En su homilía, el Cardenal agradeció a Leigue por aceptar su nueva misión y le pidió ser un testigo valiente de Cristo que lleve su mensaje para que sea escuchado “allí donde el hombre y la mujer necesitan hoy salvación, la esperanza autentica, amor, justicia y paz para todos”.
El templo, según la página católica Iglesia Viva, estuvo colmado de amigos, fieles y familiares del consagrado, además de la mayoría de los obispos de Bolivia.
Terrazas recordó que la misión de un sacerdote es el servicio y ser testimonio de unidad esté donde esté. “No la unidad silenciosa de los cementerios, de quienes sabiéndonos hijos predilectos de Dios queremos que se tome en cuenta esta dignidad y no sea pisoteado por nadie”. Dijo que la “verdad” debe ser otra forma de testimonio del sacerdote, “Estamos consagrados a la verdad de Cristo, la verdad del Señor de la Vida”.

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