La Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción La Catedral, fue escenario de esta manifestación litúrgica que demuestra el amor de una madre a su hijo, de los dolores que sufre en el transcurso de su existencia, situación que también la vivió la Virgen María desde el momento de la Concepción de Jesús, hasta el día en el que el cuerpo inerte de Cristo es colocado en el Santo Sepulcro, esperando su resurrección.
El párroco de La Catedral, Ludgardo Ortiz, fue el encargado de celebrar esta manifestación católica, centrada en el rezo de los Siete Dolores de la Virgen María, a través de la imagen de la Virgen Dolorosa, que representa el momento de la piedad con su hijo Jesús, muerto en su regazo, tras haber sido bajado de la cruz por los soldados romanos.
La Virgen Dolorosa es una advocación de la Virgen María, que también es conocida como Virgen de la Amargura, de la Piedad, de las Angustias, de la Caridad, de la Soledad o Virgen de los Dolores.
El primer dolor de la oración, fue el relacionado al momento en el que se emite la profecía de Simeón en relación a la pasión y muerte de su Hijo; el segundo dolor trata de la huida a Egipto para que el emperador Herodes no mate a Jesús; el tercer dolor se centra cuando Jesús aún niño se pierde en el templo; en el cuarto dolor, María encuentra a Jesús en el Vía Crucis; el quinto dolor se refiere a la muerte de su Hijo en la cruz; el sexto consigna el instante cuando recibe el cuerpo de Jesús al ser bajado de la cruz y finalmente el séptimo dolor se remite cuando Cristo es colocado en el Santo Sepulcro.
En este contexto, ayer la comunidad católica, luego de cada manifestación dolorosa rezó el Padre Nuestro, Ave Marías y el Gloria al Padre.
Todos estos hechos muestran en realidad el amor de una madre hacia su hijo, y desde luego el regalo que hace Jesucristo a la humanidad cuando deja a su madre al más joven de sus discípulos, Juan, mediante las celebres palabras: "Mujer ahí tienes a tu hijo, hijo ahí tienes a tu Madre".
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