay libertad para conmemorar las celebraciones cristianas. “Es tanto el bullicio, el odio del rencor, de la revancha...”, reclamó el purpurado.
Luego, en La Merced se hizo “la adoración de la Cruz”, un ritual donde la imagen de Jesucristo se presentó cubierta de un paño morado que luego fue quitado para la veneración. La comunidad quedó sobrecogida al ver cómo un anciano con labios musitantes y un campesino con ropa tradicional seguían las costumbres con humildad.
Al mismo tiempo, el párroco de la iglesia Jesús Obrero, Sandro Aranda, recordó a los fieles presentes en su reflexión el amor inmenso de Dios por la humanidad.
Terminada la misa de La Merced, llegaron el ex vicepresidente de la República Víctor Hugo Cárdenas y el ex presidente Jorge Quiroga Ramírez. Los fieles los recibieron con sonados aplausos.
Cárdenas dijo que la prohibición gubernamental a las Fuerzas Armadas de participar en los actos de Semana Santa “no fue prudente” y recordó que la patrona del Ejército es la Virgen del Carmen. Calificó de autoritarismo la inasistencia al acto de las primeras autoridades nacionales.
A propósito de ello, Tuto Quiroga también criticó al Gobierno y afirmó que el 99 por ciento de los hombres y mujeres del Ejército son fieles católicos.
Después, las ex autoridades se unieron a la procesión a la que también asistieron los ministros Nardi Suxo, Héctor Arce y Ramiro Tapia. Allí también se observó al diputado Guillermo Mendoza.
El desfile comenzó en puertas de La Merced, recorrió varias calles del centro paceño y volvió a la misma iglesia. La banda Real La Paz marcó el paso de los fieles.
En su recorrido, un grupo se detuvo en plaza Murillo y dirigiéndose al Palacio Quemado, donde el presidente Morales hace huelga de hambre, gritó: “¡Jesús, Jesús!”.
Tradiciones de cada región marcaron las celebraciones del Viernes Santo en Bolivia
En Oruro, la Alcaldía amenazó con multas de 250 bolivianos y 48 horas de arresto a quienes maten lagartijas, como parte de las tradiciones que son denominadas costumbres “santas” y que todavía sobreviven en dicha ciudad.
Óscar U., un poblador de esa urbe, dijo que mucha gente iba a los arenales y a los cerros a matar lagartijas, pues creían que ellas representaban a los judíos y que había que matarlos y luego crucificarlos.
En Santa Cruz, Janeth Rivera, una vecina, manifestó que ayer no dejó a sus hijos ducharse, pues cree que es como si se bañaran con la sangre de Cristo.
César Menacho no jugó fútbol como todos los viernes, porque, según sostuvo, patear la pelota es como pegarle a Dios. Éstas son muestras de costumbres ancestrales que aún perviven en varias regiones del país y que se practican en Semana Santa.
La dieta alimenticia también tuvo otras características. La preparación de 12 platos representando a los 12 apóstoles es una práctica de algunos hogares, como en el de los hermanos Omar y Fernando Ortuño, que residen en la zona Pampa de la Isla, en Santa Cruz, quienes este año, por la crisis económica, sólo prepararon cinco: ají de papalisa, picadito, segundo de lacayote, sopa de pan y arroz con leche. En el barrio La Colorada, la familia Claros también puso en la mesa seis variedades de alimentos.
En San Javier, la gente se volcó al templo para participar en las actividades. En Quijarro, Camiri, San José de Chiquitos, Montero y los valles igualmente hubo masiva afluencia de feligreses católicos.
En Tarija se celebró la Pascua florida de San Lorenzo, rito campesino que se realiza desde el año 1574. Desde las comunidades llegaron por la noche a San Lorenzo, esperando la resurrección de Jesús, en un ambiente místico-religioso en el que se practica el zapateo durante la Mañanita de Pascua.
En Sucre, los fieles llenaron la Catedral y siguieron la masiva procesión, que recordó la pasión y muerte de Jesucristo. Para los creyentes, la ausencia del Ejército y la Policía no restó brillo a los actos, pues la presencia de autoridades prefecturales, municipales y judiciales fue notoria.
En Cochabamba, miles de feligreses acompañaron al Santo Sepulcro en la procesión presidida por el arzobispo Tito Solari y algunas autoridades ediles. La Cruz fue llevada por los Caballeros del Santo Sepulcro que también se encargaron de trasladar en hombros y custodiar la sagrada urna en ausencia del Ejército y la Policía. También en la tarde hubo una representación de la pasión y muerte de Jesús por parte de jóvenes feligreses en la zona de Jaihuayco.
A la vez, en todo el país los huevos de Pascua de chocolate tuvieron su clientela. Consultando a quienes los compraban, éstos decían que lo hacían porque a sus niños les atraían, mas no le encontraban explicación religiosa. Pero su origen se remonta a las antiguas civilizaciones, como Persia y China, donde eran considerados símbolos de la vida.
