lunes, 15 de diciembre de 2014

En Navidad, hay siete “tipos” de Niño Jesús que inspiran fe

El Español, el Francés, el Gordito, el Zambo, el Cusqueño, el Niño de Belén y el Chupón son al menos los siete "tipos” de Niño Jesús que se encuentra en la Feria de Navidad, instalada en el Parque Urbano Central (PUC) de La Paz.
Estos siete hermosos tipos de Niño, elaborados en yeso, se diferencian claramente uno del otro, pero sólo a los ojos de los verdaderos conocedores. Y entre ellos, los expertos son quienes "cambian” (venden) las imágenes.
"El Niño de Belén es el más grande y está echado con sus manitos a un lado, como si durmiera de costado. El Chupón es el más pequeño y tiene el dedo gordo en su boca, chupándolo”, explica Heber Condo, un joven de 24 años, que continúa la tradición de su familia en la Feria Navideña: "cambiar” Niños y diseñar la ropa del "Niño Rey”.
El Niño Francés tiene el pelo café oscuro y algo ondulado. Su rostro guarda una expresión de serenidad, y sus brazos se muestran abiertos. "Todos los Niños forman con su brazos la señal de la cruz que hace el Papa”, precisa Heber.
El Gordito, como su nombre lo indica, tiene la cara más rellena y su expresión es de melancolía. El Cusqueño tiene el pelo muy risado y pestañas, que "parecen naturales ”, y es uno de los más caros, explica Hilda Quisber, una vendedora que prácticamente nació en la Feria, cuyos inicios se dieron frente al templo de San Francisco.
El Niño Español destaca porque su tez es más oscura que la de los otros y su expresión es de alegría; mientras que el Zambo tiene el pelo ondulado y "sus ojos son más grandes”, continúa Hilda .

"La mayoría de las personas tienen en su casa el Zambo, el Gordito o el Español. Esos son los Niñitos más populares desde hace muchos años”, asegura Heber.
La fe ante todo
Así, con esta gran variedad de Niño Jesús, los artesanos comienzan a trabajar desde mediados de año. Su fe los hace esmerarse para conseguir las imágenes más hermosas y conmovedoras.
"La fe es lo más importante. El Niño Jesús es bien milagroso. A mí me ayuda mucho, por eso hay que tratarlo con mucho respeto”, afirma Elizabeth Calle.

Asunta Nina recuerda que cuando era niña, su madre y su abuela, que ya se dedicaban a "cambiar” al Niño Rey, trabajaban con "mucho amor” y "mucha fe y respeto”. Por eso insiste en que el Niño no se vende, sino "se cambia”. "No se puede decir que se va a vender al hijo de Dios”, reclama la mujer.

Imágenes que pasan fronteras
Las imágenes del Hijo de Dios elaboradas por artesanos de La Paz llegan a todos los departamentos de Bolivia. Incluso, pasan las fronteras, hasta Perú, Chile y Brasil, debido a la calidad del trabajo y la exquisitez de su fino acabado.
Pero, pese a la gran calidad de su trabajo, los artesanos paceños comienzan a sentir la competencia de la industria China, que también comenzó a exportar las imágenes,. Si bien éstas tienen precios más altos en el mercado - según las vendedoras- "son mas resistentes” que las nacionales.
Los yesos chinos oscilan entre 40 y 45 bolivianos; mientras que los hechos en el país llegan a 25.

Cusqueños, los más caros
En la Feria Navideña se encuentra imágenes de Cristo de todo precio. El más pequeño, El Chupón, está hasta en 10 bolivianos. Los de mayor tamaño llegan a 25, 45 y hasta 140 bolivianos.
Los más caros son los cusqueños. Un original, de 15 centímetros, puede costar 900 bolivianos. Su imitación, 200 ó 300.

Son traviesos y "hacen sueños”
"Me hacen sueños. Me sueño con los Niños, juegan a mi alrededor: gatean, me jalan la pollera, el mandil, me hacen reír. Soy tan feliz en mi sueño que despierto bien contenta y sé que ese día me irá muy bien”, cuenta Asunta Nina, sentada en su puesto de la Feria Navideña de La Paz.
La mujer no recuerda desde cuándo participa en la exposición. Sólo sabe que es la época más feliz para ella. Cada año espera con ilusión la Navidad y sus sueños con el hijo de Dios son señales que le indican cómo le irá en cada feria.
Recuerda que en 2012, cuando se tenía el temor de que el edificio El Alcazar se derrumbara, soñó que sus niños estaban en el agua "y no podía sacarlos”. "Ese año nos fue tan mal en la feria porque nos llevaron a otro lugar y no hubo venta”, cuenta.
Elizabeth Calle asegura que sus Niños son muy traviesos. "Juegan entre ellos y aparecen con los deditos rotos o las rodillitas raspadas, pese a que los envolvemos muy bien con papel. Son bien traviesos, pero también muy buenos y milagrosos”, añade.
Y la población que llega a la Feria Navideña en busca de ropa para su Niño Dios también tienen historias.
"Es muy travieso, aparece sin zapatitos o esconde sus juguetes. En mi casa no hay niños, así que nadie hace eso”, cuenta Teresa Sánchez.
Nelly Valencia, quien asegura que tiene un Niño de más de 200 años, afirma que "es muy tranquilo y milagroso”.

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