miércoles, 30 de marzo de 2016

Gunnar fue generoso en vida y ahora es aún más tras su muerte

Las acciones de Gunnar Mamani Chavarría estuvieron siempre signadas por el altruismo. En la escuela ayudaba a sus compañeros con las tareas y cuando tenía dinero les invitaba a comer.

Este desprendimiento que prodigaba en vida se ha multiplicado tras su muerte, afirman sus padres y hermanos, quienes recuerdan al benjamín del hogar como un joven sensible, aplicado y con mucho talento para dibujar y escribir versos románticos.

De esta generosidad dan también testimonio aquellas personas que aseguran haber recibido algún favor del joven padre, quien falleció antes de cumplir los 21 años tras tropezar y caer al paso a desnivel del puente Huayna Kápac.

La peluquera Roxana Tapia asegura que ella recibió un favor de Gunnar. Su hija tenía dificultad para obtener visa, pero tras rezar y dejar flores en su nombre recibió finalmente este documento.

Gunnar Mamani Chavarría murió el domingo 6 de junio de 2010, a las nueve de la noche, a pocos minutos de llegar al hospital. Era auxiliado por la ambulancia de Bomberos.

Dejó en la orfandad a una hija, quien cumplirá nueve años el próximo 30 de septiembre.

La niña, según su abuela Hortencia Chavarría, está consciente de todo lo que sucede. Llega hasta el puente Huayna Kápac con bastante regularidad y lleva siempre consigo tostado en una bolsa, porque asegura que a su papá le gustaba comer este alimento.

La niña corretea por la casa de sus abuelos paternos y cuando sus tíos le piden que tenga cuidado, ella responde, con mucha convicción, que su papá la está cuidando.

En una oportunidad, cuando la familia de Gunnar festejaba el cumpleaños de la pequeña, ésta se puso a llorar. Al ser consultada por qué lo hacía, respondió que su padre estaba en un rincón de la casa, solo y triste.

Gunnar se había separado de su esposa y por esta causa sufría. Algunas veces rompía en llanto cuando escuchaba la canción “Te amo” del grupo Los Nenes.

UN PARTO COMPLICADO

Era el menor de nueve hermanos (tres de ellos fallecieron cuando aún eran pequeños). Los padres de Gunnar, Benedicto Mamani y Hortencia Chavarría, son oriundos de Potosí, pero él nació en Sucre debido a que el embarazo de su madre se había complicado y la Ciudad Blanca tenía mejores hospitales para atender las operaciones cesáreas.

Tres años después del nacimiento de Gunnar, sus padres decidieron, por motivos de salud, migrar a Cochabamba. Llegaron a la Llajta en 1992 y se afincaron en cerro San Miguel.

UN ANHELO

Gunnar tenía un sueño. Esperaba graduarse de Infocal como técnico en electrónica automotriz para luego abrir un moderno taller. Su idea era darle una mejor vida a su padre y que no estuviera más en el piso para revisar y arreglar los vehículos, como lo hace en su taller de la avenida Guillermo Urquidi.

Para hacer realidad este proyecto había solicitado un préstamo de 7.000 dólares a una entidad bancaria. El financiamiento fue aceptado y el oficial de crédito se lo hizo saber a la familia, dos semanas después de su fallecimiento.

La familia de Gunnar trabaja en su taller eléctrico de vehículos, por lo que decidió, como un homenaje al menor de los hermanos, hacer realidad este sueño.

SUS ÚLTIMAS PALABRAS

Poco antes de morir, Gunnar habló con sus padres y hermanos desde su celular. Guery, el mayor, recuerda que le llamó a las seis de la tarde de ese domingo y le dijo que se encontraba por el Parque Mariscal Santa Cruz, en una kermés, y que se iría en unos minutos.

“Me dijo que me quería y también a toda la familia”.

Antes de hablar con Guery, Gunnar se comunicó con sus padres, a quienes también les recordó que los amaba mucho.

La familia volvió a saber de él dos días después. Su foto había sido publicada en la sección policial de un diario. Su padre, al comprar el matutino en un puesto de la San Martín y Brasil se quedó sin palabras.

Reconoció a su hijo por su vestimenta, llevó el diario hasta su esposa y le dijo: “Hortencia tu hijo está muerto”.

LA CAPILLA

Tras la muere de Gunnar, su familia mandó a colocar un cruz en el lugar donde falleció. El suegro del joven hizo construir una especie de apacheta.

Cuando construían esta hornacina al borde del paso a desnivel, según el relato de su suegro, se le acercó un hombre que le confesó que él había sido testigo de como Gunnar se había caído, tras tropezarse.

Sin embargo, los familiares de Gunnar nunca pudieron localizar a esta persona y el suegro no recuerda cómo se llamaba este hombre.

FAVORES

La madre de Gunnar, Hortencia Chavarría, visitaba religiosamente una vez a la semana el lugar donde había muerto su hijo para colocar flores.

Además de ella, una familiar de la esposa de Gunnar, llamada Nena, empezó a llevar gladiolos y los colocaba en floreros.

Otras personas, al conocer sobre las circunstancias de la muerte del joven empezaron a dejarle flores y peluches en su cumpleaños y, de paso, pedirle favores. Unos por salud, otros por trabajo y estudios.

Y los resultados no se dejaron esperar. A los cinco meses de la muerte de Gunnar empezaron a llegar cartas de personas que aseguraban haber sido “bendecidas” con algún favor. La cantidad de flores empezó a incrementarse.

Una mujer le había pedido a Gunnar que le ayude en su examen de tesis. Llevó flores y prendió velas en su capillita. Al día siguiente volvió con más velas y flores porque había obtenido una nota excelente en su defensa.

