martes, 2 de agosto de 2016

Oberamaier deja unos 15 proyectos de 'obra social'



La ausencia del padre Sebastián Obermaier a laudato matinal alarmó a su vicario, el padre Pavel, quien de inmediato llamó al director de la fundacion Cuerpo de Cristo, Gregorio Condori, ambos ingresaron a la pequeña habitación y lo encontraron en el suelo.

Así se apagó la vida del más carismático sacerdote de la ciudad de El Alto, quien deja como herencia 15 proyectos de obra social, todos vinculados a la asistencia de familias de extrema pobreza y menores de y en la calle.



El dolor en muchachos de 15 o 17 años conmovió a propios y extraños quienes no atinaban a comprender qué había pasado y cómo se fue la persona que les brindó la oportunidad que todos les negaron.

Estudiantes de al menos 11 establecimientos abarrotaron la pequeña parroquia ubicada en la plaza de Villa Adela, un suburbio alteño que albergó a Obermaier desde que llegó a esta ciudad hace 38 años.



La Fundación que dirigía Obermaier tiene 95 trabajadores y el más ambicioso de los proyectos es sin duda el canal de televisión 57; una casa de adultos mayores abandonados por sus familiares; cuatro centros juveniles para muchachos en situación de calle; seis centros infantiles; una casa de acogida para niños que son derivados de la Defensoría de la ciudad de El Alto; dos proyectos para mujeres, uno de textilería y el otro de panadería; todos estos proyectos trabajaban con la supervisión de la arquidiócesis de El Alto.

Gregorio Condori dijo que los mismos continuarán y que hace poco concluyeron los trámites legales para la consolidación de los proyectos y los mismos quedaron garantizados para el próximo decenio. En esa urbe edificó 70 templos con una singular arquitectura.


La alcaldesa de esta ciudad, Soledad Chapetón que llegó hasta el templo donde velan los restos del sacerdote, adelantó que después del sepelio se reunirá con el Arzobispo de esta ciudad, monseñor Eugenio Escarpellini con quien se reunirá para dar continuidad del proyecto social de Obermaier.

La parroquia Cuerpo de Cristo levantó una capilla ardiente hasta donde concurre la población alteña y entre llanto y dolor empezó la despedida; la concurrencia es tal que tuvieron que cerrar el acceso a vehículos en este sector. "Ahora vives en nosotros" fue la frase de los pobladores.

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