lunes, 4 de julio de 2016

Recitar el Corán salvó la vida de algunos rehenes en Daca

Un testigo del secuestro del sábado 2 de julio en Daca, Bangladesh, develó el modus operandi del grupo terrorista y explicó que a los rehenes se les pedía que recitasen versos del Corán para demostrar que eran musulmanes.

Los que pasaban la prueba podían comer. Los que no, fueron torturados y asesinados.

Los responsables de seguridad de Bangladesh siguen buscando pistas para encontrar a los artífices de la masacre y bloquearon el acceso a las calles próximas a Holey Artisan Bakery, en la zona de Gulshan, donde los terroristas se atrincheraron durante la noche del viernes para torturar y matar a algunos de los cautivos, entre los que había nueve italianos, siete japoneses, tres locales y un adolescente indio, destaca La Vanguardia.

Muchos de los detalles del ataque siguen sin estar claros un día después de que los agentes de seguridad entraran al restaurante y rescataran a 13 personas.

El Ministro del Interior sigue negando cualquier vínculo de los agresores con el Estado Islámico (EI), que se atribuyeron el ataque el pasado sábado, e insiste que los responsables son un grupo local llamado Jumatul Mujahedeen Bangladesh.

Además, el Gobierno ya dijo en un pasado que cualquier reivindicación de actos de violencia en el país surasiático simplemente serían actos oportunistas para llamar la atención al público.

Por su parte, la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, culpa a sus rivales políticos de intentar generar caos en el país respaldando a insurgentes locales que libran un sangriento alzamiento que, hasta este fin de semana, consistía fundamentalmente en agresiones de hombres jóvenes, machete en mano, contra individuos a los que califican traidores al Islam.

Entre las víctimas de los radicales se encuentran blogueros ateos, activistas por los derechos de los homosexuales, cooperantes extranjeros y minorías religiosas.

Tres días de duelo

Bangladesh observó ayer el primero de los dos días de duelo nacional tras el asalto yihadista.
Las banderas ondean a media asta hasta en edificios públicos del país en recuerdo a los fallecidos en el atentado, en el que al menos otras 26 personas resultaron heridas, en su mayoría agentes.

Bangladesh, uno de los países más poblados del mundo y de mayoría musulmana, está inmerso en una ola de atentados selectivos de corte islamista desde 2013, aunque no sufría sin embargo grandes ataques terroristas desde la pasada década.

Las agresiones selectivas se intensificaron en 2015 contra minorías religiosas, activistas homosexuales, pensadores e intelectuales laicos y extranjeros.

El restaurante atacado, Holey Artisan Bakery-O’Kitchen, se encuentra en la zona diplomática de la capital bangladesí y es frecuentado por numerosos extranjeros. De acuerdo al experto en terrorismo Walid Almus, "el mundo ha entrado en una espiral de inseguridad debido al terrorismo radical islámico”.


Violencia extrema

Gobierno El grupo de yihadistas que secuestró y ejecutó a 20 extranjeros en un restaurante de Daca este fin de semana pertenecía a una organización islámica bangladesí, proscripta por más de una década, y no tenían conexiones con Estado Islámico, dijo el Ministro del Interior. "Ellos eran miembros de Jamaeytul Mujahdeen Bangladesh”, dijo el ministro de Interior, Asaduzzaman Khan.
Compromiso El "pueblo debe resistir a esos terroristas y mi gobierno está determinado a erradicar el terrorismo” de Bangladesh, declaró en una conferencia de prensa la primera ministra Sheij Hasina después de que las fuerzas de seguridad terminaran con la toma de rehenes en un restaurante del centro de Daca.

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