domingo, 21 de diciembre de 2014

Iglesia reconoce la presencia de ángeles del bien y mal en la tierra

Las actividades paranormales o parapsicológicas son reales y la Iglesia Católica las reconoce, aunque pide un poco de prudencia para evitar que existan personas que se aprovechen de la credulidad de otros y buscan obtener dinero.

El padre Miguel Manzanera es un conocedor de estos fenómenos ya que ha participado de exorcismos y da fe del peligro de la ouija, un juego que ya ha cobrado muchas vidas, por su falta de control.

Explicó que todo esto debe tratarse con seriedad y recurrir a la Biblia, el libro de Apocalipsis, donde se aclaran muchas dudas.

Aunque parezca increíble, los espíritus o ángeles “bajan” a la tierra para dar sus mensajes, pero algunos lo hacen para dañar a las personas, tentarlas y corromperlas.

Según Manzanera, está comprobado que los malos espíritus, que son los que se revelaron ante Dios, a la cabeza de Lucifer, buscan a las personas y las tientan a hacer pactos diabólicos.

“En la fe católica creemos que existen los espíritus, los ángeles. Dios creó a los seres humanos, animales, plantas, etc. y los ángeles, a la cabeza de Lucifer, son los que ahora están queriendo pervertir a los seres humanos por envidia, eso está en el Apocalipsis”, explica.

Dice también que en la tierra, el maligno, el espíritu del mal, actúa y causa estragos por lo que no se puede tener la seguridad que sean buenos o malos.

“Puede presentarse como bueno y hacer el mal con engaños y disturbios, No se olviden que los diablos buscan la muerte, quieren la sangre y la venganza para los que están purgando”, advirtió.

LOS CAMINOS DE LA

MUERTE

La Iglesia enseña que el ser humano tiene una composición conocida como psicosomática, es decir, que tiene un cuerpo y un espíritu, éste último que se infunde al momento de la concepción.

Al llegar la muerte, se da una separación de este cuerpo y el alma. El cuerpo va a la tumba y se descompone, mientras que el espíritu es juzgado por Dios.

Manzanera recuerda que hay tres caminos. Las personas que se comportan correctamente tienen el premio de la salvación.

“Estos espíritus son aceptados por Dios y son declarados santos en el sentido de que están salvados”, indicó.

El segundo camino lo toman las personas con faltas muy graves y que no se han arrepentido.

“Se habla del infierno, no como un lugar, sino un estado de tormento de las personas que se han apartado de Dios y rechazado su misericordia”, agrega.

Finalmente están las personas que han cometido faltas que no son graves, pero tienen que ser purificadas. Se habla de las almas del purgatorio.

“Sufren pero tienen la esperanza de ser perdonadas, limpiadas de sus faltas y luego entrar al reino de los cielos”, asegura.

EL PERMISO DE DIOS

Para la Iglesia, después de recordar la existencia de estos tres caminos, la explicación más correcta es que los espíritus de las personas buenas o santas son los que pueden comunicarse con los seres humanos y transmitir mensajes.

En los otros dos casos (las almas del purgatorio y del infierno) requieren del permiso de Dios. Un ejemplo de esta posibilidad está en la parábola del rico y el lázaro, donde el primero logra comunicarse con sus seres queridos para pedirles que cambien su forma de vida.

“Dios admite que puedan comunicarse algunos de estos espíritus, pero no hay que ser crédulos. La Iglesia rechaza a los espiritistas y la ouija que pueden llevar a confusiones”, sostiene.

Existen testimonios de personas que ven los espíritus.

La bendición ayuda en los inmuebles

FE EN DIOS En Quillacollo, el padre Miguel Manzanera, conoció el caso de una señora que tenía una casa donde se escuchaban constantes ruidos y sentía la presencia de personas que no podía ver. Se procedió a la bendición con agua bendita y la oración pidiendo que el espíritu deje el lugar o se pronuncie para saber qué es lo que quiere.
La posesión de un cuerpo ajeno

EXORCISMO El diablo o demonio tiene influencia en el cuerpo de algunas personas. En estos casos se requiere de un exorcismo y es el padre Miguel Manzanera quien se encarga de darles ayuda para expulsar a estos espíritus que “se agarran de la gente”. Recuerda el caso de una joven que cambiaba de voz y era agresiva.

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