“La caída de la bóveda era anunciada, pues estaba rajada desde 1998, pero se podía haber evitado. Esta edificación es la más valiosa de todas, pues tiene tres declaratorias de Monumento Nacional”, manifestó la representante en Cochabamba del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (Cicop) Bolivia, Patricia Dueri.
La caída ocurrió el lunes y dañó la imagen de la Virgen Inmaculada, además, de algunos asientos y una lámpara. De manera inmediata un grupo conformado por arquitectos expertos en patrimonio, un representante del Arzobispado, el director de Culturas de la Gobernación y funcionarios de la Alcaldía de Tarata hizo una inspección a la iglesia para emitir un informe y presentarlo al Ministerio de Culturas y la Gobernación.
“Realizamos un informe que señala la necesidad urgente de que se realice un trabajo preventivo de apuntalamiento, pues la rajadura sigue poniendo en riesgo la infraestructura. Se tuvo la fortuna de que existan rieles mecánicas en la bóveda que evitaron que una mayor parte caiga. Lamentamos el descuido de las autoridades al patrimonio rural”, reflexionó Flores.
Sin embargo, el trabajo de apuntalamiento sólo es para evitar un nuevo derrumbe. Por ello, el informe señala la necesidad de restaurar la edificación lo antes posible, dijo.
La iglesia y el convento fueron fundados en 1759, durante un siglo trabajaron en actividades civilizadoras de los guarayos, chiquitos y yuracarés. A principios del siglo XX funcionaba la imprenta del Colegio de Propaganda FIDE, que realizaba publicaciones semanales de la iglesia. La arquitectura es colonial.
La Ley del 8 de marzo de 1927 y el Decreto Supremo Reglamentario Nº 05918 del 6 de noviembre de 1961 establecen las normas para la declaración de los monumentos nacionales. La iglesia y el convento San José tienen tres declaratorias.

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