martes, 16 de febrero de 2016

Papa tiende la mano a indígenas y pide perdón por su exclusión

El papa Francisco lamentó ayer la exclusión de las poblaciones indígenas y llamó a pedirles perdón, en una misa ante millares de fieles en el empobrecido sur de México, donde autorizó el uso de lenguas autóctonas en los rituales católicos.

“Muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos (indígenas) han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones (...) ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!”, manifestó el pontífice en la misa en San Cristóbal de las Casas.

La homilía en la pintoresca localidad montañosa fue oficiada en lenguas indígenas tzeltal, tzotzil y chol, y marcó la admisión de los idiomas autóctonos para oficiar misas católicas.

El Papa llegó a citar en su homilía el Popol Vuh, que narra la mítica cosmovisión maya.

La misa, cargada de música y oficiada ante una multitud envuelta en los típicos abrigos coloridos de la región, tuvo un momento de gran emoción cuando un sacerdote indígena lloró al orar por el Papa en lengua tzotzil.

“Queremos escuchar a Dios y hablarle en nuestro propio idioma”, agradeció un representante indígena al Papa, al que ellos llaman “jTatik”.

Para Rosa García, una mujer tzeltal de 25 años, “no importa en qué lengua se rece a Dios, Él siempre nos entiende. La diferencia es que ahora, en nuestra lengua, sentiremos a Dios más cerca de nuestro corazón”.

Es importante la apertura de la iglesia a las lenguas autóctonas, dijo Bernardo Barranco, un especialista mexicano en religión. Cerca de 30 por ciento de la población de Chiapas únicamente habla lenguas autóctonas.

Familias de indígenas tojolabales y zoques entregaron durante la misa las ofrendas de pan y vino, mientras otros mostraron al pontífice el dinero recaudado para construir dos albergues para migrantes.

El estado de Chiapas, donde está San Cristóbal de las Casas, es el menos católico de México.

Así, la admisión de las lenguas autóctonas es “de tremendo significado porque son los indígenas de Chiapas los que más han abandonado el catolicismo en México”, explicó Andrew Chesnut, profesor de estudios religiosos de la Universidad de Virginia Commonwealth.

Al final de la misa, Francisco recibió Biblias en lenguas tzotzil y tzeltal y un Nuevo Testamento en lengua tzotzil de Huixtán.

“¡Tenemos a un Papa al lado de los pobres!”, gritaban los asistentes al terminar la misa, entre notas de guitarras y trompetas típicas de la música mariachi.

En su mensaje, Jorge Mario Bergoglio alertó que el mundo no puede seguir ignorando la crisis ambiental que atraviesa, la que calificó como la más grave de su historia.

“El desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos impactan a todos y nos interpelan. Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia”, expresó Francisco.





Realidades lacerantes

Luego del fuerte mensaje del Papa a la jerarquía eclesiástica mexicana, Francisco Moreno, obispo del central estado de Tlaxcala, admitió ayer que, aunque “el Papa habla a su estilo”, está “tocando realidades lacerantes” del país.

“Algunos piensan que regaña pero con sus palabras el Papa está confirmando ya muchas actitudes de obispos en el país latinoamericano, que están comprometidos con el evangelio y con la transformación de la realidad”, señaló Moreno.

Manifestó que los obispos mexicanos se tienen que acostumbrar al estilo del Papa y toman su discurso papal como un llamado de conciencia para que quien no esté en esa sintonía revise su acción pastoral y como “un llamado a una conversión profunda”.

Señaló también que no viene el Papa a denunciar ni a criticar lo negativo, sino a “reforzar” y “confirmar” las acciones de la Iglesia en las “áreas difíciles” de la sociedad.

Para Moreno el principal reto de la Iglesia mexicana es mostrar cercanía y las puertas abiertas para acoger a toda la gente, especialmente a “los pobres, los enfermos, migrantes, los secuestrados, los que son víctimas de la violencia”.



CITA CON ENFERMOS

En horas de la tarde, el Papa hizo una breve visita a la catedral de San Cristóbal de las Casas para un encuentro con enfermos. Millares de personas se arremolinaron en las calles coloniales de la ciudad para ver el paso de su pastor.

Antes de entrar a la catedral, visitó la tumba de Samuel Ruiz, un legendario obispo que fue mediador entre el Gobierno y la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, cuyo levantamiento en armas para defender los derechos indígenas sacudió al país en 1994.

Reconocer la labor del obispo Ruiz e integrar las culturas indígenas es “asegurar la supervivencia de la Iglesia Católica”, estimó el padre Alejandro Solalinde, un aguerrido defensor de los indocumentados.

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