El profesor Pfeiffer fue designado por los obispos católicos alemanes para dirigir al equipo de criminólogos y abogados que investigaban el escándalo.
Sin embargo, ahora él mismo ha acusado a funcionarios de la Iglesia de obstaculizar la indagación.
Tras conocer la noticia, los obispos alemanes informaron que se llevará a cabo una nueva investigación liderada por otra persona.
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