Una mujer de La Paz que había sido condenada con una pena de 15 años de presidio llegó hasta el puente Huayna Kápac para pedir “el favor” de que le rebajen la condena.

Tras realizar esta petición a Gunnar, la sentencia fue reducida, primero a diez años y finalmente a cinco. La mujer confía en recuperar su libertad pronto gracias a la Ley del Indulto.

Un chofer de taxi que había tenido un mal día llegó hasta el puente Huayna Kápac para rezar.

Ese mismo día, tras regresar a las calles empezó a cubrir carreras con cargas, de 50 bolivianos cada una, hasta ganar 600 bolivianos.

Los taxistas que fueron de alguna manera favorecidos por el alma de Gunnar, tocan sus bocinas cuando circulan por el puente Huayna Kápac, como un recordatorio de que esta “almita” concede favores a quienes se lo piden con fe.

Sus maestras lo recuerdan como un alumno noble

Gunnar era una persona sencilla, educada y le gustaba colaborar con sus compañeros de curso, rememoran quienes fueron sus maestras en el colegio Edmundo Bojanowski, Gladys Fuertes y Rosario Rojas.

“Él siempre estaba pendiente de sus trabajos, tenía un espíritu noble y valores caritativos”, afirma Fuertes.

La maestra de matemáticas Rosario Rojas, en concordancia con su colega, afirma que Gunnar tenía grandes valores: “Era muy responsable y educado, bajo la vigilancia de su hermano Guery, quien es también profesor de este colegio”.

Rojas asegura que nunca tuvo queja alguna contra Gunnar como estudiante.

Con sus compañeros era siempre solidario y bastante cooperativo, porque compartía sus conocimientos con ellos.

“Sus cuadernos eran bien ordenados, limpios y prolijos”, rememora Guery Mamani, hermano mayor de Gunnar, quien fue su profesor de primaria durante dos años.

Gunnar se destacó siempre por sus cualidades para el estudio, desde niño cuando cursaba el kínder.

Su madre, Hortencia Chavarría, recuerda que en “el kínder hacía gala de su vivacidad, de su generosidad. En la escuela siempre fue aplicado”.

Su maestra Rojas señala que sintió mucho pesar cuando se enteró de la trágica muerte de Gunnar, pero lo tomó como un designio de Dios. “Desde mi casa le dije, Gunnar no te olvides de mí”.

EN LA CIMA

Tras llegar a Cochabamba, la familia de Gunnar alquiló una casa en cerro San Miguel, en la cima de esta serranía, al sur de la ciudad.

Gunnar ingresó al kínder San Miguel y continuó sus estudios primarios en la escuela Wálter Vallejos, ubicada en la avenida 9 de abril y Oquendo, donde estuvo hasta tercero básico.

Completó su formación en el colegio Edmundo Bojanowski, en Pacata Alta, del cual se graduó en 2005.

En este colegio fue alumno de su hermano mayor, Guery, quien continúa dando clases en este establecimiento educativo.

Tras graduarse como bachiller ingresó a estudiar la carrera de electrónica automotriz a la fundación Infocal.

Gunnar, además de estudiar por la tarde, trabajaba en el taller de su padre por las mañanas. Tan solo le faltaba un año para culminar su carrera.

Cementerio de Vinto

 Los restos de Gunnar Mamani Chavarría descansan en un nicho del cementerio de Vinto, a unos 16 kilómetros de Cochabamba.

La hermana de Gunnar, Nilda Mamani, señala que esta tumba es visitada por algunos vecinos de este municipio que se enteraron de todos los favores que se le atribuyen.

El nicho de Gunnar es uno de los más elegantes de este cementerio. Una mujer que recibió un favor del joven fallecido hizo arreglar y barnizar su lápida.

En la hornacina, sus familiares depositaron adornos y objetos religiosos. Se destacan dos muñecos de la pantera rosa porque Gunnar tenía como apodo pantera debido a que era delgado.

Hay también las imágenes del Cristo crucificado, de la virgen y de unos angelitos.

Cuida a su familia

 El alma de Gunnar, afirman sus familiares, les ayuda en momentos difíciles. Armin, el sexto de los hermanos, cuenta que un día estaba afligido porque no tenía nada de dinero.

Mientras caminaba le pedía a su hermano que interceda de alguna forma por él. En su paso encontró 60 bolivianos en el piso. Parte de este dinero se lo dio a su esposa y a él le sirvió para sus pasajes.

Nilda, la quinta hija de la familia Mamani Chavarría, también fue favorecida por su hermano.

Rememora que en el trabajo sus compañeras armaron un boicot contra ella, sin motivo aparente.

Sus colegas habían firmado una carta, en la que la acusaban de varias faltas.

Nilda pidió a su hermano que hiciera que sus compañeras se retracten y den un paso al costado. Rezó toda la noche. El día de la reunión, la mayor parte de las personas que había firmado la carta se retractaron, dejando solas a las instigadoras.

El puente Huayna Kápac

 El puente Huayna Kápac, uno de los ingresos más importantes a la ciudad, se ha convertido en un lugar de romería, de personas que aseguran haber conseguido un favor de Gunnar y de aquellas que llegan para pedir algo.

4 Este espacio, de unos 15 metros de largo por 6 de ancho alberga, además de la capilla de Gunnar, al menos a una docena de comerciantes que venden flores, velas, especialmente los primeros viernes y lunes de cada mes.

Las personas que han recibido algún favor de Gunnar Mamani llevan flores, velas y misas cantadas con mariachis.

Los propietarios de una empresa de publicidad mandaron a instalar un tinglado de unos tres por tres metros para dar sombra a la capilla y a las flores que colocan los devotos de Gunnar.


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