Testimonios
“Creo que la prohibición de la participación del Ejército no atenta contra el acto, más bien está de acuerdo con la nueva Constitución Política del Estado. No se trata de imponer, se trata de respetar las creencias y la libertad de cada persona”.
María Esther Palma
feligresa
“Es el colmo que se haya prohibido la participación del Ejército y de la Policía Nacional, pero de todas maneras estamos viendo que no los necesitamos”, dijo el encuestado a tiempo de destacar la actitud devota de los asistentes.
Jaime Paredes Guzmán
feligrés
“Pienso que es magnífico que se haya prohibido su participación”, sostuvo el entrevistado y destacó que “no comulgan las armas con las cuales solían desfilar los militares con el sentimiento de amor y hermandad que debe reinar”.
Alberto Ocampo
feligrés
Detalles
Es la primera vez que los miembros de las FFAA no acompañan la procesión del Santo Sepulcro.
Rompiendo la tradición, las bandas del Ejército y la Policía no acudieron al acto religioso.
Los feligreses contrataron a la banda Real La Paz, la cual los siguió durante todo el recorrido.
Decenas de alumnos de los colegios Don Bosco y San Calixto igual estuvieron presentes.
Los fieles rememoraron el Vía Crucis también en la iglesia Jesús Obrero, con mucho fervor.
Entre las calles Colón y Comercio aguardaban dos motociclistas de la Policía Boliviana y tres uniformados de la Patrulla de Auxilio al Ciudadano (PAC) —de los pocos uniformados que se vio—, todos esperando el momento para abrir paso a la procesión del Santo Sepulcro por las céntricas calles de la sede del Gobierno.
Al ingresar en el templo se percibía el fuerte olor a incienso emanado desde el altar mayor. En la nave izquierda, sentados ordenadamente, estaban los miembros de varias hermandades.
La cofradía de Los Caídos, ataviada de guindo y blanco, se hallaba al extremo del ingreso de La Merced, seguida por la del Paso del Calvario, de color beige. Inmediatamente estaba la Hermandad de la Virgen Dolorosa, de guindo oscuro, y finalmente la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro, cuyos miembros estaban vestidos de guindo claro y ubicados cerca del altar mayor.
Al extremo interior de la nave derecha del templo lucía entre telas blancas el Santísimo Sacramento, a cuyos costados destacaban nardos blancos y rosas pálidas iluminadas por algunas velas.
La liturgia fue presidida por monseñor Edmundo Abastoflor y acompañada por integrantes de la congregación María Auxiliadora, feligreses de la Hermandad San Judas Tadeo y gente de diversas clases sociales.
El mensaje de la homilía destacó el sacrificio de Jesús, el hijo de Dios que ofrendó su vida en el Gólgota por el perdón de los pecados humanos. “La debilidad nos lleva a ofender a Dios... Él nos ha devuelto a la nueva vida de los hijos de Dios... En esta situación de tensión y dificultades, que la Semana Santa ayude a abrir nuestros ojos y mente al Señor; a reconocer con fe que no hay otro más grande en la Tierra”, manifestó la autoridad eclesial.
A la misma hora, en Santa Cruz, el cardenal Julio Terrazas decía que en Bolivia ya no hay libertad para conmemorar las celebraciones cristianas. “Es tanto el bullicio, el odio del rencor, de la revancha...”, reclamó el purpurado.
Luego, en La Merced se hizo “la adoración de la Cruz”, un ritual donde la imagen de Jesucristo se presentó cubierta de un paño morado que luego fue quitado para la veneración. La comunidad quedó sobrecogida al ver cómo un anciano con labios musitantes y un campesino con ropa tradicional seguían las costumbres con humildad.
Al mismo tiempo, el párroco de la iglesia Jesús Obrero, Sandro Aranda, recordó a los fieles presentes en su reflexión el amor inmenso de Dios por la humanidad.
Terminada la misa de La Merced, llegaron el ex vicepresidente de la República Víctor Hugo Cárdenas y el ex presidente Jorge Quiroga Ramírez. Los fieles los recibieron con sonados aplausos.
Cárdenas dijo que la prohibición gubernamental a las Fuerzas Armadas de participar en los actos de Semana Santa “no fue prudente” y recordó que la patrona del Ejército es la Virgen del Carmen. Calificó de autoritarismo la inasistencia al acto de las primeras autoridades nacionales.
A propósito de ello, Tuto Quiroga también criticó al Gobierno y afirmó que el 99 por ciento de los hombres y mujeres del Ejército son fieles católicos.
Después, las ex autoridades se unieron a la procesión a la que también asistieron los ministros Nardi Suxo, Héctor Arce y Ramiro Tapia. Allí también se observó al diputado Guillermo Mendoza.
