martes, 8 de diciembre de 2015

Miles de fieles visitan a la Mamita para pedir bienestar

Liz Maité, de tres meses de nacida, fue presentada ayer a la Mamita de Cotoca por sus padres, Claribel Tereba y Juan Pablo López. Ellos caminaron los 18 kilómetros que distan desde la capital hasta el santuario, para agradecer a la Virgen por el milagro que hizo al lograr que Claribel pudiera embarazarse pese a que los médicos le dijeron que ya no podía concebir hijos.

El año pasado, esta pareja caminó hacia Cotoca para pedir a la Virgen un milagro: el que Claribel pudiera embarazarse. “La virgencita me concedió el deseo”, dice emocionado Juan Pablo.

Los esposos Edwin Vedia y Yovana Paredes recorrieron la carretera pidiendo salud y trabajo. Juana Loaiza (62) también es devota de la
Mamita y desde hace 42 años camina hasta el santuario para pedir por el bienestar de su familia. Así como estas personas, miles de fieles visitan a la milagrosa en esta fecha, unos para agradecerles los milagros y otros para pedir que no falte trabajo y buena salud.

El recorrido
Los peregrinos empezaron la caminata desde temprano. Unos utilizaron sombrillas, sombreros, gorras y hasta hojas de macororó en la cabeza para protegerse del sol. A las 17:00, Tránsito cortó una de las rutas de la carretera, para facilitar la transitabilidad de los feligreses. Por la noche la vía se vio colmada de peregrinos. En algunos puntos, la Policía y unidades de emergencia estaban atentos ante cualquier problema.

Los venteros de refrescos y comida instalados a lo largo de la vía hicieron su ‘agosto’. Muchos optaban por llevarse frutas y agua para consumir en el camino, pero llegando al santuario degustaban los platos que vendían los lugareños. Algunos también alquilaron sus ambientes para obtener algo de ganancia aprovechando la afluencia de gente. Incluso cobraban por el uso del baño.

Programa para hoy
Hoy es la fiesta de la Inmaculada Concepción. A las 10:00 habrá misa de fiesta, luego una procesión. El obispo auxiliar, René Leigue, recordó que la devoción a María va mucho más allá que una caminata, por eso invita a vivir con coherencia entre la fe y la vida que lleva cada persona

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