domingo, 29 de marzo de 2015

¿Por qué la Semana Santa cambia siempre de fecha?

He escuchado muchas veces a las personas hacerse esa pregunta y hasta hace un tiempo, no supe qué responderles. Pero ahora puedo invitarles a tomar en cuenta estos datos que logré compilar.

El centro de la fiesta de Semana Santa no es el viernes santo (aunque es el día más sonado de esta festividad) es más bien la Pascua, fiesta mundialmente celebrada, sobre todo en lugares donde el cristianismo enraizó su fe. Esta fiesta es la más importante en el calendario litúrgico cristiano, por celebrar la resurrección de Jesucristo.

La fiesta de la Pascua, en sus orígenes fue una fiesta pastoril y nómada. Existen datos, de que en tiempos antiguos, campesinos nómadas, celebraban la fiesta en honor al cambio del invierno a primavera. Esta fiesta era especial, porque en esa fecha les nacían las primeras crías de las ovejas.

En esa noche de luna llena se reunían los pastores en el desierto, donde se sacrificaba un cordero, realizando ritos para espantar a los malos espíritus que perjudicaban a los ganados.

Esta fiesta también se celebraba con una cena. Ya cuando la fiesta tuvo un carácter religioso, los pastores ofrecían a sus dioses sacrificios como gratitud por la experiencia que ellos pasaban al cruzar el desierto y dirigirse a su destino.

Cuándo la fiesta pasó de nómada a sedentaria, coincidió con una festividad de agricultores donde se comía pan ázimo (pan sin levadura).

Luego la historia hebrea nos dirá que muchas de estas expresiones confluyeron y nació la Pascua no como fiesta pastoril o campesina, sino como una fiesta que recuerda la liberación de Egipto.



ES UN TEMA DE LOS

CALENDARIOS

Es tal vez el punto más importante para entender el por qué la Pascua y los días de la Semana Santa cambian de fecha.

El calendario judío - israelí de aquella época, era un calendario lunar a diferencia del nuestro que es un calendario solar. El calendario judío tiene 354 días y un mes tiene 28 días. Cuando el pueblo de Israel vivía esclavo en Egipto, regía su actividad socio-religiosa en 28 días (un mes).

Y aquí está el por qué la Semana Santa se relaciona con el calendario lunar.

Cuándo Dios instruyó a Moisés que maten el cordero pascual y pusieran la sangre en los dinteles de las puertas era una noche de luna llena, ya que los Israelitas no necesitaban lámparas o antorchas para salir de Egipto porque la noche sería iluminada. Es decir que esa noche, cuando la luna estaba llena era el día 14 del mes, justo a la mitad del mes, donde la luna está más clara y luego se tiene que ir menguando en los posteriores días hasta el día 28.

Ese mes, era el primero del año y se llamaba el mes del Nisan y desde el día de la liberación, los judíos siempre comían el cordero pascual en la luna llena de Nisan.

Y así fue pasando hasta el tiempo de Jesús, donde los ju-díos comían el cordero pascual la víspera del 15 de Nisan, es decir que Jesús celebró la última cena el 14 de Nisan, fue crucificado el día 15 y resucitó el 17 de Nisan de ese año.

Cuando la Iglesia en sus inicios, decidió celebrar la fiesta, tuvo algo de problemas al tratar de coincidir un calendario lunar con uno solar.

En la actualidad celebramos la Pascua de resurrección el domingo después de la primera luna llena después el equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Entonces concluimos que por el ciclo lunar la Semana Santa caerá siempre entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Y para confirmarlo, siempre veremos que el Jueves Santo la noche es clara y tiene luna llena.

Y muchas de las festividades latinoamericanas están regidas por la fecha de la Pascua, de ahí que se mueven siempre las fiestas de Carnavales, Cristo Rey. Espíritu, Cuaresma y Miércoles de Ceniza, entre otros.

En la actualidad, algunos grupos judíos ortodoxos, guían su vida por un calendario lunar donde un nuevo día comienza con la aparición de la primera estrella y no así con la salida del sol o a la media noche.

Pascua: fiesta de gratitud, de esperanza, de gozo, de compartir la dicha y la dignidad de la vida, fiesta que nos muestra que la vida es dinámica y siempre novedosa y nos invita a no estar estancados en la muerte, ya que después del viernes santo (dolor), siempre hay un domingo de gloria (gozo).

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