El desfile comenzó en puertas de La Merced, recorrió varias calles del centro paceño y volvió a la misma iglesia. La banda Real La Paz marcó el paso de los fieles.
En su recorrido, un grupo se detuvo en plaza Murillo y dirigiéndose al Palacio Quemado, donde el presidente Morales hace huelga de hambre, gritó: “¡Jesús, Jesús!”.
Tradiciones de cada región marcaron las celebraciones del Viernes Santo en Bolivia
En Oruro, la Alcaldía amenazó con multas de 250 bolivianos y 48 horas de arresto a quienes maten lagartijas, como parte de las tradiciones que son denominadas costumbres “santas” y que todavía sobreviven en dicha ciudad.
Óscar U., un poblador de esa urbe, dijo que mucha gente iba a los arenales y a los cerros a matar lagartijas, pues creían que ellas representaban a los judíos y que había que matarlos y luego crucificarlos.
En Santa Cruz, Janeth Rivera, una vecina, manifestó que ayer no dejó a sus hijos ducharse, pues cree que es como si se bañaran con la sangre de Cristo.
César Menacho no jugó fútbol como todos los viernes, porque, según sostuvo, patear la pelota es como pegarle a Dios. Éstas son muestras de costumbres ancestrales que aún perviven en varias regiones del país y que se practican en Semana Santa.
La dieta alimenticia también tuvo otras características. La preparación de 12 platos representando a los 12 apóstoles es una práctica de algunos hogares, como en el de los hermanos Omar y Fernando Ortuño, que residen en la zona Pampa de la Isla, en Santa Cruz, quienes este año, por la crisis económica, sólo prepararon cinco: ají de papalisa, picadito, segundo de lacayote, sopa de pan y arroz con leche. En el barrio La Colorada, la familia Claros también puso en la mesa seis variedades de alimentos.
En San Javier, la gente se volcó al templo para participar en las actividades. En Quijarro, Camiri, San José de Chiquitos, Montero y los valles igualmente hubo masiva afluencia de feligreses católicos.
En Tarija se celebró la Pascua florida de San Lorenzo, rito campesino que se realiza desde el año 1574. Desde las comunidades llegaron por la noche a San Lorenzo, esperando la resurrección de Jesús, en un ambiente místico-religioso en el que se practica el zapateo durante la Mañanita de Pascua.
En Sucre, los fieles llenaron la Catedral y siguieron la masiva procesión, que recordó la pasión y muerte de Jesucristo. Para los creyentes, la ausencia del Ejército y la Policía no restó brillo a los actos, pues la presencia de autoridades prefecturales, municipales y judiciales fue notoria.
En Cochabamba, miles de feligreses acompañaron al Santo Sepulcro en la procesión presidida por el arzobispo Tito Solari y algunas autoridades ediles. La Cruz fue llevada por los Caballeros del Santo Sepulcro que también se encargaron de trasladar en hombros y custodiar la sagrada urna en ausencia del Ejército y la Policía. También en la tarde hubo una representación de la pasión y muerte de Jesús por parte de jóvenes feligreses en la zona de Jaihuayco.
A la vez, en todo el país los huevos de Pascua de chocolate tuvieron su clientela. Consultando a quienes los compraban, éstos decían que lo hacían porque a sus niños les atraían, mas no le encontraban explicación religiosa. Pero su origen se remonta a las antiguas civilizaciones, como Persia y China, donde eran considerados símbolos de la vida.
Testimonios
“Creo que la prohibición de la participación del Ejército no atenta contra el acto, más bien está de acuerdo con la nueva Constitución Política del Estado. No se trata de imponer, se trata de respetar las creencias y la libertad de cada persona”.
María Esther Palma
feligresa
“Es el colmo que se haya prohibido la participación del Ejército y de la Policía Nacional, pero de todas maneras estamos viendo que no los necesitamos”, dijo el encuestado a tiempo de destacar la actitud devota de los asistentes.
Jaime Paredes Guzmán
feligrés
“Pienso que es magnífico que se haya prohibido su participación”, sostuvo el entrevistado y destacó que “no comulgan las armas con las cuales solían desfilar los militares con el sentimiento de amor y hermandad que debe reinar”.
Alberto Ocampo
feligrés
Detalles
Es la primera vez que los miembros de las FFAA no acompañan la procesión del Santo Sepulcro.
Rompiendo la tradición, las bandas del Ejército y la Policía no acudieron al acto religioso.
Los feligreses contrataron a la banda Real La Paz, la cual los siguió durante todo el recorrido.
Decenas de alumnos de los colegios Don Bosco y San Calixto igual estuvieron presentes.
Los fieles rememoraron el Vía Crucis también en la iglesia Jesús Obrero, con mucho fervor.