lunes, 17 de agosto de 2015

16 de agosto día de San Roque el santito de los perros

Todos conocemos que el 16 de agosto se recuerda el día de San Roque el santito de los perros, especialmente de los indefensos y de los que viven en las calles, sin casa, alimento y cuidado.

Es por esta razón que se instituyó el Día de San Roque, surgiendo algunas costumbres como la de ofrecer un buen alimento a nuestras mascotas que actualmente son denominados hijiperros porque muchas personas los consideran como un miembro más de la familia.

Pero lamentablemente no nos ponemos a pensar en los perritos vagabundos que se encuentran en la calle, motivo por el que instamos a las autoridades a buscar políticas que mejoren la sobrevivencia de estos animales que fueron abandonados por sus amos.

Entre las costumbres de este día les ofrecemos un traje nuevo, un alimento especial y el cariño como otro miembro más de la familia, algo que quisiéramos hacer especialmente con los perros de la calle que no tienen las comodidades o alimento del que gozan nuestros animalitos.

Todas estas costumbres son parte de la celebración del día de San Roque, pero ¿quién fue San Roque?, les contamos tal como la iglesia católica fue difundiendo desde su nombramiento como santo, tal como refiere en uno de sus textos, el historiador Martirià Brugada, quien a pesar de no estar seguro dónde y en qué fecha nació Roque, manifiesta que según sus investigaciones, habría sido fruto de un voto hecho por sus padres que sufrían por no tener hijos.

Roque habría nacido por el año 1.300 en una ciudad francesa y al quedar huérfano, vendió todo lo que le dejaron sus padres como herencia y entregó todo lo que obtuvo por ella a la gente pobre y más necesitada, tomando el ejemplo de San Francisco de Asís y tomando en cuenta lo que decía el evangelio de San Mateo, que dice "Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en el cielo y luego vente conmigo".

Y siguiendo la palabra de Cristo y poniendo en práctica lo que aprendió en el área de medicina en su ciudad natal, empezó a brindar ayuda a los enfermos infectados de la peste, logrando que a través de sus cuidados, muchos de ellos se curaran de la enfermedad mortal.

Durante este periodo, continuó predicando el evangelio al ser parte de la Tercera Orden de los franciscanos, rama de esta congregación para las personas laicas que quieren vivir bajo la espiritualidad de San Francisco de Asís.

Al atender a los pacientes con esta enfermedad se contagió por lo que decidió aislarse de donde vivía para no contagiar a otras personas, habiendo buscado un lugar donde sólo llegaba un perro, quien diariamente le traía un pan el cual era robado a su amo. El dueño del animal, se dio cuenta que su perro robaba un pan diariamente por lo que decidió hacerle un seguimiento y es así como supo del cariño del animal a Roque.

Tras este hecho, el propietario del perro, trasladó a Roque a su vivienda hasta lograr que se curara, motivo por el que, cuando ya estaba sano decidió volver a su comunidad, pero fue acusado de ser un espía y fue encarcelado en un lugar donde murió a la edad aproximada de 32 años.

Por esta situación y al conocer la obra evangelizadora de Roque, el Papa Gregorio XIII lo declaró santo en el siglo XVI y en muchos pueblos y ciudades lo veneran con gran devoción después de que él intercedió ante Dios por la salud de los habitantes.

Lamentablemente no se tiene una documentación fidedigna de la vida de Roque pero la historia hizo que la fe al santo creciera y se extienda a nivel mundial tal como se conoce al presente.

Esta devoción al santo logró que se construya capillas con su nombre y donde se ubicó su imagen junto a un perro.

Esta historia nos hace dar cuenta que las mascotas como son los perros, nunca abandonan al ser querido y son los únicos seres que tienen sentimientos y tratan de estar junto a su amo en todo momento, algo que actualmente no se aprecia en Bolivia, pues vemos que existe una infinidad de perros vagabundos o abandonados y son víctimas de personas que realizan con ellos hechos salvajes como el de enfrentarlos para ganar apuestas o el de matarlos de forma brutal golpeándolos con palos, echándoles agua hervida como hacen en el Japón para matarlos y luego comer su carne.

Recordemos que hace algunos meses a través de imágenes difundidas por un canal de televisión, una mujer torturó a su mascota colgándole y tirándole ladrillos para que muera, hecho que conmovió a la población en general.



BOLIVIA

Según información vertida por los medios de comunicación, en Bolivia la población canina crece más y más, ya que llega aproximadamente a 2,2 millones de perros, es decir que cada dos de diez bolivianos tiene su mascota canina y los demás animales se encuentran en las calles.

Es por esta razón que desde este medio instamos a que las personas no tengan animales si luego los dejarán abandonados, más a los pobladores de Oruro, porque se incrementa el mal de rabia que no puede ser controlado y que puede ir en desmedro de nosotros o de nuestros propios hijos.

Y apoyando el trabajo que realizan algunas personas a través de las páginas sociales en internet, adopten a perritos en quienes encontrarán un gran cariño y amor sincero.



ORACIÓN

Para las personas que de verdad quieren a estos animales les damos a conocer una oración que ayudará para que tengan mejores días con la protección de Dios:

Misericordiosísimo y benignísimo Señor, que con paternal providencia castigáis nuestras culpas, y por la infección del aire nos quitáis la salud y la vida corporal, para que reconociéndonos y humillándonos en vuestro acatamiento, nos deis la vida espiritual de nuestras almas: yo os suplico humildemente por la intercesión de San Roque, que si es para vuestra mayor gloria, y provecho de nuestras almas, me guardéis a mí y a toda esta familia y patria de cualquiera enfermedad y mal contagioso y pestilente, y nos deis entera salud de alma y cuerpo, para que en vuestro santo templo os alabemos y perpetuamente os sirvamos.

Y vos, oh bienaventurado Santo, que para ejemplo de paciencia, y mayor confianza en vuestro patrocinio, quiso Dios que fueseis herido de pestilencia, y que en vuestro cuerpo padecieseis lo que otros padecen, y de vuestros males aprendieseis a compadeceros de los ajenos y socorrieseis a los que están en semejante agonía y aflicción, miradnos con piadosos ojos, y libradnos, si nos conviene, de toda mortandad, por medio de vuestras fervorosas oraciones, alcanzadnos gracia del Señor, para que en nuestro cuerpo sano o enfermo viva nuestra alma sana, y por esta vida temporal, breve y caduca lleguemos a la eterna y gloriosa, y con vos gocemos de ella en los siglos de los siglos. Amén.

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